CAPÍTULO 6

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Tras un rato esperando se abre la puerta y veo a Kimi, la cual se acerca.
-Hola... Hiroki me ha dicho que quieres hablar conmigo...
-Sí... Es que me siento fatal por haberte gritado, de verdad que no quería hacerlo, estaba nerviosa y...
-Tranquila, no te preocupes, lo entiendo.
-Tú solo te preocupas por mí...
-Sí, pero a veces me pongo demasiado pesada, entiendo que te agobiases, así que no te preocupes, ¿vale?
Asiento con una pequeña sonrisa y ambas nos damos un abrazo. Kimi es inigualable.
-Bueno, ¿qué te parece si esta tarde nos pegamos otro maratón de Tokyo Ghoul?
-¿No puede ser ahora?
-No, lo siento, tengo que ayudar a mi madre con unas cosas, pero te prometo que esta tarde nos damos un buen maratón.
Asiento y Kimi sonríe.
Tras un rato hablando nos despedimos y ella se va, ¿qué se supone que voy a hacer todo este tiempo hasta que ella vuelva?
Me tumbo y me quedo mirando al techo, después me giro para ver las flores de la mesita, sin duda tengo los mejores compañeros de clase, me pregunto que estarán haciendo ahora, aunque seguramente estarán en clase de literatura la mar de aburridos, a mí personalmente me parece una clase interesante y a Kimi igual, a Yamato también le gusta y se le da bastante bien, bueno, Yamato es bueno en todas las asignaturas... ¿Por qué se supone que estoy pensando en él? En fin, voy a darme una vuelta. Sé que el médico me ha dicho que tengo que descansar, pero no puedo pasarme todo el día metida en la cama dentro de estas cuatro paredes.
Me levanto y voy hacia la puerta, pero antes de salir decido coger mi sudadera favorita de Tokyo Ghoul y me la pongo encima del jersey de pijama, después me pongo la capucha, así con suerte si me encuentro con el médico o la enfermera no me mandarán de vuelta a la habitación, claro que si me encuentro a mis padres o a Hiroki  me reconocerán por la sudadera, si Kimi estuviera le pediría que me cubiriese para que no me viese nadie, pero bueno, tendré que apañarme sola.
Salgo de la habitación y me pongo a caminar por los pasillos, la verdad es que el ambiente de hospital hace que se me formen muchísimos nudos en el estómago, tanta gente enferma y sufriendo es horrible... En fin, mejor sigo andando.

Llevo ya unos quince minutos dando vueltas por el hospital y ya estoy aburrida, voy a sentarme un rato.
Me siento en uno de los asientos del pasillo y me quedo mirando al suelo, no sé por qué pero me da por pensar en lo del baño, ¿tan obsesionada estoy con Tokyo Ghoul que incluso me vi como uno de ellos? Obviamente lo que vi no es real, pero me asusté muchísimo y realmente no entiendo por qué, siempre he creído que ser un ghoul tiene que ser algo súper guay (excepto por algunas cosas) pero al verme así como algo tan real me quedé bloqueada. Miro mi sudadera y pienso en lo mismo de siempre, ¿cómo sería el mundo si los ghouls existieran de verdad? ¿Sería como en el anime? Bueno, prefiero no pensar en cosas así, no debo confundir la ficción con la realidad. Saco del bolsillo de la sudadera el llavero que me ha regalado Kimi, no me acordaba de que lo tenía aquí. Lo miro durante unos minutos y después decido levantarme del banco para volver a mi habitación, ya casi va a ser la hora de comer y va a venir la enfermera.

Cuando llego a mi habitación dejo la sudadera de nuevo en el perchero y me siento en la cama como si no hubiese salido, a los pocos minutos entra la enfermera con la comida, menos mal que he vuelto justo a tiempo.
-Hola Hikari, ¿qué tal?
-Bien.
-Me alegro (sonríe). Bueno, te dejo aquí la comida, que aproveche.
La enfermera deja la comida en la mesita y se va, yo la destapo y decido empezar a comer, vaya una tortura...
Suspiro y pincho el primer trozo de carne, me lo llevo a la boca pero noto un sabor demasiado horrible, más de lo normal, además que me están empezando a dar nauseas y nunca me había pasado, debo seguir comiendo, será que estoy revuelta por el trasplante. Me como otro trozo pero me sabe todavía peor y mis ganas de vomitar aumentan, pero aún así sigo comiendo sin parar, hasta que llega un punto en el que no aguanto más y me levanto rápidamente para ir al baño, nada más entrar me pongo a vomitar dentro del retrete.
¿Cómo es posible que hoy la comida de aquí me parezca lo más asqueroso del mundo? Es cierto que nunca me ha gustado, pero nunca he llegado hasta el punto de vomitar... Seguro que tiene que ver con el trasplante pero... No, no, no, eso es imposible...
Me levanto, me lavo la cara y me miro al espejo. ¿Y si resulta que soy...? ¡Imposible! Es verdad que a los ghouls la comida humana les sabe fatal hasta el punto de vomitar, pero ellos no existen en la vida real, lo que vi fue una alucinación. Todo esto es por el trasplante, en unos días estaré bien.
Salgo del baño y me vuelvo a la cama, me quedo unos segundos mirando a la comida, ¿debería seguir comiendo? Mejor que no, no quiero vomitar de nuevo.
A los diez minutos entra de nuevo la enfermera.
-Hola Hikari. (Mira hacia la mesita) ¿Solo has comido eso?
-Sí, es que no me encuentro muy bien...
-Entonces avisaré al médico.
-No es necesario, solo necesito descansar...
-Le avisaré igualmente, puede que solo sea por el trasplante, pero es mejor prevenir que curar.
La enfermera coge la bandeja con la comida y se va. No tengo ganas de ver al médico. En ese momento la puerta se abre y entran mis padres. Se acercan a mí y me dan un beso en la cabeza.
-¿Qué tal hija?
-Bien mamá...
-¿Seguro? No tienes muy buena cara.
-Tranquilo papá, de verdad que estoy buen. Por cierto, ¿dónde está Hiroki?
-Ha ido a casa de un amigo para pedir los deberes. Vendrá a verte por la noche y yo me quedaré aquí contigo. Tu padre tiene que irse al trabajo urgentemente.
-Sí, he intentado cancelarlo pero es imposible.
-No pasa nada, además que Kimi va a estar también conmigo.
En ese momento le suena el móvil a mi padre.
-Ya me están llamando. Bueno, luego te llamo.
Asiento y nos damos un abrazo, mi madre y él se dan un beso y después se va, mi madre se sienta en la cama a mi lado.
-Tu padre tiene razón; no tienes muy buena cara.
-Es por la comida, no me ha sentado muy bien, la enfermera va a avisar al médico.
-Ya verás como no es nada cielo.
-Lo sé.
Ambas nos abrazamos, la verdad es que no sé por qué me ha sentado tan mal la comida... Espero que no sea nada...

¿Yo un ghoul?Where stories live. Discover now