Extra. Max

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-Kya, espera -digo con desesperación, pero al entrar a la habitación sólo la observo y noto que llegué demasiado tarde.
Mi maldito corazón se detiene y siento que ya no puedo respirar.
Ella se voltea en mi dirección, me observa y después mira esos anillos.
Es demasiado tarde, veo como sus ojos brillan, sé que va a comenzar a llorar en cualquier momento y lo que veo en su cara es malditamente hermoso. Se ve feliz, radiante, emocionada, sorprendida y por más que sea un infeliz, no puedo arruinar este momento. Por primera vez son conciente de que no tengo que ser un idiota.
-Max...
No estoy listo para esto, y ella tampoco, pero no puedo y no quiero borrar esa sonrisa.
-Era una sorpresa... -logro decir, estoy hablando con dificultad y tiemblo en el interior, pero esa sonrisa, esa maldita sonrisa lo vale.
-Pero...
Doy un paso al frente y ella hace lo mismo. Ha comenzado a llorar y sigue impactada. Admito que imaginé este momento miles de veces y traté de visualizar todas sus reacciones, pero la realidad es mucho mejor y me asusta lo mucho que me gusta esto, aquí y ahora, tomándome por sorpresa también a mí.
-Kya...
Soy un imbécil y balbuceo dos veces. No tengo una maldita idea de que decirle ahora. ¿Cómo se lo explico? ¿Y si no lo entiende?
-¿Era esto lo que querías decirme ayer? -pregunta sin quitar sus ojos de esa cajita, y su sonrisa sigue ahí, junto con esas lágrimas que están por desbordar de sus ojos.
-Sí, pero... No me atreví a hacerlo, Kya -confieso por lo bajo, y me siento algo avergonzado. Aún no sé si puedo hacerlo, pero es tarde.
-¿Tu quieres...?
Antes de que ella termine la frase, me acerco y coloco mi dedo sobre sus labios. Esto va a ser un maldito desastre que trataré de solucionar.
-Llevo meses guardando ese anillo.
-¿Qué...?
-Intenté dártelo en nuestros últimos dos aniversarios, pero... Cada vez que trato de hacerlo simplemente me vuelvo un maldito cobarde y lo vuelvo a guardar. Ayer tampoco me atreví a hacerlo.
-¿Por qué no?
-Estoy aterrado, ¿de acuerdo?
Kya frunce el ceño y no me gusta esa cara. Su sonrisa ha desaparecido.
-No estoy entendiendo. ¿Quieres casarte conmigo o no?
Mierda... Ahí está esa palabra que tanto me aterra, y este es el momento en el que estoy casi seguro que voy a decir algo que lo arruinará todo.
Vamos, Max. No seas un imbécil está vez.
Ella merece este estúpido momento de princesa que tanto desea.
-Son anillos de compromiso. Creo que es pronto para una boda, pero... -paso una mano por mi cabello y suelto un suspiro. Ella ahora está muy seria y ese brillo desapareció. ¿Qué mierda estoy haciendo?-. Aún no quiero una boda, es decir... Quiero hacerlo más adelante. Es mi compromiso contigo, ¿entiendes?
Ella me mira por varios segundos y después se cruza de brazos.
-¿Es por eso que no quieres ir a la boda de Mike?
Oírla decir eso me molesta de inmediato y mi mala cara se hace presente.
-¿Por qué mensionas a ese idiota? Estoy hablando de nosotros.
Kya pone los ojos en blanco y después sonríe. Sí, una sonrisa. Eso es bueno.
-¿Anillos de compromiso?
-Sí.
Tomo la caja de sus manos y los observo. Imaginé ese anillo en su dedo miles de veces, pero sé que se enfadará cuando le diga todo lo que he pensado.
-Kya...
-No sé qué decir.
-No quiero que empieces a planear una boda para el siguiente mes. Quiero que... Ni siquiera sé qué mierda decir, se suponía que no debías encontrar esto.
Me siento ridículo. Esto salió como la mierda, y no puedo ser romántico en este momento.
Soy un imbécil.
-No quieres que enloquezca.
-Exacto.
Ella asiente y después mira hacia todos lados, pero me desconcierta su actitud.
Cuando lo noto, sus ojos están llenos de lágrimas y la confusión me hace sentir aún más estúpido. ¿Y ahora qué sucede?
-Arruiné la propuesta... -susurra por lo bajo y después una lágrima se escapa de sus ojos-. Soy una entrometida... Lo arruiné.
Sonrío levemente y la acerco más a mi.
-Sí, eres una entrometida -comento con una sonrisa, y después siento la necesidad de abrazarla. Esto no estaba para nada planeado, ni siquiera la propuesta real, pero tengo que hacer que valga la pena.
-Lo siento...
Acaricio su cabello y suelto un suspiro cuando sé que tengo que hacer esa idiotez de los anillos. Ella lo está esperando y no quiero decepcionarla.
-Kya...
Otra vez me siento como un idiota, pero nadie más está aquí y me gusta verla llorar como niña, una hermosa niña sonriente y feliz.
-Sé que esto no es nada romántico...
-Eso no importa -comenta rápidamente.
-Tu sabes lo que siento por tí, tal vez sea un idiota muchas veces, pero lo sabes.
Ella asiente y comienzo a ver esas lágrimas asomarse.
-No puedo creerlo. Creí que esto jamás pasaría.
-Quiero hacerlo, pero tienes que darme un poco más de tiempo. Quiero solucionar toda esta mierda, quiero que termines la universidad, y quiero tener algo más que ofrecerte. Por ahora estamos comprometidos, ¿de acuerdo?
Esa primer lágrima escapa y yo logro sonreír. Me siento tenso y me tiemblan las manos, pero trato de que ella no se dé cuenta.
-Oh, Max...
Tomo el anillo, ella me entrega su mano y sorbe su nariz. Deslizo el anillo por su dedo anular y tengo que contener esa cosa que invade mi pecho al verlo ahí.
Es una mezcla de miedo y felicidad, pero sobre todo miedo.
-Oh...
Ahora sí ella empezó a llorar de verdad, tiene esa inmensa sonrisa en sus labios y los ojos extremadamente azules, que brillan de una manera que jamás he visto.
No, jamás la había visto así de feliz por mi causa, y se siente bien.
-Lamento si no fue lo que esperabas.
-Max... Es perfecto -asegura, después seca su mejilla, toma mi cara con ambas manos y me besa muy despacio.
Kya tiene ese maldito don de hacer que me olvide del mundo cuando me besa así, y francamente lo único que quiero ahora es desnudarla por completo y llevarla a la cama.
-Te amo... -susurra con la voz entrecortada. Acaricio su cara y apego nuestras frentes por un momento. Ella cierra los ojos y yo tomo un poco de aire porque sé que quiere oírlo también.
-Te amo -susurro por lo bajo, sobre su oído, para que pueda oírlo.
Cuando me mira parece sorprendida, pero sonríe como me gusta. Me vuelve a besar con un poco más de brusquedad, me quita la caja de las manos y con algo de prisa y torpeza me pone el anillo.
No voy a acostumbrarme a él, estoy seguro de eso, pero voy a darle el gusto.
-No tienes idea de lo feliz que me haces...
-Basta de hablar.
Tomo su camiseta y se la quito rápidamente, no me gusta perder el tiempo, la quiero debajo de mi ahora, y admito que imaginarla completamente desnuda, luciendo sólo el anillo, me excita bastante...

Kya acaricia mi pecho y me observa detenidamente. Puedo ver su sonrisa por el rabillo del ojo, pero no sé qué haré o que diré si la miro una vez más. Me estoy volviendo un idiota sentimental y se siente extraño.
-¿Qué dices si salimos a cenar?
-Bien.
Ella suelta otro suspiro, pero es uno de esos que vienen acompañados de una sonrisa.
-¿En qué piensas?
Ahora soy yo el que suspira, pero por más que no quiera arruinar el momento, sé que tengo que decirlo.
-Prometeme que no le dirás nada a tus padres.
Kya abre los ojos rápidamente y se sienta a mi lado.
-¿Por qué?
-Por el momento prefiero que sea un secreto de ambos.
-Pero, Max... Son mis padres.
-Exacto. Sabes cómo son y lo que dirán sobre esto. Necesito que lo mentengas en secreto por lo menos por un mes.
-No...
-Quiero hablar con tus padres, ¿de acuerdo? Necesito tiempo para hacerlo.
-Pero...
Odio cuando ella no logra entender. Me desespera bastante, pero trato de mantenerme calmo.
-Solo un mes... Kya, quiero hacer las cosas bien -aseguro, y noto como ella se tensa un poco.
-Soñe con esto desde que soy una niña, ¿y me pides que mi familia no lo sepa?
-Solo por un mes. Se lo diremos, pero aún no. Por favor.
Ella parece pensarlo por varios segundos, después observa su anillo y asiente levemente.
-Bien. Esperaré a que hables con mis padres.
Oírla decir eso me alivia y me da un poco más de tiempo para tomar coraje y enfrentar realmente todo este asunto. Sabía que lo haría en algún momento, pero definitivamente este no era el momento.
-Prometo será un mes, tal vez menos.
-Bien...
Beso sus labios, pero ella sigue seria. Trato de devolverle esa sonrisa, pero sé que lo arruiné. Ella no me entiende del todo, pero lo acepta, y es lo mejor. Tengo que hacer esto bien. Los Eggers me importan una mierda, pero sé que para ella si es importante que haga esto como se debe, y voy a tratar.
-Vamos, no estés molesta...
Ella aparta su cara cuando quiero besarla de nuevo, pero no me rindo. Sé que lo entenderá.
-¿Podré presumir mi anillo en la universidad por lo menos? ¿Y en el gimnasio?
-Sí, puedes hacer lo que quieras, pero no con tus padres. Aún no, por favor.
-Bien...

KYA 2 - Deborah Hirt ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora