viernes, 30 de octubre. 2015

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Hypatia: A las 17 en la plaza.
Hypatia: Iremos al centro comercial a comprar nuestros disfraces.
Hypatia: MINA MÁS TE VALE NO FALTAR.
TaeTae: Ok.

Mina en vez de responder a la amenaza comenzó a reír. Tae era igual de seco en persona que por mensajes. Bueno, no sabía dónde era más seco. Porque un Ok era como lo más seco entre lo seco.

Mina: Iré. Pero, ¿cuáles son los planes para Halloween?
Hypatia: Los haremos hoy.
Hypatia: Llévate dinero para cenar, tengo ganas de Taco Bell.
Hypatia: Tae, tú también.
Mina: Encima me harás engordar. Pensaba que eras mi amiga, chica griega.
Tae: 👍🏻
Hypatia: Ya estás gorda, chica peruana.

¡Anda! ¡Sí que había algo más seco!
Definitivamente ese chico era asocial.

La plaza estaba vacía y Tae comenzaba a sentirse inseguro. A lo mejor lo habían cancelado. Entonces ya no tendría su Halloween esperado. Bufó. Por una cosa que le hacía ilusión. Literalmente, era la única cosa que le hacía ilusión. Era feliz una vez al año de una manera un poco tonta pero era feliz.
Bien. Si no querían ir que no fueran. Él podía hacerlo solo, como siempre lo había hecho.

— ¡TaeTae! —exclamó Mina abrazándolo por detrás.
Amaba darle sustos.

Tae dio un salto girándose de golpe sorprendido. Incluso soltó una maldición. Joder. Eso no se lo esperaba.

— ¿Estás loca?

Ella se limitó a asentir sonriente. Tae tuvo ganas la de sonreír también. No por ella. Ni por su sonrisa. Claro que no. Tuvo ganas de sonreír porque al final sus planes sí iban a salir bien.
Pero no lo hizo.

     — Un poquito — admitió la chica haciendo un gesto que indicaba poco con los dedos.
Esta vez ambos sonrieron. Fue raro. No era algo habitual que sonrieran al mismo tiempo. No era habitual tampoco el que él sonriera.
Pero ese momento duró poco pues se comenzaron a escuchar las ruidosas zancadas de una persona corriendo hacia ellos.
Cuando alzaron la vista vieron a Hypatia, con dos trenzas ondeando tras ella, corriendo hacia ellos con su personalidad hiperactiva. Pareció incluso bonito. Su pelo era del color del trigo y sus ojos azules profundos. Era algo digno de admirar.

      — ¡Hey! Parece que habéis llegado antes que yo. ¡Cosas de la vida! ¿Qué tal si vamos yendo?

     — ¿Al centro comercial? —preguntó Mina confusa.

     — Claro, ¿dónde si no?

     — ¿Hay una tienda de disfraces en el centro comercial?

     —  ¿Es que nunca has ido al centro comercial?

Mina se encogió de hombros negando. Tae hizo una mueca. La primera chica que conocía que no había ido al centro comercial. Aunque, bueno, tampoco es que conociera muchas.

      — ¿Dónde compras la ropa? —preguntó ya alarmada Hypatia.

    — Por internet...

Todos estaban asombrados. El centro comercial en sí era grande así que no les sorprendió pero, la tienda de disfraces, Dios, ¡era enorme! ¿Quién lo hubiera esperado? Tenía tres pisos. Era algo así como un paraíso de los disfraces y el cosplay.
Hypatia comenzó a dar saltos y palmadas emocionada.

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