<<Dodici>>

33.1K 1.7K 639
                                    

<<Dodici>>

-Eso fue lo más jodido y extraño que me ha pasado hasta ahora.

Un Ashton recién duchado y con pijama entró a mi habitación al tiempo que sacudía su cabello con una toalla.

-¿El qué pensaran que tu y yo estábamos juntos?

-No, no ¿Qué dices? Que el tipo me tirara la banderilla.

Negué con la cabeza y me concentré en los libros que tenía en las piernas.

-¿Qué exámenes tienes mañana?

-Geometría, Francés y ... Economía.

-¿Crees desocuparte pronto?

-No sé,  supongo ¿Por?

-Curiosidad ¿Quieres que vaya por ti apenas estés libre? Podemos ir a comer o a que conozcas a mis amigos.

-Yo... hmmm, no gracias. Quería ir mañana a recorrer algunas tiendas.

-¿Qué tiendas?

-Tiendas de chicas -resoplé.

-¿Para comprar qué cosas? ¡Ya sé! ¡Tampones!

-¡No!

No dijo nada más y yo me acosté luego de que él se marchara una media hora después (luego de que se burlara a costa mía) .

<<El entierro fue un miércoles por la mañana, en la iglesia episcopal del centro de Bellmullet. En la iglesia podían entrar, sentadas, casi quinientas personas, pero eso no bastó.  Hubo mucha gente de pie, apretados debajo de las grandes puertas.

Recuerdo que esa mañana había comenzado a llover. La niebla flotaba, apenas sobre el césped, etérea,  fantasmalmente. Vi un desfile de paraguas negros, sostenidos por personas vestidas también de negro, moviéndose lentamente hacia adelante. Vi a su madre sentada en primera fila, tomada de la mano con su otro hijo. Su padre tenía los labios apretados y se veía muy pálido.  Me di vuelta y enfilé hacia la parte trasera de la iglesia.

Nunca olvidaré el olor que sentí -ese olor a madera vieja y a velas encendidas- al sentarme en la ultima de las filas. En la iglesia reinaba el silencio. Nadie hablaba; nadie sabía que decir.

Fue entonces cuando sentí que iba a vomitar. Sentí un leve sudor en mi frente. Mis manos estaban sudorosas, inútiles.  Lo que más deseaba era irme pero me quedé allí.

Una vez que la misa comenzó, no pude concentrarme. Si hoy me preguntan que dijo esa mañana el reverendo en su sermón o que dijo su hermano, no podría contestar.

Al terminar la misa, hubo una larga procesión hacia el cementerio de Celtic Grove. Mientras conducíamos, la lluvia empezó a caer con más intensidad. Los automóviles fueron estacionándose; los paraguas se abrieron; la gente caminaba sobre los charcos. Yo estaba de pie empapándome por la lluvia. El ataud por fin se deslizó hacia el sepulcro, que descansaba rodeado de centenares de ramos de flores. Pensé de nuevo que no quería estar ahí. Que no debí haber ido. Pero necesitaba verlo, despedirme.

Supe dos cosas ese día:

1-. Incluso en ese momento sabía que nuestras vidas estarían unidas, para siempre aunque él ya no estuviera. Aquí se quedaba gran parte de mí.

2-. En todo en lo que pensaba era en que Niall Horan no debió haber muerto. >>

{♥}

Es válido llorar. Yo necesité respirar profundo un par de veces para escribir esto.

Forte Oscurità [Hemmings] |Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora