Siénteme [JINKOOK]

Siénteme: parte LXXIV

Habían transcurrido alrededor de dos meses. Jin y JungKook hacía más de un mes y medio que habían hecho oficial su convivencia. Sus amigos y la familia del alfa estaban muy felices de la noticia, tanto que era común que dos veces al mes todos se juntaran a cenar en casa de la pareja, incluyendo JiMin y YoonGi quienes iban tras haber sido alumnos de Jin y hermano (y mejor amigo) del cuñado del mayor.

Eran días felices, muy hermosos. El trabajo y la universidad no había sido problema alguno para su relación, era más, les gustaba porque mantenía intacto ese sentimiento de necesidad y añoranza que tanto amaban. Kook seguía con su proyecto en el cuarto que fue de Tae, regañando a Seok Jin cada vez que pensaba en entrar cuando él estaba ahí o cerrando la puerta con llave para evitar que ingresara y arruinara su sorpresa. Aunque después de la segunda semana el alfa había entendido que su omega no quería que husmeara en su lugar secreto y decidió desistir, aunque no podía negar que había ocasiones en las que su curiosidad lo seducía lo suficiente como para dudar y querer ir a ver lo que había ahí, lo que su pareja ocultaba de él.

Alexander siempre lo tentaba a entrar, diciéndole que probablemente JungKook tuviera escondido cosas de sus ex y que por ese motivo no quería que ingresara ahí. Pero él sabía que su amigo lo decía con la intención de saber también que era lo que Kook ocultaba en esa habitación ya que le explicó que ni siquiera al sacarlo de casa lo pudo ver porque lo había hecho cuando no estaban. Además JungKook no tenía ningún ex, era el primero y único en su corazón. Alex sólo era un omega sumamente curioso.

Sin embargo no cayó nunca en la tentación y siguió siendo fiel a su novio, sin atreverse a entrar a la habitación que tanta curiosidad le daba. Aunque...tenía que reconocer que en ocasiones había pegado su oreja a la puerta para saber qué tanto hacía Kook...aunque apenas escuchaba maldiciones del menor cuando, de seguro, algo no salía como quería. En esos momentos sonreía y se iba antes de ser descubierto por su hermoso pequeño...estaba seguro que si lo encontraba con las manos en la masa se enojaría mucho con él y no lo dejaría abrazar mientras dormía. Y eso era un castigo sumamente cruel por parte de su conejito.

-Hyung-Kook entró a la cocina donde él tomaba un té, su voz sonaba cansada y un poco infantil.

-¿Qué pasa, conejito?-preguntó y le dio un sorbo a su taza.

-Necesito inspiración para seguir con el proyecto.-por el ruido dedujo que se había sentado cerca de él-inspírame.

-¿Y cómo puedo inspirarte, pequeño conejito hermoso?

-Con un beso podrías inspirarme más de lo que crees.-comentó Kook.

Jin sonrió, dejando la taza a un lado para estirarse y alcanzar a su novio. Sus dedos rozaron el brazo del chico y se guio con eso para llegar a la mano.

-Entonces bésame, JungKookie.-entrelazó sus dedos antes de agregar-Siénteme y alcanza tu inspiración.

El omega se sonrojó ante esas palabras pero aun así, tímidamente, se acercó a su novio y con delicadeza besó sus labios en un suave y casi imperceptible toque. Como si fuera la primera vez que se besaban. Sus manos se posaron en ambas mejillas y sus pulgares las acariciaron con ternura. Sus narices hicieron un pequeño contacto al estar demasiado cerca y JungKook juró que de todos los besos que se habían dado alguna vez, ese era el más tierno de todos.

Al separarse, pocos segundos después cuando la calidez de sus labios comenzaba a aumentar, el menor sonrió alegre, llevando las manos de su alfa hacia su rostro.

-Ya tengo la inspiración que buscaba, hyung.

♡Siénteme♡

NamJoon se cruzó de brazos, ignorando lo que tanto parloteaba Alexander a su lado. En ese preciso momento no quería verlo siquiera, así que subió aún más el volumen del televisor, dejándole en claro a su pareja que no quería oírlo.