Capitulo 18: Los dibujos en el cuaderno

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Estaba al frente del almacén abandonado serca del panteón y me abracé a mi misma al sentir una corriente de aire fría, tenia un suéter color blanco con negro que me había regalado mi madre hace dos años atrás. Tenia el cabello suelto y un gorro ya que hacia frío, unos jeans y unas botas con algo de tacón. Entre lentamente al lugar, estaba muy oscuro y olía a humedad.

-¿Hola?-dije ya que no veía a nadie, me adentre más al lugar y la puerta se cerró de golpe. Me exalté y casi grito del susto. Caminé un poco más y luego vi que se encendieron unas luces. Trague duro y vi como se formaba una figura frente a mi.

-Hola, Cassandra.-dice la voz de una chica, era muy hermosa, con labios gruesos pintados de color rojo, el cabello rubio y en perfectas hondas, tenia un lunar serca de los labios y su cuerpo era sumamente perfecto.

-¿Quién eres?-pregunté y ella se acerca. Tiene puesto unos pantalones de cuero negro, un mini top negro y botas negras.

-Eso no importa ahora. Lo que si importa, es lo que te voy a decir. Es por tú bien querida.-dice con esa voz llena de seguridad.-Quiero que te alejes de Azael.

-¿Disculpa?-pregunte con los dientes apretados.¿Y esta quién se cree para prohibirme acercarme a Azael?

-No solo te lo digo porque es un peligro para ti, sino porque necesitamos que te conservas pura y virgen.-dijo y yo frunci el ceño.

-¿Qué?

-Así es.-escuche otra voz que salió de la oscuridad. Es él, es el hermano de Azael.-Brataal, te necesita virgen. Quiere ser el primero en tenerte para la llegada de su hijo.

Frunci el ceño aún más y luego retrocedí dos pasos.

-Ahora, necesitamos algo de ti.-dijo la rubia.-Necesitamos de tu sangre.

-¿Mi sangre?-dije con la voz entrecortada.

-Si, Cassi.-dijo Azazyel.-La sangre de una hija de ángel caído, de la posición de tu padre es sumamente poderosa. Nos brinda mucho poder. Pero la tuya es única, es más satisfactoria, nos brinda a nosotros mucho más poder.

-Sólo, no grites y prometo que no dolerá mucho.-dijo la rubio y corrió tras de mi. Grité y me di vuelta para correr, pero no llegué muy lejos, ella me tomo del cuello y me tiro hasta una ventana, la cual se rompió y un vidrio me corto en la mano y muñeca. Grité del dolor. Azazyel me tomo de ambas muñecas y me arrastro hasta el centro del almacén.  Cuando me soltó, lo paté en los genitales y luego en el rostro, cayó al suelo y traté de escapar, pero la rubia se interpuso en mi camino una vez más, la miré y trate de golpearla pero fue inútil. Me pegó fuerte en el estómago y caí sin aire al sucio y frío piso.

-Esta maldita perra.-dice Azazyel acercándose.-Me las va a pagar.

-Tranquilo, no podemos matarla. Brataal no encadenaría al infierno.-dijo la rubia y me dio vuelta. Azazyel tomó mi muñeca herida, sacó el pedazo de cristal y mordió fuerte, lancé un grito y la rubia sacó unos tubos y de esas bolsas donde hechan sangre. Mi vista se fue nublando hasta casi desmayarme.

Pero a los minutos de ellos terminar de sacar de mi sangre, escuché que entraban más personas, escuché la voz de Azael y lo vi, estaba parado como una estatua mirando a la rubia.

-A-Azael.-susurré y fue lo último que dije antes de desmayarme por completo.

Horas más tarde

Me muevo incómoda en lo que parece ser una cama y abro los ojos, me encuentro con un dormido Azael a mi lado, tiene los labios entre abiertos y un brazo bajo su cabeza. Mojo mis labios y veo a mi alrededor, es un cuarto con las paredes negras, las sábanas son blancas y tienen el aroma de Azael en ellas. Miré mi muñeca con un vendaje al igual que mi mano. Me pongo de pié muy rápido haciendo que Azael se sobre salte y me tome del suéter.

-¿A dónde vas?-me pregunta con la voz ronca y yo tomo su mano y me siento en la cama.

-No iré a ningún lado.-susurré. Él me toma de la cintura y me pone sobre él, luego me abraza.

-Me preocupaste, Luz.-susurra contra mi cuello.-En tanto tiempo no había tenido ese sentimiento de miedo, en mi.

-Lo siento.-dije con lágrimas en los ojos. Él me abraza más fuerte. Me separo un poco de él y lo veo directo a los ojos. Unimos nuestros labios en un beso brusco y desesperado, como si hubiéramos tardado años en volver a besarnos, vernos o tocarnos. Mi lengua lucha contra la suya, él aprieta mis caderas y yo halo su cabello negro, siento que me falta el aire así que me separo unos segundos de él, para volver a besarlo, mi corazón esta que sale de mi pecho, y siento un hormigueo en mi estómago. Azael comienza a besar mi cuello y yo levanto los brazos para que él quite mi suéter de lana, lo hace y pone una mano en mi espalda y otra en mi nuca para volver a besarme, pero antes de que esto llegara más lejos, el sonido de que tocaban la puerta llegó a nuestros oídos. Rápidamente Azael me soltó y se apartó de mi, me puse el suéter y el con la respiración agitada al igual que la mía fue abrir la puerta.

-Traje esto para Cassi.-escucho la voz de Ramuel. Él entra y me sonríe.-Hey, mira te traje chocolate con leche caliente y galletas de canela.

Le Sonreí y tome la bandeja.

-Gracias, Ramuel.-le di un beso en la mejilla y puse la bandeja en una de las mesitas de noche.

-Largo de mi cuarto.-le dice Azael y Ramuel lo mira y sonríe.

-Claro. Qué se diviertan.-dice y yo comienzo a reír. Tomo una galleta ya que muero de hambre y la muerdo. Azael se acerca y toma mi mano sana. La besa y yo acaricio su mejilla.

-Debo ir a casa.-dije y él me miro y negó rápidamente.

-No, debes quedarte conmigo está noche.-dice y yo lo miro como pervertida.-No es lo que piensas.

Reí y asenti, entonces llamé a papá y le dije que me quedaría en casa de Amanda. Luego llamé a Amanda para que me cubriera. Azael, se fue a dar un baño de agua fría, no me imagino porqué y yo termine de comer y tomarme mi chocolate y galletas. Me pongo de píe y comienzo a mirar el gran cuarto tiene un gran librero, con muchos libros y otro con muchos cuadernos negros, tomo uno y lo abro. Miro el dibujo de una hermosa casa en un prado, luego en la siguiente página, el dibujo de una mujer parecida a la rubia del almacén. Miré la siguiente pagina y vi el dibujo de la misma mujer con un vestido, estaba sonriendo. Luego otro más de ella llorando, otro riendo y antes de llegar a la otra página una voz me detuvo.

-¿Qué demonios estás haciendo?-la voz furiosa de Azael llega a mis oídos y dejo caer el cuaderno, en la siguiente página, es el dibujo de la chica y un chico parecido a Azael, en una cama abrazados. Miró a Azael con la toalla alrededor de su cintura y los puños apretados.

Oh oh

Azael (Terminado)Where stories live. Discover now