CAPITULO 29. SIEMPRE JUNTOS

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Eran las seis de la tarde y estábamos en el cementerio. El cielo estaba nublado y no se filtraba ningún rayo de luz. Ni siquiera los pájaros cantaban. Llegamos al lugar donde estaba la fosa. Un ataúd blanco estaba al fondo y un montón de flores se hallaban encima de él. Me había puesto unos pantalones negros y una camisa negra. Al cabo de unos minutos vino el cura a bendecir el cuerpo y decir unas palabras.

-En este día hemos perdido a un gran chico, su nombre era Carlos y…-empezó a decir el cura.

En aquel momento, no pude evitar pensar en todos los momentos que pasé junto con ese idiota y sonreí. Desde que nos conocimos…

‘’ -Soy Carlos 4B, ¿y tú?

-Marta, 5B.

-Como te decía antes, ¿necesitas ayuda?

-No, gracias puedo sola.

-Como quieras. Estaré aquí toda la tarde pásate si quieres. ’’

Cuando empecé a sentir algo más…

‘’ -Ya no es mi novia.

Esas palabras causaron en mí un alivio inesperado haciendo que todo lo que tenía en la cabeza (todos mis líos y preocupaciones) se esfumaran de repente.

-Mañana te recogeré a las 11. Estate lista.-dijo él con una sonrisa. ’’

Aquel momento…

‘’ -Puede que me guste un chico…

-Puede que a ese chico le gustes…-dijo pillando la indirecta.

-No creo. No lo demuestra.

Entonces va y me besa. El mejor beso de mi vida. ‘’

Aquel día antes del verano…

‘’ Salí y allí estaba Carlos en su reciente moto. Me tiré a sus brazos y le abracé.

-Algún día te harás daño con esta cosa…

-Jajaja, ¿nos vamos? ‘’

Se me cayó una lágrima que rápidamente limpié. Se lo había avisado… El cura acabó el discurso y me vi impulsada al pequeño escenario que montaron para dar los típicos discursos de familiares y amigos. Intenté pensar unas palabras con la cabeza pero ellas salieron solas desde el corazón

-Antes que nada quisiera decirles a todos que nunca pensé en este día. Nunca me imaginé estar aquí. Y nunca me imaginé tener que decir estas palabras frente a ustedes. No sé cuánto pueda resistir estar aquí, pero espero poder decir lo más importante. Al menos prometo hacer el intento. Como muchos de ustedes saben, Carlos era mi novio, y el amigo que nunca tuve. Le conocí porque vivíamos en el mismo edificio y bueno, me pareció un chico guapísimo. Si mencionara todas las cosas que aprendí de él creo que no acabaría nunca. A él le debo tanto, porque gracias a él tengo la familia que nunca tuve. No sé qué haré mañana cuando llegue al instituto y no reciba su llamada diaria contándome algún chiste nuevo. Me siento muy extraña, todavía hay momentos en los que me parece que todo esto fuera una pesadilla. Pero cuando me doy cuenta que esto es real, lo único que me reconforta es saber que él está mejor donde está, que desde arriba él me acompañará a dónde vaya hasta que volvamos a reunirnos y reír juntos como solíamos hacerlo. Gracias.

Bajé del escenario y le enterraron del todo después de algunos discursos más. Todo había acabado ya. Fui la última en salir y al final, me acerqué a su lápida arrodillándome en el suelo. Y rebusqué en mi bolso buscando unas cosas que había traído. Saqué una foto nuestra en un marco y una pulsera que me dio cuando hicimos una semana juntos. Lo dejé junto a él.

- Juntos por siempre…

Me levanté y me fui de allí rumbo a casa.

Mudanza a MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora