Siénteme: parte X

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JungKook no buscaba comprender su rara y creciente necesidad de estar con el mayor. La verdad prefería vivir en la ignorancia antes que darse cuenta de lo que comenzaba a nacer en él. Sí, a veces era mejor no saber o comprender ciertas cosas. Era más feliz así.


Por ese motivo siguió su camino hacia la escuela, lugar al que no iba desde aquel día en que se encontró con Seok Jin a la salida y fueron por un café. Bien, la salida no fue muy extraordinaria. Apenas cruzaron palabras entre ellos, la mayoría del tiempo reinó el silencio y al terminar con el café, el alfa se fue alegando que su hermano lo esperaba. Y la verdad Kook no tenía una gran excusa como para retenerlo más tiempo, así que lo dejó ir mientras aun tenía más de la mitad del café en su taza tibio.


Vio a dos personas adultas salir del establecimiento con prisa y no comprendió la razón, pero le gustaba imaginarse los descabellados motivos. Su imaginación era valiosa en situaciones en las que estaba solo y no sabía que hacer.


Ingresó, oyendo risas y charlas en un algún lugar. Quizás estaban ya en el receso, por lo que comenzaba a dudar que Jin y su primo estuvieran en sus salones. Sin embargo no iba a rendirse pronto, no. Los iba a buscar, conocía el olor de ambos, sería sencillo así. A pesar de que el aire mezclara varios olores y le costara hallarlos.


Iba caminando, olfateando el ambiente, sin sentir la ya reconocida mezcla de eucalipto y flores. Aunque fue cuestión de tiempo para sentirlo apenas, perdido entre los demás, poco detectable. ¿Dónde estaría el alfa? Sus ojos lo buscaron, pero apenas había personas ahí, sin contar que en el patio había muchos niños y profesores, aunque era complicado distinguir a cada uno.


-¡JungKookie! Que sorpresa.


Estuvo a nada de patalear frustrado al oír la voz de Tae, el alfa al que no deseaba ver.


Volteó con una sonrisa falsa, viendo casi con molestia como el chico le guiñaba el ojo.


-¿Puedes dejar de hacer eso? Es molesto-se cruzó de brazos, viendo al chico mirarlo desconcertado.


-¿Qué?


-¡TaeTae!


Ambos giraron hacia la puerta del jardín, viendo a un omega de cara alargada y sonrisa radiante de la mano de un omega más pequeño y cachetón.


-Hobi, ChimChim-el chico abrazó sonriente al pequeño para luego apretar sus mejillas-tan bonito como siempre, ChimChim.


-Descuida, se lo digo siempre, no necesitas recordárselo.


Kook volvió a girar, viendo un alfa casi de la misma edad que el omega de gran sonrisa. El chico tenía una cara algo amargada, ojos rasgados y era muy pálido.

Siénteme [JINKOOK]On viuen les histories. Descobreix ara