3-La Ruptura

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Encontramos a León con sus amigos y su entrenador, estaban practicando para el partido de fútbol, León era el capitán. Llevaba la indumentaria de fútbol, su camiseta estaba completamente sudada y eso hacía que se pegara a su torso, marcando todos sus músculos. Me estremecí al pensar en ellos, no era un chico con músculos exagerados, pero era uno de los chicos más atractivos que volvían a las chicas y chicos locos en el acto.

Me sudaban las manos, mi corazón latía dolorosamente, mi respiración era entrecortada. León nos vio y una sonrisa se formó en su rostro mientras corría hacia donde estábamos.

—N-no puedo hacerlo.— murmuré, me apreté las manos con nerviosismo. Ruth puso un brazo sobre mis hombros y me dio un abrazo tranquilizador.

—Por supuesto que sí. Es fácil.

—Sí, fácil para ti decirlo.— reí.

—Vamos, hazlo. — dijo.

—Piensa en lo bien que estarás una vez que acabemos con esto, cuando vuelvan a estar juntos, los dos estarán bien al cien por cien. Serás capaz de ir a fiestas conmigo, divertirte, hacer lo que quieras.— rió. Sí, tenía razón. Esto sería mucho mejor para ambos.

Tenía que hacerlo. Me acordé de cuando León no me dejaba salir, de cuando no me dejaba hablar con los chicos.

Tomé una respiración profunda mientras León se paró frente a nosotras

—Natalia tiene que hablar contigo.— soltó Ruth, se alejó y caminó por detrás de León. León levantó una ceja. Me miró.

—¿Qué pasa?

Tomé otra respiración profunda, tratando de calmarme.— Liam, tengo que... — Dejé la frase en el aire ya que sus manos agarraron mi cintura, acercándome a él.

—¿Por qué estás tan nerviosa? Dime.

Tragué saliva. Maldita sea. Miré por encima de su hombro a Ruth, ''puedes hacerlo'' leí en sus labios.

—León, quiero romper contigo.— espeté a toda prisa. Sentí las manos de León apretar mi cintura.

—¿Qué?

Estaba seguro de que me había oído, pero quería que lo repitiera. Sentí que iba a llorar, vamos, esto no era real, iba a volver con él, pero todo parecía real, parecía que mi corazón se rompía. Me dolía. Cerré los ojos, incapaz de mirarlo.

—León q-quiero romper contigo.— dije con firmeza.

No hubo respuesta, sólo hubo silencio, parecía que mi corazón iba a estallar. Abrí los ojos para ver el rostro de León cerca del mío, me miraba con sorpresa y enojo.

Me presionó firmemente contra él, mi corazón latía dolorosamente.

—No.— sus palabras fueron tranquilas y lentas. Sabía que estaba enfadado, muy enfadado.

—¿Cómo?— pregunté con incredulidad.

—Te he dicho que no. No vas a romper conmigo.— apretó la mandíbula.

 Entonces me enfadé, era tan posesivo. Esta era la razón por la que tenía que romper con él, necesitaba darle esa lección.

—León. Voy a romper contigo.— dije con firmeza.

Acercó la boca a mi oído y me estremecí ligeramente ante sus acciones y palabras.

—Y yo te he dicho que no. Te lo he dicho. Eres mía y nunca te dejaré ir. - empezó a darme besos bajo el lóbulo de mi oreja y cuello, me estremecí y me mordí el labio para tratar de evitar que mi cuerpo respondiera.

—León.— me costó alejarme de él. — León, eres tan posesivo y protector que esto ya me cansa, tienes que controlarte.

—Natalia... — susurró.

No me iba a dejar ir. Empezó a morder mi cuello y a chuparlo, me estaba dando un mordisco de amor, me mantuve quieta ante su toque.

—León, esto no es gracioso, déjame ir, te he dicho que estoy rompiendo contigo.— contesté. Se alejó furioso. Se me quedó mirando.

—Entonces dime que no me quieres.

Me quedé inmóvil, mirándolo a los ojos. Por supuesto que lo quería. Por suerte, en ese momento, apareció Ruth, tirando del brazo de León para que me dejara ir, me soltó a regañadientes, sin dejar de mirar mis ojos.

—León, Ya la has oído. Vámonos Nat, tenemos una cita con la Sra. Blanca.

La Sra. Blanca era la enfermera, y no teníamos una cita con ella. Le dimos la espalda a León, oía a Ruth decirme lo fuerte que era y que podía con ello. Pero no podía concentrarme, todo lo que podía pensar era en lo que León me había dicho al oído. “Eres mía. Y nunca te dejaré ir. Y eso es una promesa que voy a mantener.” Me asusté ante sus palabras, León era alguien que siempre mantenía sus promesas. ¿Qué iba a hacer?

León POV

La ví alejarse de mí, Ruth se aferró a ella, no podía creer que hubiera roto conmigo. ¿Cómo podía? La amaba y sabía que ella sentía lo mismo. Así que no tenía ni idea de por qué lo había hecho.

Apreté mis manos, enfadado, no iba a permitir que ningún chico la tocara o hablara con ella. Era mía y ella lo sabía.

Oí a mis compañeros llamarme, pero yo no prestaba atención. Tenía que deshacerme de esta ira. Moriría antes de dejar que se fuera. Y eso era una promesa.

EX NOVIO POSESIVO | Leon GoretzkaWhere stories live. Discover now