Cuarenta y Cuatro

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Ava

De pie en medio de mi sala admiro el desastre en que se convirtió mi departamento. Realmente me sentía avergonzada por caer tan bajo y durante tantos días. Las botellas de alcohol vacías se dispersaban por todas partes, un recuerdo de lo mal que estuve pasándola. Beber fue mi única manera de escapar de la realidad y poder descansar un poco del lío en que se transformó mi cabeza.

Suspiré y levanté la ropa del suelo, tratando de hacerme más fácil desplazarme por el lugar. Estaría muy ocupada esta mañana ordenando y regresando todo a la normalidad. Con Blake despierto y recuperándose tenía que eliminar cualquier rastro de la Ava rota que fui mientras él se hallaba dormido. Me bastaba con que supiera lo mucho que extrañé tenerlo cerca, hablándome y mirándome. Lo último que quería era que viera lo infortunada que fui sin él.

Desde nuestro escape las cosas habían sido muy tormentosas para mí. Primero soporté tenerlo en el hospital sin saber si estaba vivo o no. Luego vinieron los dramas nocturnos que ahogaba en la bebida. Jamás lograría olvidar la manera en que Madre disparó a Blake o el cómo no alcancé a detenerla. La habré matado atropellándola con la camioneta, pero eso no impidió que la bala saliera del arma e impactara en su vientre, desangrándolo.

No quería recordar esa muerte, incluso si me convencía de que ella merecía un final así. Madre fue un monstruo malvado y cruel con nosotros, sin embargo, yo me volví una asesina a pesar de que fue en defensa propia. Eso me dijeron los oficiales de policía tras escuchar mi testimonio de aquellos días. Esa fue la única forma en que podría seguir viva y salir de allí sin terminar igual que Blake. Tenía que salvarlo después de todo, él se sacrificó por mí.

Limpio una lágrima, el momento reproduciéndose en mi cabeza. Me concentro en mi tarea, afanándome en reunir cada prenda en mi camino. No necesito estar triste cuando esas cosas han quedado en el pasado. Quisiera o no, el destino nos puso en aquella situación y actué del modo que consideré conveniente. La ira me dominó por supuesto y condicionó el hecho de que yo pusiera fin a la vida de Madre así.

Era su castigo. Repetirlo me haría creerlo.

Blake tampoco estaba feliz al enterarse de eso. Tras sentirse más despejado, me pidió que lo pusiera al día con lo que pasó mientras se sobreponía a la herida. Terminé contándole sobre ello y lo impotente que me sentí. Lo recordé tan bien que acabé llorando de nuevo, igual que en ese instante, y no le quedó más remedio que abrazarme, susurrándome palabras lindas en el oído, esperando que así me calmara.

―Lo siento ―le dije―. No era mi intención llorar sobre ti así.

―No tienes que ser fuerte por mí, cariño ―respondió, besando mi cabeza―. La fortaleza implica enfrentar las cosas por más miedo que te den y salir adelante, no mantenerse derecha y ajena como si nada pudiera afectarte.

Luego de eso me besó de la manera en que solo él puede hacerlo, incluso estando sobre una camilla. Terminé derritiéndome entre sus brazos, sus palabras asentándose dentro de mi mente. Él estaba en lo cierto con ello. La gente que supera sus temores, les planta cara sin importar lo mal que se sientan es a la que puede llamársele así. No sabía en qué momento Blake King se hizo tan sabio, pero no importaba la respuesta. Probablemente siempre lo fue.

Le expliqué igualmente cómo fue que Wolfe nos hicimos tan cercanos en esos días. Sus celos por él me resultaban divertidos, especialmente luego que se acordara de la forma en que nos conocimos. Sin embargo, para evitar que hubiera futuros problemas entre los dos, procedí a darle la historia por completo. No era bonita y obviamente no iba a limar las asperezas entre ambos. Deseaba que se llevaran bien por mí, porque los dos eran parte especial en mi vida.

El Rastro de Ti [C.O.R. #1]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang