Capitulo 28: Tu madre no es humana.

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Y aquí estoy yo, junto a Azael.  Frente a una mansión que lleva por nombre "La serpiente". Veo a Azael hablar con uno de los guardias y este me mira frunciendo el ceño, le sonrio algo nerviosa. Azael hace señas para que me acerque y hago lo que me pide.

-Esta es Cassandra, debemos hablar con la Serpiente. Hasta su trasero está en peligro si no la ayudan.-dice Azael y el hombre suspira cansado y dice algo en un idioma que jamás había escuchado.

-Muy bien, pasen.-dice y vi como se abrían los portones. Azael pasa un brazo por mi cadera acercando mi cuerpo un poco más al suyo, lo veo y seguimos caminando. Entramos por un pasillo y llegamos a una gran sala llena de gente vestida de forma rara, me sentí algo incómoda con la mirada de un chico en lo alto, a su lado otra chica. Ambos parecen de unos 25 años, pelirrojos, ojos azules. Azael se acerca conmigo hasta ellos y estos lo vean con una ceja arqueada.

-Valla, mira Lucia. Es nuestro amigo Azael.-dice el chico y Azael lo ve sin expresión.-¿Quién es tu amiguita?

-Mi novia.-responde y eso hace que sonría grande y tome su mano, la chica pelirroja me mira mal.

-Bueno, ¿Y que te trae por aquí?-pregunta sentándose en uno de los sofás negros. Veo sus dedos, llenos de anillos y frunzo el ceño al ver uno en forma de serpiente.

-Eso debemos hablarlo en privado.-responde Azael.

-¿De que trata?-pregunta el chico.

-De Cassandra, o sea mi novia. Queremos saber,¿si es una nephill normal o si es otra clase de criatura.-responde Azael y él chico frunce el ceño. Se pone de pie analizando mi rostro.

-¿Es hija de ángel caído?-pregunta y yo lo veo raro.-Pues, la energía que sale de ella no lo parece. Siganme.

Azael vuelve a tomarme de la mano hasta que llegamos a un tipo de oficina, al entrar se sentó en un sillón color blanco y nos invito a sentarnos en otra.

-Bueno, antes que nada. Necesito una prueba de tu sangre, Cassandra.-dice y yo asiento. Él saca una jeringa y toma mi brazo derecho, toma la sangre que necesita y luego me observa.

-¿Algo más?-pregunto y él asiente.

-Te haré unas preguntas y quiero que seas honesta conmigo.-dice y yo asiento.-¿Quienes son tus padres?

-Bueno, mi madre se llama Kelsey es humana y mi padre es Samyaza.-respondo.-Ángel caído obviamente.

-¿Tu madre es Kelsey Smith?-pregunta y yo asiento encojiendome de hombros. Él frunce el ceño y me sonríe.-Sabias que tu madre no es humana. Es una combinación entre demonio y hechicero.

¡¿QUEEEEEE?!

Eso hace que mi corazón lata tan rápido que siento que se saldrá se mi caja torácica. Dios mio, esto no puede ser. Debe de ser un error o una broma, digo es que mi madre. Ella...

-Noooo, eso no es verdad. Mi madre, es qué... Dios mio.-susurro.-Es que vi sus moretones cuando papá le pegaba y...

-¿Eres retrasada?-pregunta Azael y lo veo mal.-Si un ángel caído te hace moretones es más que obvio que te mataría si te golpea enojado.

Rayos, es cierto.

-P-pero, ¿como no lo supe antes?-pregunto y el pelirrojo se pone de pie.

-Bueno, puede que sepa esconder bien su poder y todo.-dice y luego muerde su labio inferior.-Tu madre nunca quiso ser lo que es, todos la miraban raro y más cuando el poder heredado de los demonios se estaba haciendo presente. Se volvía paranoica, gritaba, arañaba las paredes, sus ojos se volvían negros y decía que tenia sed. Creo que de alimentaba de sangre.

Demasiada información.

-Supe que abandono la aldea de hechiceros y decidió abandonar la magia y tratar de sacar el demonio que tenia dentro. No te diste cuenta porque cada vez que pasaba algo te borraba la memoria, creeme trato de que la ayudara y me negué, los demonios son traicioneros.-termina y yo suspiro cansada.

-Entonces, ¿cuando sabrás que soy?-pregunto loca por que me expliquen para irme a hablar con mi padre.

-Vengan dentro de cuatro días, me mantendré en contacto.-responde y yo me pongo de pie.

-Gracias, ahora debemos hablar con mi padre.-digo y el asiente.

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Estoy en mi cuarto, secando mi cabello frente a la atenta mirada de Azael. Cada paso que doy el lo mira, papá no se donde rayos está y Azael decidió no dejarme sola. Recuerdo que me dijeron que debía estar acompañada siempre de alguien, dejo el secador y Huelo mi cabello.

-Hummmm, coco.-sonrío y veo por el espejo a Azael,  toca mi cabello y lo huele también.

-Me gusta.-susurra y yo muerdo mi labio inferior. Hace mi cabello a un lado y acaricia mi hombro desnudo y me da un beso húmedo allí. Cierro los ojos y me soy vuelta.
Dios lo deseo tanto, tengo ganas de besarlo abrazarlo, sentir mi piel desnuda contra la suya. Lo Atraigo hacia mi y lo beso en el cuello. Donde ese rico aroma me atrapa.

-¿Cuando lo haremos?-susurro y lo siento tenso. Lo veo a los ojos y él sonríe.

-No creo que sea correcto, no me perdonaría nunca hacerte ese daño.-dice y yo frunzo el ceño.

-Azael, es obvio que me dolerá la primera vez pero tampoco es para tanto,  tu ya antes me habías lastimado.-digo y él frunce el ceño y comienza a reír.

-Ni siquiera sentía nada por ti, ahora si te quiero y no quiero hacer algo que terminaras lamentado.-dice recostándose en mi cama.

-Azael, dame una verdadera razón.-digo y se encoje de hombros.-Ha ya sé, la tienes pequeña y te da vergüenza.

Él se pone de pie con horror. Bueno creo que no es eso, entonces continuo.

-Entonces, ¿tienes problemas para tenerlo erecto?-él me mira raro.-Aaah, eres malo en la cama y por eso...

-Por Dios, Cassandra.-dice y yo comienzo a reír-Dejame decirte que tengo un pene lo suficientemente grande como para hacerte daño que para darte placer, no tengo problemas de erección, si los tuviera no tendría que cada vez que nos besamos ir a casa y darme una ducha con agua fría o darme mano, y por último eso no lo dicen las mujeres con las que me he acostado, les puedo dar hasta 5 orgasmos en una ronda.

Lo veo asqueada y media sorprendida, también aguanto la risa.

-Perdón, creo que herí tu ego masculino.-digo y él me toma de la cintura y me sienta sobre su....¡OH MADRE MIA!

-Lo sientes, esto es lo que me haces. Al punto de doler.-dice y yo muerdo mi labio y comienzo a reír.

-Eres un pervertido, ve al baño y soluciona tu problema.-digo poniéndome de pie. Camino hasta la puerta y luego me doy vuelta.-Sabes, en esa gaveta hay una foto mía y bragas, puedes usarlas.

Cerré la puerta y corrí hasta la cocina victoriosa.

Azael (Terminado)Where stories live. Discover now