Fuimos de camino al lago. Tenía muy buenos recuerdos de aquel lago, cuando era pequeña, siempre estaba allí. Cogía mi bici y quedaba allí con mis amigas. Me preguntaba si sería como yo lo recordaba. Empezamos a pasar un gran bosque y empecé a ver a lo lejos las aguas cristalinas del lago. Paremos y bajemos todos del coche. Miré a mi alrededor y respiré hondo. Me sentía en casa por primera vez desde que llegamos. Dije que me iba a dar una vuelta por allí y Carlos se vino conmigo. Recorrimos todos los caminos que sabía y por último lleguemos a una vieja casa en medio del bosque.
-Recuerdo este sitio, cuando era pequeña siempre venía aquí y me imaginaba que era mi casa.
-Yo la veo más como una casa de miedo. Piénsalo, una casa de madera, derruida, en medio del bosque…-dijo Carlos- me da escalofríos.
-Quiero entrar.
-¿Qué? No me hagas entrar Marta…
-Pues quédate aquí, en el bosque, solo.
Entré y todo estaba cómo cuando era pequeña. En realidad, no era muy grande: un pequeño salón y una habitación. Sentí unas manos alrededor de mí.
-No me fio…-dijo él.
Sonreí y después de un rato salimos. Volvimos al lago y después de bañarnos y comer algo fuimos a casa. Me puse el pijama y me acosté. Antes de apagar la luz, entró Carlos y me miró con cara de cachorrito.
-¿Qué pasa…?
-Dylan va a dormir con Rebeca-dijo sonriendo maléficamente.
-NO, de ninguna manera.
-Porfaaaaaaa….- dijo con cara de perrito.
-Está bien. A la más mínima te vas, ¿eh?
Se acostó y apagué la luz. Al cabo de unos minutos se acercó y me abrazó.
-¿Carlos?
-¿Sí?
-Te quiero.
-Y yo a ti más.
Sonreí y me dormí a su lado.
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Mudanza a Madrid
Teen FictionA causa del nuevo trabajo de su padre, Marta deberá mudarse a Madrid donde hará nuevas amistades y quien sabe que mas.