Capítulo 37

1.9K 189 39
                                    

Carol se dio cuenta al instante de la tensión que se había generado en el ambiente, y se apresuró a llevarse a Alan lejos de Roxie y de mí. Me quedé ahí parada, con cara de pocos amigos, dándole vueltas a la situación. ¿Por qué él había venido a verla? ¡Que se jodiera si estaba preocupado por Piper! Él la había perdido por hijo de puta, por hacerle daño, no tenía ningún derecho a estar ahí en ese momento. Quería golpearlo, gritarle, echarlo de allí. Pero yo tampoco tenía ningún derecho a hacer eso. A lo mejor hasta Piper tenía ganas de verlo y todo.

-Si tu cara fuera una variedad de helado, seguro sería sabor culo.- dijo de pronto Roxie, haciéndome sobresaltar.

-Es que… ¿qué mierda hace él aquí, Roxie?- pregunté enfurecida.

-No lo sé, nena. Créeme que a mí me desagrada tanto como a ti verlo. Seguramente esto es una artimaña de mi madre, que se ha empecinado en que deben volver a estar juntos.  Pero no te preocupes, no creo que eso haga cambiar de opinión a Piper sobre su relación.

-Roxie, ¿otra vez con eso? No me importa si ellos vuelven o no. –Claro que sí me importaba -Es sólo que… Alan lastimó mucho a mi amiga, no me parece que sea bueno que él esté aquí.

-Comprendo, pero sabes cómo es mi hermanita. No creo que se enoje siquiera de verlo por aquí. Ella es incapaz de guardar rencores, es demasiado buena a veces. Y por mí está bien, si eso es lo que a ella le hace bien. De vez en cuando creo que no me vendría nada mal ser un poco más como ella. Pero ya qué, así están las cosas, al parecer a mí me tocó ser la perra.- rió.

                Reí un poco, pero no pude evitar que la preocupación volviera a plantarse en mi rostro a los pocos segundos, cuando desvié la mirada hacia el pasillo frente a la habitación de la rubia y lo vi entrar, sin rastros de Carol por la zona.

-Ey, nena…- susurró Roxie, tomándome suavemente la barbilla para que la mirara – No van a volver. Ella te ama, ¿sí?

                Me quedé mirándola a los ojos. Estuve a punto de volver a insistir en que me dejara en paz con ese tema, pero no resistí más. Simplemente me arrojé a sus brazos, y ella me abrazó con fuerza. Ya no podía seguir fingiendo, ver a Alan entrando en la habitación de Piper fue la gota que rebalsó el vaso. Las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas despacio, sin que pudiera hacer nada por detenerlas, mojando la camisa de Roxie, que seguía sosteniéndome como una mamá a su hija chiquita.

-Calma Alex. Sé que ahora todo parece oscuro y difícil, pero estoy segura de que en poco tiempo las cosas se va a aclarar, y ella va a tener el valor suficiente para afrontar lo que siente.- dijo en susurros mientras me acariciaba el pelo.

                Yo no podía articular palabra. Agradecí al cielo por tener a Roxanne en ese momento para sostenerme como lo hacía. No solo físicamente, con ese abrazo tan cálido, sino, y sobre todo, emocionalmente. Toda la cuestión de Piper era algo nuevo para mí, algo que me estaba desequilibrando por completo. Pero ella parecía saber qué hacer y qué decir en cada momento. La amaba. Amaba a Piper con tanta fuerza que hasta me daba miedo. Y al parecer, yo era la última en reconocerlo.

-Me hubiera encantado tener una hermana mayor como tú.- dije al fin, suspirando.- Mi hermano sí que sabe elegir.

                Ella sólo rió con los labios apoyados contra mi coronilla.

-Ahora quiero que seques tus lágrimas y entres a ese cuarto a defender lo que es tuyo, ¿de acuerdo? Que mi hermana no es tonta, pero ese tipo seguro se va a poner pesado.

                La miré sonriendo y asentí. Adoraba a esa mujer, era increíble como las Chapman me habían cambiado la vida en tan poco tiempo.

El resto de mi vida [Vauseman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora