sábado, 16 de abril. 2016

11 1 0
                                    

Hypatia se retorcía en el sofá de su casa nerviosa. Habían quedado dentro de una hora pero ella hacía más de dos que estaba lista. Los nervios le podían. Sabía que iba a dolerle pero debía ser capaz. Era una tontería masoca seguir saliendo con alguien que ni siquiera la quería. Además, estaba enamorado de su mejor amiga, eso le hacía aún más daño.
Debía ser fuerte.

Había practicado varías veces lo que le diría. No quería equivocarse ni hacer el tonto. Tenía que estar preparada para decirlo aunque echara a llorar.

            — Joshua... Sé que lo has intentado y créeme que lo he pasado muy bien contigo pero también me has hecho daño. Puedo ver que aún la quieres, es mejor que lo dejemos — se había dicho a sí misma en el espejo del baño.

Había tenido que practicar muchas veces antes de ser capaz de decirlo todo seguido sin que se le cortara la voz o las lágrimas le hicieran derrumbarse.
Era tonto pero se había enamorado de él igualmente. Un amor infantil posiblemente pero inevitable.

Salió con tiempo de sobra. Tenía al menos veinte minutos para llegar a una plaza que se encontraba a diez minutos caminando despacio.  Trató de ver el lado positivo de lo que estaba haciendo. No quería ser débil o dramática. Siempre había sido positiva y así debería seguir siendo.

Sonrió a una pareja de ancianos que pasaban junto a ella. Eso debía hacer, sonreír. Y así continuó. Quizá pareciendo una loca maniática al sonreír a todos los desconocidos de la calle. Cuando estaba a punto de llegar a la plaza, sonrió a un chico moreno que pasaba por ahí, alto y bien puesto. Muy guapo. Y sonrió aún más cuando esté le devolvió la sonrisa.

        — Eres preciosa —soltó el chico en un susurro. Estaba asombrado, sinceramente.

Hypatia sintió que se le calentaban las mejillas.

          — Gracias.

          — Lo siento. No debería haberte soltado algo así cuando ni siquiera nos conocemos.

           — Está bien. Yo estoy sonriéndole a desconocidos, ¿no?

            — Supongo —contestó él —. Entonces, ¿sería demasiado extraño si te digo que me gustaría volver a verte?

              — Un poco pero a mí también me gustaría volverte...

              — ¿En esta plaza dentro de una semana a la misma hora?

              — Sí —aceptó ella antes de seguir caminando.

Quizá podría hacer eso de un clavo saca a otro clavo. El chico era majo y muy guapo. Llegó a la plaza puntal gracias a haberse parado con el chico. Vaya... No sabía su nombre. Más interesante.

Joshua también estaba en la plaza ya. Más guapo que nunca. O eso le pareció  a la pobre Hypatia. Se acercó a él más incómoda de lo que había estado nunca.

           — Hey, Joshi —saludó ella cohibida.

            — Hola —respondió él —. ¿Dónde te apetece ir?

             — Sobre eso... Será mejor que nos quedemos aquí.

              — ¿Cómo? ¿Por qué?

    "Aquí viene" pensó la griega nerviosa.

               — Sé que lo has intentado...

El chico comenzó a sentir que se avecinaba peligro. Y lo hacía pero a él realmente no debía afectarle.

              — Pero no me quieres. Sigues queriendo a Mina y lo entiendo pero no puedo seguir contigo —sintió un pequeño bloqueo en su garganta y sus ojos comenzaban a quemar pero no lloraría —. Es mejor que rompamos ahora.

La cara de Joshua decayó de golpe. No, mierda. Si no iba a tener a Mina, ¿por qué le dejaba solo? A él también le dolía saber que la persona de la que estaba enamorado estaba sintiendo lo mismo por otra persona.

            — ¿No hay manera...? —. Hypatia negó.

            — Me estás haciendo daño. No puedo más.

Joshua asintió comprendiéndolo. No podía herir a otra persona solo porque él se sintiera herido. Podría buscar vías alternativas. Cualquier cosa.

             — Está bien —aceptó —. Lo siento. Sabes que nunca fue mi intención herirte.

              — Lo sé. Ya nos veremos.

Joshua asintió y la dejó marcharse. Se quedó mirándola mientras pudo. Era guapa y tenía un cuerpo perfecto. Prácticamente era una modelo. Era una pena que no sintiera nada por ella. Al menos no de esa forma. El tiempo que estuvieron juntos le cogió cariño pero como a una amiga.

Ahora debería ver qué hacer sobre su situación con Mina. Si no estaba saliendo con nadie, ¿qué importaba? Podía enamorarla y hacer que se olvidara de esa persona. Si ambos se querían y no hacían nada quizá no estaban destinados a estar juntos, ¿no?
Tomó la decisión. Iría a por ella cuando se enfriaran las cosas con Hypatia.
           

Apart.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora