9-Fiesta Con León Goretzka

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León abrió de golpe la puerta del baño, casi gruñendo mientras me inspeccionaba. —¿Y qué tal esto?

—Hmm, es mejor que los demás, eso seguro.—dijo León

Apreté los puños, molesta. Llevaba un par de jeans oscuros púrpuras, una camiseta blanca y una sudadera negra de Adidas, unas zapatillas deportivas y un pañuelo de color rosa que León me había obligado a ponerme. León me había obligado a cambiarme de ropa cientos de veces, las ganas de ir a una fiesta se habían esfumado.

—¿Podemos irnos ahora?— me quejé, mirándolo fijamente cuando él comenzó a reírse.

—Sí. No seas impaciente. —me ofreció el brazo.

Pero estaba demasiado molesta con él, así que le ignoré y pasé por su lado, bajé las escaleras y abrí la puerta.

—¡Me voy!— grité.

—Está bien, diviértete, cariño. — dijo mi madre.

Con León detrás de mí, me dirigí a su coche, y esperé a que lo abriera. Presionó el botón de desbloqueo y abrió la puerta, haciendo una reverencia.

—Después de ti, princesa.

—Cállate.— gemí, espantando su brazo, me quité el pañuelo antes de sentarme.

León se rió antes de correr hacia el otro lado del coche y subirse.

—¿De verdad que me vas a llevar a una fiesta?— pregunté, mientras comenzaba a conducir.

—Si... — hizo una pausa. —A pesar de que va a ser diferente a lo que te estás esperando.

Fruncí el ceño. —¿Qué quieres decir?

Movió la cabeza hacia los lados. —Ya verás.

Me eché hacia atrás, confundida. ¿Qué quería decir con que iba a ser diferente? Hubo un silencio durante unos minutos hasta que decidí romperlo.

—León, ¿a dónde vamos?

Íbamos por una carretera casi desierta, nunca había estado allí antes. ¿Qué estaba haciendo? Vi cómo nos adentrábamos en una calle destartalada. Había contenedores llenos de basura, por el suelo había todo tipo de porquería. Los jardines de las casas estaban descuidados y sucios, la hierba crecía desnivelada. Había casas sin puertas, con las ventanas rotas. Había una cantidad aleatoria de cosas por el suelo de la calle, incluso había un neumático partido a la mitad colgando de los cables de la electricidad. Me dí cuenta de un condón usado en medio de la acera, había barbies y bratz por el suelo, pero con la cabeza cortada. Casi grité cuando oí un ruido y a un gato pasar por delante de nosotros. Era negro y parecía que tenía hambre, mucha hambre. ¿Dónde estábamos? Había graffitis, basura, suciedad por todas partes, no podía imaginarme una fiesta en aquel lugar, y mucho menos ir a una.

—León, ¿a dónde vamos?— espeté cuando él no contestó.

Me miró y se echó hacia atrás mirándome intensamente.

—Tú querías una fiesta, y te voy a dar una.

—¿Qué es lo que te pasa?— pregunté confundida.

—Nada.— paró el coche, salió, mientras yo me quedé sentada, tratando de averiguar lo que estaba haciendo.

Abrió la puerta y dejé que me sacara del coche. Me puse de pie junto a él mientras cerraba el coche, y luego agarró mi mano, me empujó hacia delante en lo que parecía ser la peor casa de todas. Lo miré, esperando que estuviera bromeando y que no íbamos a entrar allí.

—Vamos.— tiró de mi mano mientras yo me quedaba quieta, mirando el lugar, disgustada.

—¿Por qué?— pregunté.

Frunció las cejas. —¿Por que qué?

Me aclaré la garganta, humedeciéndome los labios. —¿Por qué vamos ahí?

León miró hacia otro lado antes de mirar la casa, luego sonrió. —Querías una fiesta, te voy a llevar a una fiesta.

—¿Qué clase de fiesta es esta? ¿En qué tipo de casa?— pregunté.

Frunció el ceño. —No más preguntas, sólo sígueme.

—León, respóndeme.— espeté, pero no me hizo caso, me empujó hacia la puerta que estaba colgando de las bisagras.

Me empujó dentro, el olor fue lo que capté primero, parecía que alguien había querido pulverizarlo sobre el olor original, apestaba y quemaba la parte posterior de mi garganta.

Tosí fuerte cuando León me llevó más dentro. ¿Qué era lo que estaba haciendo? Traté de luchar pero él era demasiado fuerte. Miré a mi alrededor con asombro y disgusto. ¿Cómo alguien podía vivir en un basurero como ése?

Había manchas y marcas de suciedad por toda la casa, un charco amarillo en una de las esquinas que parecía pis. Había cristales rotos por el suelo.

—León— corté empujándolo contra mí.

Me miró con ira. —Esto es una fiesta de verdad. Rompiste conmigo porque querías fiesta, ¿verdad? Bueno, te voy a llevar a una fiesta. Mi tipo de fiesta.— añadió sombríamente.  

Capítulo porque ando feliz de aprobar mi examen en la universidad arre 💕

EX NOVIO POSESIVO | Leon GoretzkaWhere stories live. Discover now