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JASON.

Miré a su madre Angelina y ella también lo hacía conmigo, estaba esperando a que prosiguiera.

—...Pienso que Rebeca ya es mayor para tener novio o poder estar con alguien sin compromiso o...—la miré y parecía buscar la verdad de más allá de lo que yo decía. —De...de cometer fallos. —con eso me refería a haber estado de novia con el tío del accidente de coche; ella no sabía que yo lo sabía, entonces tenía actuar como tal. —Y no sólo uno. —con esto aludo a que puede que yo sea igual que ese inhumano pero conmigo no correría el riesgo de tener un accidente pero si otros errores. —Si no dos, tres, cuatro hasta que aprenda. Eso hacemos los humanos.

—Muy buena esa, Jason. Estoy contigo en eso, pero si no estuvieras ahora mismo en la misma ciudad que mi hermana.

—Sim...¡hijo! No te comportes así. —le riñó su madre entredientes.

—Okey, mamá. Solo estaba avisando por papá.

—Bueno creo que... —empezó a decir Beca. —...que es hora de cortar la videollamada.

—Espera... Aaaa. —su madre soltó un quejido. La miré y su rostro estaba contraído.

—¡Mamá! —dijeron los dos hermanos. Chris pasó un brazo por los hombros de su madre.

—¿Mamá, que te ha pasado? —interrogó con miedo su hija.

Yo no tenía ni idea de qué ocurría.

—N-nada... Está todo... —hizo una mueca. —...todo bien. Ha sido una punzada.

—Chris, llama a papá. Mamá ya hablamos, ¿vale?

—Nooo, cariño, Rebeca, estoy bien. Tranquila.

Esta mujer me recuerda mucho a mi madre.

Puse una mano suavemente en la muñeca de Beca que había puesto las dos sobre la mesa de los nervios que tenía. Me miró y parece ser que se relajó. Carraspeó. La solté.

Un móvil empezó a sonar.

Después de varios segundos caí en la cuenta que era el mío. Mientras lo sacaba hablé:

—Emmm... Es el mío... —miro quién me llama, era Leo. —Debo contestar. —miro a sus dos parientes por la pantalla del ordenador y luego a Beca que me observaba. —Es mi madre. Ahora vengo...

Me levanté corriendo.

Me fui a la cocina y cerré la puerta dejándola encajada.

—¿Qué, Leo?

—¿Dónde estás? He ido a tu casa y me han abierto tus hermanos que estaban con tu abuelo. Me dijeron que no sabían dónde estabas metido.

—Tranqui, tío. Estoy en la casa de la chica que ha caído a mis pies. —susurré.

—Si te estás refiriendo a Rebeca ya puedes dejar de buscar el gilipollas de los mensajes y de la foto. Madura, tío, madura. —reiteró.

Solté una risotada.

—Leo, estoy aquí porque ahora ésta es mi distracción. —dije recordándomelo a mi también. Me acuerdo que salí de su casa un día diciéndome que no me acercaría porque me apeteciera verla... Cosa que he incumplido. No me dí cuenta que suspiré. — Y...

—Yo no diría lo mismo, Jason. —me interrumpió. —Estás muy celoso de Zac y no creo que el motivo sea porque te está quitando tu entretenimiento. Ya hemos tenido esta charla o parecía, antes.

—Calla, Leo, no me toques los cojones. Y no metas a Zac aquí, suficiente tengo ya con él para que vengas a recordármelo. Estoy peleado con él porque sé que le quiere hacer daño a Rebeca y no permitiré eso.

No me impide/ TerminadaWhere stories live. Discover now