<<Diciotto>>

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<<Diciotto>>

''Eran tan constantes los golpes que sufría. Que aprendió a curar sus heridas con cualquier cosa que encontraba. A veces, incluso con heridas aun más grandes''

-¿______? -pregunta el chico más encantador mientras estámos en casa viendo tele y con él recostado con su cabeza en mis piernas.

-¿Sí?

-Cásate conmigo -propone tan directo y sin nervios. Lo miro perpleja y luego me echo a reír. Ambos teníamos 17.

-Si claro ¿Mañana? -respondo aun riéndome

-Si, mañana -Y sus ojos brillan como luceros. Se levanta y se coloca frente a mí de rodillas. sacando del bolsillo de su chaqueta una cajita pequeña y de terciopelo. Contengo la respiración.

-Niall… Debes estar bromeando. No podemos, es decir, somos muy jóvenes aun.

-Sabía que dirías eso.–Me muestra  una sonrisa inocente-. Pero no estoy hablando de casarnos mañana en un casino en Las Vegas, no, eso sería gastar mucho en ir hasta América.

-¿Entonces?

-Solo quiero… Asegurar el futuro. 

-¿Futuro?

- Solo quiero que sepas que mis sentimientos hacia ti son genuinos  y que no podría querer a alguien más que tu. Pese a tus constantes quejas y peleas de porque te quiero… Deberías saber que es porque eres una persona sumamente deslumbrante, al menos para mí. Y me gustaría pasar el resto de mis días contigo. ¿Queda claro?

-Yo… si –tartamudeo-. Si.

-¿Si, que?

-Si quiero Niall –contesto sintiendo como me ruborizo, como siempre hago cuando estoy a su lado. ¿Cómo no quererlo cuando me decía cosas como aquellas?

Su rostro luce radiante y perfecto cuando abre la cajita y saca un anillo, era simple pero sobrio y elegante. Plateado y con diminutas piedras preciosas que rodeaban una gema mas grande y brillante. Contuve el aliento. Se veía costoso.

-Niall, no debiste, es decir, WOW.

-Al momento de verlo pensé en ti –suspira-. Vale cada centavo. Papá y Greg me ayudaron un poco a pagarlo

-Es precioso… -y sin mas desliza el anillo en mi dedo anular  y me besa como nadie lo ha hecho.

*

Cuando abrí mis ojos de la espesa neblina del sueño me percaté de que en esta ocasión no me había despertado gritando o con el corazón bombeando a mil. Tal vez porque soñaba con recuerdos felices ¿Quién sabe? Dejé a mi cuerpo descansar unos minutos más en la cama mirando a un punto inexistente en el techo. De nuevo la casa estaba sola porque no logré identificar ruido alguno al quedarme en silencio. Esto era como estar en Londres, en casa. Mi madre siempre estaba ocupada en su estudio de luces rojizas revelando fotografías o en alguna de sus pequeñas giras y yo atinaba a ir a la escuela, regresar y fingir  vivir sola hasta que ella llegaba. No la culpo, hacía lo que le apasionaba y yo hubiera sido muy mala hija de haberle recriminado algo. Ver la sonrisa de mi madre cada que tomaba una foto valía cada noche en vela que pasaba sola en nuestro pequeño dúplex.

Estar aquí sólo se diferenciaba en que a medio día, Ashton regresaba de donde fuera que había estado y se la pasaba revoloteando por toda la casa. Pero de ahí en adelante yo estaba sola, no había salido mucho en estos días más que una vez al centro comercial a acompañar a Lauren a comprar maquillaje; porque la pequeña hermana de Ashton ya se sentía toda una adolescente hecha y derecha. En cuanto a mi padre, a él lo veía de vez en cuando y cada que coincidíamos se aseguraba de darme un sermón. Las cosas entre Ann y yo estaban tensas, la madre de Ashton seguía metiendo la nariz donde no correspondía y eso me alteraba. Y Luke, al final estaba Luke, el chico rubio de pálidos ojos azules.

Forte Oscurità [Hemmings] |Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora