CAPITULO 2. NUEVAS AMISTADES.

1K 49 8
                                    

CAPITULO 2. NUEVAS AMISTADES.

Bajé corriendo las escaleras hasta estar enfrente de la puerta. Llamé al timbre. Al cabo de unos segundos salió una mujer de unos 46 años con una bata.

-Emm… ¿Está Carlos?

-Claro pasa, está en su cuarto.

Entré en la casa y no miré alrededor como normalmente hacía solo busqué la habitación de Carlos. Llegué a una puerta al final del pasillo donde había un cartel con un nombre: Dylan. Sonaba música. Giré la cabeza y vi otra habitación con el nombre de Carlos. Respiré hondo y di tres golpes. La música paró y una voz desde dentro del cuarto me invitó a pasar.

-Adelante.

Abrí la puerta Carlos estaba sentado en el centro de la habitación con las piernas cruzadas y una guitarra sobre ellas. Llevaba el pelo alborotado y me pregunté si alguna vez se lo arreglaba.

-Ah, eres tú. Creía que te habías olvidado de mí.

Mierda.

-No! Solo que estaba ocupada- me excusé.

-Bueno, pasa y siéntate donde quieras.

La habitación era amplia, pintada de un color verde claro. Me senté en el borde de la cama que estaba al lado derecho de la habitación, nada más entrar. Me miró durante unos instantes, después siguió tocando. Lo hace muy bien, pensé. Cuando acabó me puse a aplaudir como una loca y cuando me di cuenta Carlos me miraba extrañado.

-Entonces… Supongo que te ha gustado, ¿no?

-Si… Puajajajaja. No, enserio, tocas muy bien.

-Gracias. Y que quieres hacer?

-No sé. ¿Qué sugieres?

Justo en ese momento entró un chico alto. Pelo rojizo con ojos verdes. Era guapo pero no tanto como Carlos. Enseguida supe quien era.

-Dylan, este mi cuarto….

-Carlos ¿y mi móvil?-dijo Dylan enfadado.

-¿Se supone que tendría que saberlo?

-Aaaajjj.

Se va de la habitación enfadado y dando un portazo pone fin a la conversación.

-Mi supuesto hermano-dice con cara de asco.

-Tenéis cierto parecido-dije sonriendo.

-¡No nos parecemos en nada!

-Para mí sí.

-Como digas… ¿Quieres venir esta tarde a dar una vuelta?

-Vaya, ¿harás de guía?

-Claro que sí. A las cinco y media bajas aquí a mi casa y nos vamos, ¿vale?

-Como quieras.

En aquel momento recibí un watts. Era Re.

‘’Re: sube a comer.

Yo: ¿ahora ya?

Re: si. Ya ligarás por la tarde.

Yo: ahora subo. ’’

Y esa fue nuestra larga conversación. En realidad las conversaciones entre Re y yo no eran muy largas. Nos abstenemos de hablar mucho porque siempre acabamos discutiendo.

-Lo siento Carlos. Tengo que irme…

-¿Ya? Bueno, esta tarde a las cinco y media en mi casa. No lo olvides.

-No lo haré.

Dicho esto salí de allí y me dirigí hacia nuestro piso.

-Espero que no hayas cocinado tu esta vez- dije abriendo la puerta riéndome.

-Muy graciosa, tienes suerte entonces, he pedido una pizza.

Después de comer me fui a mi cuarto. Mierda, las 4:30. Una hora para ducharme, vestirme y arreglarme. Después de ducharme y hacerme el pelo como puede, era hora de elegir la ropa. Unos vaqueros cortos, una camisa de cuadros con una camiseta blanca de tirantes bajo y mis converse.

Pasé de despedirme de mi hermana y bajé las escaleras corriendo. Llegaba 10 minutos tarde. Llamé al timbre.

-Hola-dije cansada.

-Pensaba que no vendrías- dijo él.

Levaba el pelo hacia arriba, vestía con una camiseta de Diesel, unos vaqueros y unas Nike negras. Salimos por la puerta y nos encaminamos por las calles de Madrid. Fuimos a la plaza mayor, al museo del prado, al paseo Florida… y finalmente paramos a una heladería a tomar algo y descansar.

-¿Y bien?- preguntó sonriendo.

-Recuérdame que la próxima vez coja el autobús. ¡Estoy agotada!

-Se está haciendo tarde. Vamos a casa.

Nada más llegar me puse el pijama, me lavé los dientes y me fui a dormir.

Me despertó el sonido de mi despertador y reprimí las ganas de tirarlo contra la pared. Me levanté vagamente ya que era primer día de clase y rebusqué en mi armario ropa que ponerme. Una camiseta rosa de Gap, unos heans y unas Vans rosas. Desayuné y me dirigí con la mochila llena de libros a mi nuevo instituto. Entré y pasé de la gente retrasada que cuchicheaba a mis espaldas para prestar atencion al mapa del instituto. Mi primera clase, biologia primer piso. Matemáticas tercer piso. Y así fueron pasando todas hasta la hora del patio. Guardé mi mochila en la taquilla y me salí fuera donde pude observar que el patio se dividía según los grupos de gente: pijos, cotillas, populares... Típico. Al entrar la gente se amontonaba en las puertas como si estuvieran ansiosos por dar clase. Y al salir fue igual. Dí gracias a dios por acabar el dia rápido y salí del instituto sacando mi I Phone y unos cascos. Si, se puede decir que yo siempre había sido una niña que lo había tenido todo, pero no por eso era mas feliz o superficial. Mis padres trabajan casi todo el tiempo y no los vemos a menudo. Re y yo nos criamos con nuestros abuelos. Había poca gente que entendía eso. Iba escuchando a The Vamps pasando por un paso de cebra cuando alguien me empujó y caí al suelo evitando que un coche me atropellara. Me quité los cascos.

- ¿Estás bien?

Era un lindo chico de ojos azules y cabello rubio. Ultimamente tenia suerte con los chicos.

-Si, gracias- dije sin dejar de mirarle.

-¿En que pensavas? Esto es Madrid.

-Losiento, solo iba a mi casa, no soy de aquí y ando un poco perdida...

-Soy Alex, por cierto.

-Marta.

El trayecto hacia casa no fue corto, pero la verdad, no me importaba si se tenia que alargar. Alex era estupendo. Entre charla y charla llegamos a mi casa.

-Bueno, ya estamos. Gracias.-dije sonriendo.

-No hay de que. Ya nos veremos.

-¿Como que ya nos veremos?

-Te he visto hoy en mi instituto, así que supongo que mañana nos veremos. Pasate a hablar conmigo al patio si quieres.

-Vale. Gracias por todo.

Subí las escaleras hasta el piso y sin comer me metí al cuarto. Tenia muchas cosas que digerir en mi cabeza.

Mudanza a MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora