6-Clase De Matemáticas

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—He oído que estás sola.

—¿Por qué rompiste con León?

—¿Quieres salir conmigo?

—León es tan guapo. ¿Por qué rompiste con él?

—Maldita sea, ¿quieres tener sexo conmigo? Es decir, ahora que estás sola

Me detuve, completamente disgustada por el último comentario, me volví hacia el chico pelirrojo frente a mí.

—¿Qué Dijiste?

Él sonrió. —Vamos, todo el mundo lo piensa, soy el único que ha tenido cojones para decirlo.

—Eres... — fui interrumpido por una voz detrás de mí: profunda, ronca, con ira.

—¿Qué es lo que has dicho?

Me estremecí ante lo enfadado que sonaba León. Todo el mundo se había callado, lo cual era un alivio para mí, ya que me habían bombardeado con preguntas desde que había entrado en la escuela, una multitud se había reunido a mi alrededor durante toda la mañana.

El pelirrojo se quedó inmóvil, mirando a León, se humedeció nerviosamente los labios.

—¿Has tenido las narices de decir el qué? Respóndeme. — dijo León, con las manos alrededor de mi cintura, tirando de mí hacia él.

Me relajé un poco contra él, feliz por la barrera invencible que había creado entre los chicos y las chicas desesperadas.

—N-no lo decía en serio, s-sólo le pregunté, ahora que está sola.— dijo, León gruñó.

—¿Cómo te atreves?— rugió, se movió hacia delante, empujándome detrás de él.

Me aparté, en silencio, era mi única oportunidad de escapar.

—¡Lo siento, hombre!— se disculpó el pelirrojo, alejándose cada vez que León se acercaba.

Corrí hacia una esquina, aprovechando que todos mantenían su atención en León y el chico. Sentí pena por él, pero lo que había dicho estaba fuera de lugar.

Puse la mochila en mi hombro, oí un grito que venía de mi derecha. Miré a León, quien me miraba. Me detuve, derrapando, y ví a Ruth esperándome.

—Hola Ruth, ¿qué pasa?— pregunté, sin aliento.

—¿Qué pasa? Eso debería preguntártelo yo. ¿Por qué vienes corriendo? ¿De quién huyes?— rió.

Me reí. —Creo que ya lo sabes.

—Hmm... ¿El pesado de mi hermano?

—Sí.

Suspiró y se colocó un mechón de pelo.

—En fin, ¿nos saltamos la siguiente clase?

Fruncí el ceño. —No, ¿para qué vienes si vas a faltar a clase?

Sonrió y se lamió los labios, mirando a un chico que pasaba a nuestro lado. —Porque el Sr. Staples me pone.

—¡¿Cómo?!— grité.

Ella se rió, agarrándose el estómago. —Tu cara ha sido lo mejor.

—Lo que sea.— murmuré. —Tú vienes a clase, aunque tenga que obligarte.— comencé a tirar de su brazo hacia la clase de matemáticas.

—El Sr. Staples me odia.— se quejó.

El Sr. Staples era nuestro profesor de matemáticas y odiaba a Ruth, pero era su culpa.

—Es tu culpa, siempre te estás burlando de su tartamudez.

Se rió. —¿D-diez m-m-mas dd-os cu-uantto e-s?— le imitó.

Me reí, a pesar de que me sentía culpable, el Sr. Staples era un buen hombre y un buen maestro.

—¿Cuánto es?

Se encogió de hombros. — ¿Y a mí que me importa?

Entramos en la clase de Matemáticas.

Caminamos hacia nuestros asientos, que estaban delante. El resto de la clase llegó mientras sacaba los libros y Ruth se quedaba quieta, girando un mechón de pelo alrededor de su dedo.

—¿Por qué estoy aquí?— preguntó.

—Debido a que esta clase es importante.— respondí, abriendo el libro de matemáticas.

—Sí, claro.— resopló.

Iba a hablar, pero fuí interrumpido cuando de repente la puerta de la clase se abrió. Todos nos giramos para ver quién era.

León

—¿Qué haces aquí?— preguntó Ruth, molesta.

Él no le hizo caso, tenía un papel en la mano que le entregó al Sr. Staples, luego salió de la clase sin mirar o hablar con nadie.

Me quedé sorprendida, por un segundo pensé que había venido por mí.

—Na-tt-a-li-a, t-t-te bu-busc-can en di-di-direcc-ción.— dijo el profesor en voz alta.

Inmediatamente todos comenzaron a murmurar, todo el mundo se preguntaba lo mismo que yo. ¿Por qué el director me quería en su despacho?

—¿Por qué?— preguntó Ruth.

Él la ignoró y se acercó a mí, con la nota en la mano, me la dio.

—V-ve-vete

—Está bien.— murmuré, dejé la mochila y el resto de mis cosas —Te lo diré cuando vuelva.— dije a Ruth, haciendo caso omiso de todos los demás, salí del aula.

—¡Más te vale!— gritó Ruth antes de que cerrara la fuerza.

Miré hacia abajo y leí la nota.

"Natalia Jones está citada en el despacho del director, en relación al incidente que se produjo esta mañana en el pasillo, a las 10:34

Clase B12. Hora 11:15. Profesor Sr. Staples. "

Un segundo después de dejar de leer, una mano me tapó la boca aislando mi grito de sorpresa y alguien me metía en un cuarto oscuro.

La puerta se cerró, y luché, quienquiera que fuese, me liberó la boca dejándome respirar. Me enderecé contra la pared y luego una luz se encendió. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que estaba en la habitación de Objetos Perdidos.

Y entonces lo ví.

EX NOVIO POSESIVO | Leon GoretzkaWhere stories live. Discover now