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REBECA.

—¿Por qué? —cuestionó agitado.

Me alegro de que al quitarme la camisa no se haya ido directo a mis tetas. Cosa que me ha hecho ver como que "me esperaba" de algún modo a estar completamente desnuda.

Me inventé la excusa más barata y a la vez más buena:

—Estoy con la regla.

Nos separamos y se relamió los labios blanditos.

—Bueno... entonces... en ese caso... —tragó saliva inquieto.

—Creo que hemos llegado bastante lejos.

—Claro. —ironizó con una sonrisa.

Lo escuché decir: siempre llegamos muy lejos, Beca. Pero hice como si no lo hubiera oído.

Sonó el timbre.

—Esa... esa debe ser Selena.

—T-tienes razón. —tartamudeó.

Salgo de mi dormitorio y Jason me coge de la muñeca, lo miro.

—Te tienes que poner la camiseta. —me avisa y recuerda viajando sus ojos de mi cabeza hacia mi busto.

Enseguida me agacho al suelo y me la pongo en un plis.

Al abrir la puerta vi que Sel estaba con Leo. Fruncí el ceño.

—Leo, nos vamos. —dijo Jason al lado mía.

—¿Vino contigo? —pregunté a Jason. Asintió.

—Me lo encontré apoyado en su coche, estaba solo. No lo conocía pero vio que salí de tu casa y bueno, nos presentamos.  —me explicó Sel el porqué de estar juntos los dos.

Me acordé en ese instante que era verdad, en la fiesta del sábado conoció sólo a Zac y a Jason.

Selena entró a mi casa.

—Fue un placer conocerte, Leo.

—Lo mismo digo. —le puso una sonrisa arrogante e hice una mueca.

—Ten cuidado, Jason. —le avisó Selena no sé de qué (el ten cuidado que me dijo Sel no debe ser el mismo que el suyo) pero ya me lo podía oler. Desapareció dejándonos a Leo, Jason y a mi.

—¿Hablamos mañana? —me preguntó Jason como si fuera una súplica.

—Ssí. —siseé y respondí a esta persona que tanto me gusta.

Se quedó pensando en cómo despedirse, mirándome, pero no hizo nada ya que la estruendosa risa de Leo le hizo cortarse al igual que a mi.
Me ruborizé y asesiné con la mirada a Leo.

—Mi amiga está conociendo a alguien, ni se te ocurra tocarle ni un pelo. —le amenacé señalándolo con un dedo.

Me miró divertido y frunciendo el ceño.

—Eh, tranquila, fiera. Pero si se me acerca...

—Leo... No seas cabezón. —me acerqué más a él cojeando. Se relamió los labios. Se escuchó una sirena de ambulancia de lejos. —Además, se va este viernes por lo que le queda tres días aquí.

Puso una cara rara, de confusión.

—Leo, aléjate. —dijo con voz grave Jason a nuestro lado.

El chico por el que sentía cosas me cogió de la cintura y me apartó de su amigo.

—Beca, sólo estaban bromeando. —me tranquilizó Jason. Asentí y me soltó. Sólo quiero pensar que era eso.

Se estaba tan bien entre sus brazos.

No me impide/ Terminadaजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें