Los Weasley-Granger

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El viaje duró una escasa hora, durante la cual Ted y Alph trataban con la pasiva Lily. La señora Potter había confiado en ellos para dejar que su marido les conduzca con la más pequeña mientras que ella iba los dos mayores. La casa de los Weasley-Granger estaba en una zona rural que distaba poco de la ciudad. El edificio por fuera se asemejaba a una casa de estilo rústico pero al acercarse se podía notar que a la vez era muy elegante. Lo mismo se podía decir del interior, acogedor y regio al mismo tiempo.

En cuanto quienes vivían en el magnífico chalet, la señora Granger parecía haberse arreglado especialmente para los invitado, pero Ron Weasley se presentó media hora después y debió haber metido los dedos en algún enchufe. Las pintas del matrinomio eran totalmente disparadas y contradictorias, si para Ron la visita era como un paseo con los colegas, entonces Hermione parecía estar en su primera entrevista de trabajo.

Poco después, los adultos dejaron a los pequeños jugar en el jardín y Ted y Alph se quedaron como encargados. Aunque Ted no pudiese escuchar su conversación, la cual era verdaderamnete interesante, por lo menos los veía a lo lejos, teniendolos vigilados. A la pequeña Rose le encantó tener con quien jugar que no sea su hermano Hugo. El travieso James se las arregló para animar al pequeño pelirrojo mientras Lily al fin jugaba con una niña.

Después de la comida, metieron los bebés a la cama y la calma reinó en la casa. Fue entonces cuando Ted vio momento para hablar con Hermione Granger. Tardó casi un cuarto de hora en que la señora parara de hacer cosas y que le escuchara seriamente.
– Señora Weasley, oí de alguien que tenías un giratiempos.
Hermione analizó en una milésima de segundo lo que había dicho él y qué debía responderle. Cuando ya supo que decir, le sonrió y contestó:
– Teddy, querido, aunque tuviera, lo tengo como ministra– le miró como si fuera su hijo pidiéndole un caramelo–. Está prohibido tener giratiempos para sí mismo.

Ted le miró triste y la señora Granger tuvo que captar algo de su mirada y le preguntó:
– ¿Pero para qué lo quieres?
– Quería... – Ted rodó los ojos y pensó que puede que conseguiría su objetivo antes si no se lo decía–. Umm... da igual.

La ministra le volvió a analizar lo que dijo pero esta vez no contestó y se fue. Cuando llegó Alph, Ted le contó lo sucedido y ambos pensaron en qué podían hacer. La visita se alargó hasta bien entrada la noche y cenaron todos juntos. La cena fue espléndida y digna de la muy educada señora Weasley. Esta vez no solo el marido de Hermione había metido los dedos en el enchufe, sino que Harry parecía haberse apuntado a hacer lo mismo. Ambos se excusaron con que estaban probando algún artilugio nuevo, lo cual despertó la atención de Ted y Alph.

Por ello, después de cenar, los cuatro subieron al ático, donde se guardaban los experimentos del señor Weasley. Dejaron a las mujeres abajo, quienes agradecieron eso bastante. Volviendo a Ted, él estaba alucinando completamente con los cachivaches de todo tipo que había. Desde versiones nuevas de objetos ya existentes hasta maquinarias totalmente indescriptibles. Ron Weasley fue bastante cruel pues probó algunas de las máquinas en los chicos, las cuales no fueron agradables, créeme. Una de las pastillas que les hizo tomar les dejó la piel azul por un rato y otra les hizo vomitar. El señor también tomó muestras de pelo de metamorfomago con unas tijeras automatizadas, lo cual fue un horror. Harry también se lanzó a probar algo y, digamos que sus gafas no terminaron de una pieza.

Ya muy de noche, los chicos se recostaban por el suelo del cansancio y los bebés también empezaban a adormilarse, Ginny decidió que era hora del final. Antes de irse, Ted le tendió un papelito con su dirreción a Hermione añadiendo que iba a conseguir que le dejara el giratiempos. La señora Weasley-Granger dibujó una sonrisa cómplice, casi como retándolo a ello pero con total confianza en sí misma.

Ted no puso ni cómo ni cuándo llegó hasta su cama pero cuando quiso darse cuenta, estaba ya abrazado al cojín que tenía. Durante los días siguientes, carteó con Hermione quien aparte de hblarle de lo peligroso que eran esos cachivaches, trataba de persuadirle de la idea. Pero Ted estaba convecido y sabía que él será capaz de conocer a su padre.

Teddy Lupin: ¿Quiénes eran los Merodeadores?Where stories live. Discover now