Capítulo cuatro

837 62 21
                                    

Capítulo cuatro

Un suspiro de alivio sale de mí en el segundo que el avión aterriza sobre Edimburgo.

Esos son muchos kilómetros entre el pasado que se empeña en perseguirme y yo.

Como soy una mujer muy valiente, adelante el viaje un día por lo que solo vamos a ser mi mente y yo por dos días hasta que Wyatt, Owen y el resto del equipo lleguen.

Literalmente, hui de Londres. No podía correr el riesgo de ser emboscada y Wyatt estuvo totalmente de acuerdo con ello. Además, tampoco quería estar cerca cuando hablara con mi padrino de toda la historia.

El concierto de ayer fue algo increíble de hacer. De algún modo, que fuera por una buena causa, y que todo el dinero recaudado vaya a usarse a favor del orfanato y los niños le da más valor a lo que hacemos.

Wy tuvo toda la razón cuando me dijo que mi música podía servir para ayudar a otros. Solo me hizo falta ver los rostros de felicidad de los niños en la primera fila y como un par de chicas derramaban lágrimas por mis palabras para saber que no importa lo que pase; tengo la música, y ella no me va a dejar caer de nuevo.

Enciendo el celular que muy amablemente Christina compro para mi luego de asegurarme que iba a dirigir una carta a la directiva de Apple para hacerles saber que necesitaban diseñar un celular que resistiera una caída al vacío de al menos cinco metros.

Automáticamente, un pitido me indica que un nuevo mensaje acaba de entrar.

Como no me gusta lo común, no vamos a hacer esta cosa de enviarnos mensajes para conocernos...Ya sabes, el típico: cuando tenía ocho años solía esconderme debajo de la cama porque me asustaba el monstruo de mi armario. Eso es hipotético, claro. Así que, en vez de contarte cosas sobre mí, voy a enseñarte cosas sobre mí.

Ni siquiera necesito preguntarme como consiguió mi número, es bastante obvio que se está fraguando una emboscada en mi contra...Estoy cien por ciento segura de que Owen se lo dio.

Sonrio.

Realmente temí por un momento que quisiera hacer todo este asunto de los mensajes. Somos artistas, y aunque ser famoso suene divertio, significa que estamos expuestos a que cualquier loco de la tecnología se infiltre en el sistema de nuestros celulares y venda los mensajes a la prensa por un jugoso cheque.

Voy a ignorar el hecho que alguien me vendió y entrego mi número sin mi consentimiento para poder enfatizar en lo siguiente: acabas de confesar tu primer secreto. Devolviéndote el favor, te diré algo sobre mi: no creo en los casos hipotéticos. Estos son la excusa que utilizan las personas cuando no tienen el suficiente valor para ser directos.

Le doy enviar al mensaje y tomo una respiración profunda. Apenas toque suelo en un país distinto, un gran peso abandono mis hombros.

Por supuesto que el mensaje de Nicholas no tiene nada que ver con ello.

Nada.

*****

Parpadeo continuamente como si de alguna manera eso fuera a ayudar a que el aviso frente a mi desapareciera.

Definitivamente un jodido duende tiene que estar jugando con mi suerte porque no hay manera que esto sea solo una casualidad.

Aparto la laptop de mis piernas dejándola sobre la cama. No esta bien dejar una computadora reposar sobre la cama sin ningún tipo de soporte, eso equivale a poner una gota de veneno diaria en el té de alguien, pero en este momento me importa muy poco la vida útil de un artefacto que puede ser sustituido.

Un Nicholas para Nicole (TOP FLAIR I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora