Capítulo veintidos

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Capítulo veintidos

Abro la puerta y doy un paso al frente preparándome para lanzar la cartera a lo largo del salón y hasta el sofá pero me detengo cuando en mi campo de visión entran Owen, Wyatt, Christina, Fernanda y Grayson.

Genial.

Debí suponer que el comité de bienvenida me iba a estar esperando en mi apartamento.

Primero tuve que enfrentarme al silencio de Nicholas desde que salimos de la casa de su familia cosa que es muy preocupante si tenemos en cuenta que ya había superado esa etapa conmigo. No hemos hablado y no es necesario conocerlo para saber que estaba tenso.

Según lo que Camille me conto, este hombre que en sus palabras arruinó su vida y casi destruye la carrera de Nicholas salió de la cárcel hoy pagando una gran suma de dinero y automáticamente ella empezó a recibir unos mensajes comprometedores y muchas amenazas de divulgación de fotos muy personales, a parte de toda la historia entre ellos y Nick...incluyendo la parte de la historia que él no conoce. Supongo que él ha estado moviendo hilos para poder mantenerlo lejos de su hermana y por la tensión que irradiaba cuando llego a recogerme, no necesita decirme que no lo ha conseguido del todo.

Después de otra ronda de pepino, Camille devorando todo el helado de chocolate y yo mordisqueando una manzana y evitando mirar en dirección de la tentación, nos quedamos dormidas a la mitad de una muy mala película de terror en donde todos corrían hacia la oscuridad y se caían cuando el asesino estaba a dos metros de distancia.

Nicholas llegó cuando los títulos del final estaban pasando y sin decir una palabra nos abrazo a ambas, le prometió a Camille que hablarían cuándo regresará y se conformo con sostener mi mano durante todo el camino.

Y ¿Qué hice yo? Darle exactamente lo que él me da; la oportunidad de decidir que quiere contarme y que no.

Me encojo de hombros antes sus miradas inquisidoras y lanzo la cartera como es mi costumbre a través de la sala, solo que justo antes que golpee el piso Wyatt la ataja en el aire...Lo que es una suerte porque cuando palpo mis jeans en busca de mi celular, no está en ninguna parte.

—Mi celular te agradece tu santa intervención porque su muy descuidada madre había olvidado que seguía en el bolso —agradezco entrando finalmente en el apartamento y cerrando la puerta tras de mí.

Alza ambas cejas y todos se mantienen en silencio.

Bueno, se termino el ignorar cierta situación. No sé como sentirme respecto a ello realmente, ¿Me preocupa? Si, por supuesto. Estoy segura que esa no es la peor imagen y esto fue solo una advertencia de quien sea que lo está haciendo. ¿Enloqueceré de nuevo por ello? No, al menos que las cosas se terminen de salir de control, solo necesitaré una visita a mi terapeuta y podré ignorar la situación como siempre.

Ahora, lo que no estoy segura de poder manejar de forma tranquila es que se descubra que es mi querida hermana quien está intentando joderme de nuevo desde que ella tiene fotos bastante lindas de mi. Nótese el sarcasmo.

¿Cómo fueron tomadas esas imágenes? Me lo seguiré preguntando todos los días de mi vida y me arrepentiré de ello cada segundo también.

Fernanda se acerca a grandes zancadas a donde estoy y me envuelve entre sus brazos.

Por un segundo me congelo y entonces me encuentro devolviéndole el abrazo y quiero llorar pero porque se siente demasiado bien tenerla aquí conmigo. Es todo lo que siempre quise en una madre. Supongo que por lo menos la obtuve, así que no puedo quejarme. Pude nunca averiguar como actúa una madre de verdad.

Cuando rompe el abrazo toma mi rostro entre sus manos y me hace bajar a su nivel.

—Todo va a estar bien, bebe. Eres fuerte...y tienes mucho que contar —dice alzando la cejas sugestivamente.

Un Nicholas para Nicole (TOP FLAIR I)Where stories live. Discover now