Delivery Love | 15

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Sanha extrañaría hacer eso, realizar con devoción aquello que tanto le gustaba. Porque después de haberlo hecho durante un tiempo llegó a gustarle. A Sanha le gustaba repartir la comida que preparan sus papas y le gustaba aún más cuando los clientes pedían su plato único, el Kimchi.

— Muchas gracias —hizo una venía para luego darse la vuelta y retomar su camino.

Era su última entrega.

Sí, la última que haría como repartidor. Porque desde ese día, aquella mañana dejaría de ser aquello para convertirse en el juguete personal de aquel tirano mimado.

Estaba seguro de que en eso se convertiría, en un juguete de limpieza con el que se podía divertir.

Llegó al local cuando notó aquel auto, encendiendo nuevamente el motor siguió andando para estacionar la moto correctamente.

— Ya llegué —dijo dejando el casco en la mesa. Había preferido entrar por la puerta trasera que verlo— Hola Ha-chan.

— Hermano —la pequeña corrió a sus brazos— Te extrañé mucho.

— Oh, vamos. Solo me fui dos horas de entregas —notó que la menor tenía los ojos cristalizados— ¿Estabas llorando? ¿Qué sucede?

Su hermanita negó con la cabeza, escondiendo su rostro en su abdomen. Hayoon no podía mentirle ni muchos esconderse de contarle las cosas.

— Dime Ha-chan. Resolveremos el problema, ¿sí?

— Yo... —la menor le miró con los ojos cubiertos de lágrimas.

— Oh, ya llegaste —su madre le habló al verle entrar a la cocina— Tu amigo está esperándote

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— Oh, ya llegaste —su madre le habló al verle entrar a la cocina— Tu amigo está esperándote.

— No es mi amigo —susurró saliendo de mala gana hacia la parte delantera del restaurante.

Y ahí lo vio sonriendo tras haber dado el último bocado a su plato. Olía a Kimbap.

— Hola —le saludó Eunwoo tras divisarlo llegar— ¿Estás listo?

— Claro que sí —afirmó su padre antes de que pudiera hablar. Había salido de la caja para acercársele a ambos— Tus maletas ya están en el auto. Que te vaya bien hijo, no olvidas llamar a papá y mamá para saber cómo estás, ¿sí?

¿Es que lo estaban regalando ante aquel tipo?

Parecía aquellas novelas, donde los padres adoptivos dejaban ir a sus hijos con sus padres biológicos. Claro que eso no tenía nada que ver con su historia, aunque sólo la escena se parecía de alguna manera.

Despidiéndose de su hermana y sus padres salió tras él. Para luego subir al auto. Estaba por entrar al asiento delantero cuando Eunwoo se lo negó, ordenándole que se sentara atrás. En otra circunstancia hubiera replicado o se habría negado, pero justamente en ese momento no tenía ganas de hacer aquello.

Así que obedeció sin refutar, y pensando en la posible solución del problema de Hayoon se quedó en silencio todo el viaje.

— Bájate que ya llegamos —escuchó decir, no había sentido el transcurso del camino por sus pensamientos.

¿Cuánto tiempo habían tardado?

— ¡Rápido!

"¿Qué le pasa a este...?"

Él no era un animal para que lo tratase de esa manera, Eunwoo había sacado sus maletas a toda prisa dejándolas en el suelo, a excepción de una que se la lanzó para que entrara a su casa.

— Espera —Sanha le detuvo tomándole la muñeca.

Era su oportunidad para lograr obtener una solución a su problema. Eunwoo se soltó de su agarre, girándose para enfrentarle, quizás, por semejante atrevimiento de tocarlo.

— Antes de hacer ese contrato de lo que te debo —empezó a decir sintiendo un pequeño nudo en su garganta, las palabras que diría le estaban costando salir de sus labios— Ne-necesito un favor.

— ¿Un favor? —bufó el pelinegro entrando a su casa luego de teclear la contraseña, dejando atrás a Sanha— Trabajarás para mí, no tengo porque hacerlo.

Aunque el mayor ya se encontraba dentro, podía escuchar su voz claramente desde la puerta.

— Por favor —dejó sus maletas en el suelo y corrió hacia él para acercársele— Quiero que me prestes dinero, te lo devolveré. ¡Trabajaré toda mi vida de ser necesario!

Estaba seguro de que eso sería atarse más a alguien con el que no quería vivir.

Sin embargo, era la única salida que se le ocurrió para conseguir el dinero que su hermanita necesitaba para sus clases de Ballet.

Si tenía que rogarle en ese momento, lo haría. Dejaría su orgullo a un lado, solo por Hayoon.

Continuará!!

Así soy yo... | PausadoWhere stories live. Discover now