CAPITULO 22. CONSECUENCIAS

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-¿Qué pasa Marta?

-¿Qué significa eso de que viene Dylan y tú no?

-Sí, verás…

-Carlos, no me hagas esto… no aguantaré aquí… mis amigas han cambiado, todo es diferente… este sitio ya no es el que era…

-Escúchame. Mi madre me ha castigado por mis notas.

-¿Cuál es el castigo?

-Irme con mis primas gran parte del verano, lo siento.

Cerré el laptop de un golpe furiosa. El que se suponía que iba a ser el mejor verano de mi vida, se estaba yendo a la mierda y junto con él todos mis planes. Vayamos a pasar el verano en el pueblo, decía. Y no tenía ni idea de esto. ¿La vida está en contra y quiere pelea? Que venga que la estaré esperando.

Aquel sábado por la noche seguía igual de furiosa. Me daba igual por lo que tuviera que pasar, este verano iba a ser como yo esperaba. Me arreglé para salir y me fui.

Desperté en un banco de uno de los parques del pueblo. ¿Qué había pasado? Tenía malas sensaciones. Lo último que recordaba era haber ido con gente que no conocía a beber, luego, otro recuerdo: una mano amiga me sujetaba mientras vomitaba, un beso, ¿con quién? Me dirigí a casa con dolor de cabeza (por no hablar de lo que recordaba) y miré el móvil: batería baja, apagado. Genial, todo era estupendo. Llegué a casa y esforzándome, abrí la puerta de casa. No recordaba estar así. Subí las escaleras torpemente y me fui de bruces contra el suelo. Me levanté torpemente y conseguí llegar a la cama pero viendo luces negras. Vi como Re venía y me preguntaba que me pasaba, me pitaban las orejas y no oía que me estaba diciendo. Con mucha dificultad conseguí hablar.

-Llama… llama a… un médico.

Desperté en la habitación de un hospital. Estaba dormido a mi lado… ¿Carlos? Intenté levantarme pero fue inútil, sentí unos tremendos pinchazos y no pude evitar quejarme.

-¿Estás loca? No te muevas-dijo Carlos recostándome.

En ese momento, lo recordé todo…

Bebí con unos chicos desconocidos, fui a una discoteca, bebí más. Salí fuera y casi me atropellaron, caí al suelo y empecé a vomitar. Yolanda apareció y me sujetó. Me levanté y volví a beber. Estuve dentro otra vez, hablé con Marc y le besé. Un momento, ¿qué? 

Mudanza a MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora