Capítulo 124: Six mois

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— ¿Qué cantas, Pipi? —pregunté cuando vino hacia mí.

—Oh, no lo sé. La escuché en la radio hoy, aquí sí que tienen gustos raros... —comentó—¿Estás lavando?

— Estoy lavando —afirmé—, y el agua está helada.. ¡Ay! Como tus manos. —murmuré cuando acarició la piel de mi cintura.

—Te ves hermosa hoy, ¿sí lo sabes? —pegó sus labios a mi oído- Bueno, siempre te ves hermosa, pero hoy más.

—Acabo de despertar.. —agaché mi rostro.

Me besó la nuca, justo encima de mi tatuaje haciendo que mis vellos se ericen debido a la calidez de su aliento. Me di vuelta hacia él mientras secaba mis manos con una servilleta, posé mis manos en sus hombros y descendí delicadamente por sus brazos sintiendo las ondulaciones de estos.

—Mmm, kiss me. —murmuró bajito.

Iba a besarlo, en serio una a hacerlo. Pero fui interrumpida por una llamada entrante a mi celular.

Ya te olvidaste de ? —oí inquirir en inglés. No pude evitar sonreír.

—Más bien, tú te olvidaste de mí. —contesté.

Oí su risa.

Hola, Pinki. —pude notar la sonrisa en su voz.

— Hola, Koda. —reí.

—¿Por qué hablas en inglés?, ¿Quién es? —inquirió Abraham.

¡Hola, tackles! —exclamó Juan desde el otro lado de la línea.

Abraham rodó los ojos.

— Oye hermano, estábamos en medio de algo. —se quejó Abraham.

¿Qué marca de condones usas ? Los míos son difíciles de poner. —bromeó Juan.

—Después te digo. —contestó Abraham.

— ¿Ustedes no pueden tener otra charla que no sea sobre sexo? —espeté— Hombres tenían que ser..

Con mi dedo pulgar, limpié la comisura de los labios de Abraham en la cual tenía azúcar glass sobresaliendo.

Ambos rieron al unísono y yo me fijé en las hermosas facciones de mi novio al hacerlo. Él tiene la sonrisa más pura y sincera que he visto en mi vida. Me acerqué a él, abrazando su cintura con mi brazo libre. Continué balbuceando respuestas a lo que Juan decía desde la otra línea, ni siquiera estoy prestándole atención a mi amigo. Estoy perdida en él, en sus ojos, en la manera tan llena de amor que tiene de mirarme. Él está sonriendo, supongo que le está causando gracia la situación, pero no puedo hacer más que admirarlo, a él a y su sonrisa. 

Jari, ¿Si estás escuchándome, mujer? —oí la exclamación de Juan.

— Oh, sí.. Eh.. digo, no. ¿Qué decías? —murmuró sin despegar la mirada de Abraham.

Él se ríe, tímido.

¿Quieres te llame cuando acabes de satisfacer tus deseos? —intuyó mi sabio amigo.

— ¿No te importa? —dije, prestándole atención a la sonora carcajada que soltó Abraham.

Simplemente colgó y yo tampoco hice más que dejar el celular sobre el mesón y perderme completamente en el bello hombre que tengo en frente.

LOUDER | RMWhere stories live. Discover now