<<Continuazione>>

35.3K 1.7K 275
                                    

<<Continuazione>>

Algo me estaba quemando las fosas nasales.

Cada que inhalaba un dolor insoportable me recorría la nariz por dentro, aparte le acompañaba un olor fuerte; algo que intentaba penetrar en mi inconsciencia y que al final me obligó a abrir los ojos poco a poco.

Estaba en mi habitación en la cama con las sabanas hasta la cintura y con Ashton pasando un algodón con lo que supuse que era alcohol por mi rostro. Parpadeé confusa, incorporándome hasta quedar medio sentada. Las sienes me palpitaban con dolor.

-¿Te sientes mejor? -preguntó el chico.

Asentí y el me extendió un vaso con agua. Tomé en pequeños sorbos, mi garganta seca agradeció que estuviera helada.

-¿Comiste algo ya? -preguntó de nuevo con un tono de advertencia en su voz.

-Un poco de ensalada.-respondí vagamente, apreté la boca como niño al cual habían castigado.

-Cuando llegamos y subí, te vi tendida en el pasillo. Me diste un susto enorme.

Eso me hizo pensar en una cosa.

-¿Mi padre no se dio cuenta? ¿Dónde está?

Dudó unos segundos y se pasó una mano por el cabello. Si no quería responder era porque sabía que no me iba a gustar la respuesta.

-Fui a decirle que te había encontrado inconsciente, vino a verte unos minutos y después se fue.-explicó como queriendo aminorar la fuerza del golpe, como si quisiera justificar las acciones de mi padre cuando en realidad ese hombre no me estaba prestando ninguna atención desde que había llegado-. Ire a prepararte un sandwich.

Anunció cambiando el tema de improviso y se encaminó a la puerta: todo un revoltijo de cabellos ondulados y andar desgarbado.

-Ashton, no... -se detuvó a mitad del camino y me miró-. No es necesario no tengo hambre.

-Necesitas energía para quitarte ese color de muerto que traes encima, por experiencia puedo asumir que te descompensaste. Vas a comer y después podrás descansar.

-¡Ashton no es necesario, deja de ser tan insistente! -grité y me arrepentí enseguida.

Ashton era un chico que podía sentirse herido con facilidad. Lo comprobé cuando su rostro se ensombreció y su mandíbula se tenso; la expresión le añadía edad a sus facciones.

-Solo intentaba ser amable.-se justificó hablando entre dientes, su alegre voz chillona sonaba ahora baja y contenida-. Me preocupas

-Pues deja de serlo -escupí, el veneno empezaba a filtrarse por cada palabra-. No necesito que seas amable conmigo, no quiero ni deseo que te preocupes por mí. Ocupate de tus asuntos y dejame tranquila. No necesito nada de NADIE.

Había explotado, toda mi frustración contenida en los últimos cinco días estaba siendo descargada en este chico que parecía no querer otra cosa más que tratar de alegrarme un poco. El pecho me subía y bajaba violentamente, una vez que me enojaba no había vuelta atrás; todo mi sistema nervioso me gritaba que fuera y lo sacara a empujones de la habitación con toda la fuerza posible. Quería romper cosas.

-Si estás enojada conmigo o con todo el maldito mundo, no es mi problema.-respondió a mis ofensas con tono tranquilo, pero afilado como navaja-. Si te sientes incómoda aquí es porque así lo quieres. No has hecho otra cosa más que despreciar a mi familia y a mí con muecas de desagrado que nos haces cada que crees que no te están mirando, y si el problema es con tu padre, hablalo con él. No seas solo un saco de infelicidad e ira con personas a las que ni siquiera conoces.

''A que no esperabas que te dijera todas esas cosas. Mucho menos que todas ellas fueran ciertas. Si quieres hacer algún cambio por aquí, empieza por disculparte''

Como siempre, esa voz curiosa y única era la responsable de hacerme pensar las cosas, de abrirme los ojos ante ciertos errores. Y cada vez cobraba más fuerza, ya podía escucharle decir oraciones completas y largas.

-Ashton yo...

-Déjalo, Riley.

Dio media vuelta con intenciones de irse y yo me levanté como pude para tratar de evitarlo. Quería que me importara poco, una parte de mí estaba feliz ante su reacción; pero no era tan maldita como para despacharlo como si nada. Este chico había mostrado más decencia conmigo que cualquier persona que había conocido en los últimos meses. A él no le pagaban por preocuparse por lo que me pasara, nadie le otorgaba alguna retribución por intentar hacerme mejorar.

Apenas di dos pasos y las rodillas me chocaron; hice lo imposible para llegar hasta él sin caerme y lo tomé del brazo, obligandole a que me enfrentara con todo su cuerpo.

-Lo... lo siento ¿Está bien? Soy una imbécil por ser tan mala contigo cuando lo único que haces es venir aquí y ser lindo. Me compras una guitarra, me llevas a todos lados con tu auto, me invitas a salir con tus amigos y lo único que yo hago es ser desagradable.-suspiré, tragándome cierta parte de mi enorme orgullo para pronunciar las palabras que vendrían a continuación-. Lo siento Ashton.

Y tomé la iniciativa de abrazarlo aunque no había abrazado a nadie en tanto tiempo que puse mis manos torpemente por su cintura y él sus manos en mi espalda.

-Solo me gustaría saber porque pareces estar siempre a la defensiva -susurra en mi oído-. O porque nunca sonries a menos que sea por obligación.

Me separé lentamente y me senté en la cama.

-Es una historia larga -él solo me dio un asentimiento como diciendo "tengo tiempo"

Le conté del accidente.

De la depresión.

De mi intento de suicidio.

De mis razones para estar aquí.

Le conté todo.

-Ashton... ¿Todo bien?

Pregunté porque al finalizar sus ojos estaban llorosos y brillantes. Agitó su cabello y se tallo los ojos.

-Es sólo que son muchas cosas para alguien de tu edad ¿Cuántos años tienes?

-Diecinueve.-contesté y se quedó repentinamente quieto.

-Eres muy fuerte -susurró luego de unos minutos en silencio. Se mordió el labio aún pensativo y sus ojos se centraron en un punto inexistente frente a él.

-No creo ser fuerte.-me reí sin gracia, eso llamó su atención ya que me miró y sentí que sus ojos avellana me pedían una especie de explicación-. Más bien trató de jugar las cartas que se me dieron de acuerdo al juego.

-Pero ninguna persona podría soportar tanto.-razonó-. O tal vez si. Lo que quiero decir es que sigues resistiendo, Riley; eso cuenta muchisímo.

-Alguien siempre tiene que tratar de resisitir.-contesté agotada, la cabeza me había empezado a doler-. ¿Sabes qué creo? Que hay alguna parte primitiva de la naturaleza humana que nos impide darnos por vencidos.

-¿A qué te refieres?

-A que el hombre ha pasado por mil y un adversidades pero sigue aquí, luchando por orgullo, honor o cualquiera que sea su razón para mantenerse en pie.-dije.

-¿Qué hay de ti? ¿Cuál es tu razón? -cuestionó y me quedé pensando en la respuesta. Una que yo no sabía por completo; después de todo ¿cuántas veces no había tratado de darme por vencida?

-Creer que en algún momento todo dolor va a valer la pena.

Forte Oscurità [Hemmings] |Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora