martes, 24 de noviembre. 2015

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Aunque quiso faltar también el martes pensó que sería demasiado. Además, tenía un examen ese día, no era tan irresponsable.
Llegó al punto de encuentro a tiempo. Mina estaba allí con las manos en las tiras de la mochila, tirando de ellas distraídamente.

     — Hey —saludó él casi en un susurro.
      —  ¡Hola, TaeTae!

Mina estaba feliz de verlo. Sabía por qué. Sería cosa de ese día. Solo estaría de buen humor o algo. Debía ser eso.

        — ¿Por qué faltaste ayer?

        — El estómago. Me sentó mal el alcohol, supongo —mintió con facilidad.

— Uf, lo siento. El estómago es muy molesto cuando estás enfermo.

Tae asintió sintiéndose algo culpable. La chica le había creído al momento...

— Escucha Tae... Ahora no porque viene Hypatia pero... Da igual.

Mina se echó atrás insegura. ¿Qué podría decirle igualmente? No tenía sentido que intentara nada. Mejor que todo siguiera como lo había sido. Tae no eran una persona abierta al fin y al cabo. Seguramente solo evitaría hablar sobre ello.

— ¿Y esas caras largas? Sois muy raros, chicos —una bomba de energía marcaba la llegada de Hypatia.

Ambos trataron de dejar a un lado su incomodidad.

— Nada, nada. Supongo que esta mañana tenemos más sueño que de normal.

— Me estresáis —susurró Hypatia para sí misma.
¿Pensaban que era tonta? Hypatia se daba cuenta de qué ocurría entre ellos. De hecho, lo sabía mejor que ellos mismos ya que ella podía verlo todo desde fuera.
Antes que nada tendría que hacer que Mina le confesara que sentía algo por el chico. Ya se ocuparía después de que el chico hiciera lo mismo y juntarlos. Aunque, tenía la pinta de ser muy complicado. ¿No habría más maneras de juntarlos?




Por desgracia, sí, ocurriría algo que definitivamente les haría estrechar su amistad.

Pero no sería de la mejor manera.

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