CAPITULO 27. EN EL HOSPITAL

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Las voces de alarma y asombro rodeaban a Carlos.

-¡Llamen a un ambulancia! ¡Por favor!

La gente se limitaba a mirar y yo me empezaba a desesperar. Al final apareció una ambulancia  y se lo llevaron y yo me fui al hospital con él. Nada más llegar me empezó a hacer preguntas una enfermera y a él se lo llevaron a una sala al fondo del pasillo.

-¿Qué relación tenía con el paciente?

-Yo…soy su novia…-dije llorando.

-Nombre, edad, parientes… Necesito que los llame.

Le di los datos que necesitaba y llamé a su madre que estuvo allí en unos 5 minutos. Luego vino Re y Dylan. Mi hermana se acercó a abrazarme.

-Marta… He llamado a alguien para que esté contigo…

Detrás de ella apareció una figura con rostro preocupado que buscaba por todas partes a una persona. Vestía con una cazadora negra y unos jeans. Alex. No lo dudé ni un segundo de ir con él y abrazarle para encontrar algo de consuelo entre sus brazos.

-¿Cómo estás…?-preguntó con voz ronca.

-Mal… muy mal…

-Lo siento Marta.

Me abrazó con más fuerza y después de limpiarme, nos llevaron a una salita de espera a todos dónde debíamos de esperar allí al médico con el diagnóstico. Al cabo de un rato vino el médico. Era muy bajito, casi como un niño y tenía el pelo blanco y raro, casi habría sido gracioso si no fuera por la situación.

-Lamento informarles de que el paciente Carlos, se encuentra en estado de coma. Puede que permanentemente.

Me llevé las manos a la cabeza y me dejé caer al suelo. Ya está, todo se había acabado. Prefería morir a vivir sin él. En ese momento se me pasaron cosas por la cabeza muy malas. Nos turnamos para hacer las pocas visitas permitidas en la sala por orden de preferencia. Primero su madre, luego Dylan y finalmente yo, ya que solo se permitían como máximo tres visitas de una persona cada una. Fueron pasando las horas y Alex seguía conmigo. Me había calmado un poco y entonces salió Dylan. Me tocaba…

Entré en la habitación y el ambiente tenía un aroma cargado a antisépticos. Estaba iluminada por dos grandes ventanales situados en una de las paredes. Avancé unos pocos pasos más y allí estaba. Su piel que antes había sido más bien oscura, ahora estaba totalmente pálida, los labios carnosos sin color y su pelo sin brillo… Tragué saliva y respiré profundamente antes de acercarme un  poco más a él y sentarme en una de las sillas acolchadas de madera que había en un lado de la cama. Le miré y mis ojos se inundaron de lágrimas queriendo salir.

-Sé…-aclaré mi garganta- sé que estás ahí. Sé que puedes oírme. ¿Estoy aquí vale? Todo va a salir bien, pero tienes que despertar.

Le cogí la mano y me acerqué más.

-Saldrás de esta, lo sé…-susurré.

La madre de Carlos insistió en que me fuera a casa y escuchara música para relajarme y pensar en otra cosa. La música siempre me había ayudado. Pasé el tiempo escuchando las canciones de my Ipod hasta que empezó a sonar una canción:

''Then I lost it all, dead and broken my

Back’s against the wall

Cut me open

I’m just trying to breathe

Just trying to figure it out

Because I built these walls to watch

Them crumbling down

I said, then I lost it all

Who can save me now?''

Mudanza a MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora