Delivery Love | 38

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Una agitada melodía pudo escuchar de fondo cuando sintió uno de sus brazos acalambrarse, giró sobre sí mismo sin abrir los ojos notando que se encontraba acostado en el sillón.

Eunwoo había tomado una pequeña siesta al estar perdido en sus pensamientos y recuerdos.

Abrió los ojos intentando acostumbrarse a la luz brillante de su techo con la ayuda de su brazo izquierdo sobre su cabeza.

¿Cuánto tiempo había dormido?

Mientras se fregaba los ojos, soltó un pequeño bostezo dándose cuenta de que aquella música no venía de la televisión.

"¿Quién está...?"

Eunwoo se levantó del incómodo sofá, estirando sus brazos al aire para observar a su alrededor. Una mochila se encontraba tirada cerca de la entrada, siguió recorriendo su mirada hasta dar con la cocina, notando al castaño allí.

Sanha se encontraba soltando pequeños silbidos pausados junto a su voz tarareando la melodía, lo observó unos minutos viéndolo encender la estufa y tomar varias verduras entre sus manos con guantes, para agregarlos a un sartén.

Su mucamo estaba tan concentrado en la cocina, cantando y moviendo su cuerpo de izquierda a derecha, para luego sacar del refrigerador algo y tomar el cuchillo entre sus manos.

Lo vio tan distraído en su tarea de cocinarle, que una idea inevitablemente se le vino a la cabeza al descubrir que Sanha no había notado que se encontraba en casa.

Se acercó en silencio a la cocina, viendo que el menor seguía concentrado en cortar el Kimchi junto a un pequeño tatareo agudo. Cuando estuvo detrás suyo, con Sanha dándole la espalda, se acercó al mesón de la cocina apoyando su mano derecha en éste cuando su mucamo se giró para encontrarse con sus ojos.

— Huele bien —soltó en un pequeño susurro, cerrando los ojos y dejándose hipnotizar por aquel aroma.

Vio los ojos de Sanha abrirse para segundo después soltar un pequeño grito, logrando que sus labios quisieran delinearse en una sonrisa por la voz.... de niña que salió de los delgados labios del menor.

— ¿Qué cocinas? —preguntó luego de verlo calmar sus latidos para retomar su tarea de cocinarle.

Bokkeumbap con Kimchi —dijo Sanha sin mirarle, tomando entre sus manos nuevamente el cuchillo para seguir cortando el Kimchi en pequeños pedazos.

Irritado por su respuesta cortante y que el menor no haya levantado ni una solo vez su rostro para mirarle, exceptuando cuando gritó, Eunwoo frunció sus cejas observándole concentrado en su tarea hasta que un pequeño olor a quemado comenzó a sentirse en el lugar.

¡Ah, mis verduras!

Lo vio soltar torpemente el cuchillo y darle la espalda para luego batir con una cuchara el sartén en la estufa.

— Odio la comida quemada.

Molesto y frustrado por la falta de interés de Sanha, salió con los brazos cruzados directo a su habitación cerrando la puerta de un golpe para lanzarse a su cama y mirar el techo.

"¿Qué se cree... para ignorarme?"

Eunwoo observó varios minutos la luz que irradiaba el foco del techo, preguntándose como poder molestar a Sanha sin que lo ignorara.

Intuía que su mucamo evitaría hablarle luego de toda la discusión que tuvieron la noche anterior, pero que éste ni siquiera se inmutara a mirarle... ¡era un fastidio!

Los minutos fueron pasando lentamente mientras se movía de un lado a otro en su cama, ideando alguna manera de molestarle cuando se sentó de golpe para observar su habitación.

Así soy yo... | PausadoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora