<<Dieci>>

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<<Dieci>>

 

{Estrés.

Mi palabra favorita desde que inicio la semana de exámenes para revalidar materias. Luego de aquella noche en que saliera a caminar y Ashton me siguiera, las cosas han ido ¿Cómo decirlo? ¿Cómo siempre lo quise desde el principio? Me refiero a que ahora apenas y hablo con el chico de ojos agua-mar. No por parte de él,  claro está.  Sino más bien yo me he aislado un poco más de lo que ya lo había hecho. Ashton ha tratado de hacerme hablar y de entablar conversaciones de más de cinco minutos pero sigo sintiéndome tan asfixiada que no pienso en otra cosa que no sea en aminorar la presión en el pecho que por más que pase el tiempo no afloja. Pero no eso por eso por lo que escribo en estas hojas. Sino más bien porque por primera vez en mucho tiempo me alegra el estar con la cabeza ocupada con cosas como "Teorema de Pitágoras" y no en comida. He sobrevivido a estos días a base de agua y brócoli.  Tuve un pequeño resbalón ayer cuando comí una de las galletas de chocolate de Harry pero de inmediato me castigue con una cortada limpia y recta en la muñeca derecha"

Dejé de escribir lo que escribía en la libreta en la que a últimos días había reflejado a tinta espirales caóticas de autodestrucción. Hoy era jueves por la tarde. Mañana el viernes de mis tres últimos exámenes. La semana se había ido volando y pensé que entre Literatura, Biología, Anatomía y otras cuatro materias; la cabeza se me había desconectado de lo que pasaba a mi alrededor.

Frente a mí ahora tenía libros de Geometría Analítica, Francés y Economía y la mente se me nublaba a ratos. No había visto más allá de los muros de mi habitación en casi once días. En la casa no estaba nadie más que Lauren que hablaba por teléfono (podía escuchar sus parloteos desde aquí), y Ashton de quien no tenía idea que estaba haciendo. Tengo que admitir que echaba de menos que se arrojara a mi cama a hablar sin parar hasta que se ponía morado pero ahora que estabamos alejados era mejor. Yo solía dañar a la gente que estaba cerca mío y que quería. Sabía que él no me odiaba porque no estaba en su naturaleza ser rencoroso pero si que sentía que estaba dolido y decepcionado ¿Cómo no estarlo si eres generoso con alguien y ese alguien resulta ser de lo peor? Pero no significaba que no extrañara su risa que se volvía más aguda conforme adquiría más gracia el motivo por el cual reía principalmente o sus gestos cuando las amigas de Lauren lo veían con cara de amor y ni que decir de cuando me obligaba a comer y se quedaba conmigo cuando no podía dormir. Había visto el cariño que le tenía a Ann y a sus hermanos y el respeto con el que se dirigía a mi padre. Esas cosas que había notado en menos de dos semanas y que me permitían ver como era la dinámica de una familia verdadera.

"Tienes que disculparte. Ashton no tiene la culpa de que desconfíes de todo el mundo"

"No quiero agarrarle afecto. Me asusta que luego él me deje"

"Ahí está el asunto. No puedes ser egoísta por algo que crees que podría pasar."

"Cierto. Pero no sé si el quiera perdonarme"

"Hablamos de Ashton. Quien con 19 pelea por quien tiene el waffle más grande. Anda, ve"

Miré los garabatos que tenía en mi escritorio y decidí que era mejor dejarlo por un rato aunque el exámen era justamente mañana.

Tomé una ducha rápida, me vestí con unos pantalones ajustados de un color negro con una blusa de jean de manga larga con botones dorados y redondos. Miré los botines color café cobre y me alegré de que no fueran tacones de 15 centímetros. Acomodé mi cabello suelto de un solo lado y con el poco valor que me quedaba para afrontar el pedir disculpas toqué a la puerta que estaba frente a la mía.

Me abrió luego de unos minutos y se mostro confundido.

-¿Ocurre algo? -preguntó serio, recargandose en el marco de la puerta.

-Yo... Estaba estudiando y...

-¿Necesitas ayuda?

-No. En realidad quería que me llevaras al centro.

Dije sin revelar que mi plan entero era salir con él. Porque posiblemente pondría excusas y diría que fuera yo en autobús. Había resquebrajado tanto nuestra relación y eso explicaba la mirada que me estaba dando en estos momentos.

-Espera un poco. Voy por mi billetera y las llaves del auto.-aceptó luego de un minuto.

-¿Dónde te dejo?

Preguntó cuando ya estabamos cerca de la zona comercial que estaba repleta de tiendas, restaurantes y el enorme centro comercial de Sydney.

Detuvo el auto en un estacionamiento público.

-En realidad quería sacarte de casa.

-¿Por qué?  Que yo recuerde tú querías que me alejara.

-Ashton... De verdad lo siento -murmuré viendo por el parabrisas-. Y que conste que he estado perdiendo mi orgullo al disculparme ya dos veces. Sólo que se me ocurrió que no tienes la culpa de que sea una bipolar de mierda.

-¿Entonces me sacaste de casa argumentando que querías que hiciera de chofer? Si me hubieras dicho que querías salir conmigo posiblemente a mí me habría dado un dolor de cabeza que no me dejaría conducir.

Lo miré y el se recargaba en el volante viendo a la lejanía igual que yo. Luego salió del auto y lo rodeo para abrirme la puerta. Sonreía, pero sus ojos se mostraban cautelosos.

Forte Oscurità [Hemmings] |Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora