Como mis pensamientos sucios hacían que mi erección llegara a doler, me deshice de la envoltura del preservativo y lo puse en mí.

– Vas a tener que aguantarte el dolor ¿Entendido?

– S-sí. –respondió entrecortado.

Lo estrecho de su anatomía me hacía casi imposible mantener la calma, y para qué hablar de lo mucho que me calentaba la forma agitada en la que respiraba.

Lo tomé de las caderas y comencé a embestirle lentamente, disfrutando del infinito placer que me otorgaba su cuerpo.

– A-ah... Jod-Joder... –gimió.

– ¿Te gusta, pequeño? –pregunté inclinándome sobre su espalda.

– S-sí da-daddy...ahh... –el tono en que lo dijo me calentó demasiado, por lo que no pude evitar sostener su cuerpo con saña con una de mis manos, mientras la otra iba directamente a tirar su cabello.

Giré su cabeza para poder darle un húmedo beso. – ¿Sigues tocándote?

– Sí. –respondió agitado.

– ¿Sí... qué? –pregunté embistiéndole con fuerza.

– ¡Aah! ¡Sí daddy!

– No te vas a correr hasta que yo lo diga ¿Entiendes?

– Sí. –apreté su trasero con fuerza y pegó un respingo antes de contestar de nuevo. – Sí entendí, daddy.

Reí bajito, la situación me hacía sentir demasiado caliente y pensaba disfrutarla al máximo, así que quité su mano y comencé a masturbarle a un ritmo suficientemente rápido como para que su orgasmo llegara antes de lo planeado, más aún si mis embestidas se habían vuelto duras y rápidas.

– Joder, Jimin me voy a correr si sigues así. –soltó.

Golpee su trasero con fuerza y él pegó un grito.

– Pensé que te había dicho que no te ibas a correr hasta que yo te lo dijera. –susurré sobre su oído. Apreté la punta de su pene con cuidado de no lastimarle, pero evitando cualquier señal de clímax. – Y acordamos que me llamarías de otra forma.

– ¡Ahh! ¡Por favor para ya! –gimoteó, realmente estaba a punto de correrse.

Solté su miembro y seguí embistiéndole con fiereza.

– Tócate tú. –susurré sobre su boca.

Me hizo caso y comenzó a masturbarse.

– Aahh, daddy, cógeme más fuerte.

Sonreí y solté una pequeña risa, yo también me iba a correr. – Anda pequeño ¿No te ibas a correr?, hazlo, quiero verte. –pedí.

Le di un par de embestidas más hasta que llegó a su orgasmo y se deshizo en gemidos, manchando el suelo de la cocina y parte de la mesa, totalmente envuelto en el placer. Yo por mi lado me salí de su interior y quité el preservativo, corriéndome sobre su espalda, bajo el tacto de mi mano.

Me estiré por sobre la mesa hasta alcanzar el papel de cocina e intenté limpiar el desastre que había dejado.

– Te eh dejado hecho un lío. –susurré cuando ya estaba listo.

– No me importa. –se encogió de hombros. – Me daré un baño antes de dormir. –respondió acomodando su ropa.

– Yo también lo haré. –confirmé.

– ¿Conmigo? –preguntó con los ojos bien abiertos.

– Suena bastante bien. –sonreí acercándome a él.

Amentiam [Jikook]Where stories live. Discover now