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JASON.

-Tranquila, Beca. Estoy aquí afuera. Inspira, expira. Hazlo. - Intentaba tranquilizarla mientras yo quitaba lo que habían hecho o había hecho alguien. Ella pretendía hacerme caso pero le costaba.

-Jason, ¡sácame de aquí! - Y esto era a lo que me refería: volvía a lloraba otra vez. Me está poniendo nervioso y no funciona para quitar todo esto y abrir la maldita puerta.

-¡Rebeca! ¡Alguien ha montado algo para que no pudieras salir y lo estoy quitando, por favor! -Le grité desesperado.

-Date prisa, Jason. -Ahora apenas se la escuchaba.

-Tranquila, preciosa. Me falta...

Lo conseguí.

Abrí.

Y nada más que hacerlo que ni siquiera pude verla, Beca se tiró hacia mi escondiéndose en mi cuello rodeándome éste con sus brazos. Yo la abracé por su cintura con los mios oliendo su aroma, su dulce aroma. Hace días que no hablaba con ella.

Solo se escuchaba sus llantos. Sus lágrimas que me mojaban todo mi cuello y sudadera eran una cascada de agua fría y salada. Tragué saliva. Cerré mis ojos. Es egoísta que yo esté feliz por estar en esta situación estando Beca hecha una mierda.

-Gracias, Jason. Gracias de verdad, en serio, Jason. -Me agarró más fuerte mi cuello sintiendo sus uñas.

-Estás a salvo. -Le susurré.

-Gracias, Jason. Qué hubiera hecho sin ti...

Ahora fui yo quien la estreché más a mi sintiendo todo su cuerpo pegado lo máximo al mío. Quería que sintiera seguridad porque estaba temblando.

-Aguantar y esperar. -terminé la frase por ella.

-No, no podría tolerar mucho más tiempo aquí metida, llevaba cuarenta y cinco minutos. Ni siquiera me sentía. No me mantengo en pie, Jason.

Ahí fue que me di cuenta que yo era quien la estaba sujetando y elevando del suelo. Creo que si la dejo en el suelo se cae. En ese instante sus piernas se querían poner en mis caderas y para hacérselo más fácil la agarré de sus muslos y la subí en mis caderas enredando sus piernas en ellas. Tragué saliva. Ahora el que temblaba era yo e inclusive me tambaleé hacia atrás.

Rebeca me abrazó. Acaricié su espalda y se separó al instante. Sus manos estaban apoyadas en mi clavícula y me miraba fijamente. Su respiración ya estaba muchísimo mejor y dejó de llorar, pero en su rostro sus ojos estaban rojos y sus mejillas brillantes de las lágrimas.

-Gracias que contestaste y veniste, había clase.

-Esto es más importante. -Me relamí los labios nervioso y la acomodé más en la misma postura quedando mis manos tan cerca de su culo que... JO-DER. -Y además...

Sus labios estaban en los míos. ¿Cómo ha pasado esto?

Sus manos se fueron a mi rostro y las mías se fueron a lo que tanto estaba deseando. Su culo. Gimió y yo la seguí. El beso iba muy ligero y caminé hacia atrás chocándome contra la pared. Me agarró del pelo y jadeé. Me estoy volviendo loco. Adentré mi lengua para saborearla y sentí la suya. Nos separamos y la besé ahora yo. Se pegó más a mi. No puedo más. Estaba deseando que ocurriera esto.

-Jason...

Mordí su cuello y lo besé.

-Jason... -susurró otra vez, pero más firme.

Seguí en su cuello guardándome éste momento y su olor. La primera vez que lo siento tan profundamente.

-Jason. -Sonó como una súplica, me está volviendo loco esta mujer. -¡Jason! -Chilló.

No me impide/ TerminadaWhere stories live. Discover now