Capítulo 13

1.3K 127 10
                                    

                Me costó un poco entrar en clima, pero ya después de un par de cervezas todo fue más fácil. Piper se había encontrado con su grupo de amigos y yo estaba bailando con ellos en una especie de ronda. Ben intentó un par de veces bailar conmigo, pero lo esquivé, y la rubia lo notó. Bueno, creo que todos lo notaron.

-Al, ¿no piensas bailar ni un minuto con él?- preguntó casi gritando, acercándose a mí y dándome un vaso de algo que ya no podía identificar.

-Claro que no.

-¿Y por qué no bailas con alguien más entonces? Las miradas de al menos la mitad de los hombres que hay aquí están sobre ti. Opciones no te faltan.

-No es que me falten opciones, es que de verdad no me interesa bailar con nadie.

-¿Ni siquiera conmigo?

                Sólo la miré y reí. Me tomó de la mano y tironeó de mí para ponernos a ambas al centro de la ronda, comenzando a bailar al mismo ritmo, sin acercarnos demasiado. Era divertido, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de alcohol que llevábamos ingerido. De pronto empezó a sonar One Dance, y Piper pareció transformarse. Una sonrisa pícara se le dibujó en el rostro, y su cuerpo inició un movimiento mucho más sensual de lo que había dejado ver hasta el momento. Se fue acercando más a mí hasta quedar casi pegadas, mientras yo sólo reía. Se giró, dándome la espalda, y tomó mis manos para colocar una a cada lado de sus caderas, para que les siguiera el ritmo. Me dejé llevar y me puse a bailar yo también de forma más sugerente, ante la mirada atenta de nuestros compañeros alrededor. Volvió a darse la vuelta, para quedar enfrentadas, y se detuvo apenas un segundo mirándome a los ojos. Algo extraño sucedió. No sé qué fue, pero ahí, con nuestras miradas cruzadas y mis manos aún en sus caderas, algo pasó. Pero una carcajada suya cortó el clima. Alguien cambió de canción y nosotras regresamos a donde habíamos estado hasta hacía unos minutos.

                No sé si fue por el alcohol o porque tener a Piper cerca me hacía bien, pero terminé disfrutando de todo eso. De todas formas no era como para quedarme hasta lo último, y cuando ya la gente empezaba a irse me acerqué a la rubia para preguntarle si no quería irse también. Habíamos llegado juntas y no quería irme sin ella. Pero se negó. Estaba un poco ebria, la verdad. Reía por cualquier cosa y hablaba con algo de dificultad. Quién hubiera dicho, la niña buena sí tomaba.

                Al final terminamos quedando ella y yo, Ben, y algunos más del instituto, los de su grupo. Mel, la pelirroja de rulos que había visto con Piper el primer día, Lauren, una morena bajita y muy delgada, y Peter, quien parecía ser el mejor amigo de Ben o algo así, sólo que no tan estúpido. Ya no bailábamos, claramente. Estábamos sentados en la sala, con algo de música aún sonando de fondo, y ellos se reían a carcajadas de cualquier idiotez que decían. Yo no veía la hora de salir de allí, el alcohol me estaba pegando duro.

-¡Tengo una idea!- gritó Mel de pronto- Juguemos a Yo nunca, nunca.

-¡Sí, sí! Aún quedan un par de botellas de vodka en la cocina, voy a buscarlas.- respondió Ben entusiasmado.

-¿Qué es eso del Yo nunca, nunca?- preguntó Peter. Perecía ser el menos tomado de todos.

                Entre todos intentaron explicarle, hablando uno sobre otro, y la verdad no sé si el pobre chico alcanzó a entender algo. Yo me limité a mirarlos, quedando totalmente al margen.

-Al, imagino que también vas a jugar, ¿no?- preguntó Piper, mirándome con expresión divertida.

-No, no lo sé, tal vez no…

-¡Oh, vamos! ¡Te prometo que nos vamos en cuanto acabemos! Por favor, Al, ven a jugar.

                Los demás también comenzaron a insistir y al final cedí. Acomodamos los vasos en la mesa del living, con el vodka en medio, y nos sentamos alrededor, quedando Piper de frente a mí. Comenzamos con la primera ronda, y todos dijimos estupideces como “Yo nunca, nunca comí pizza” o “Yo nunca, nunca bebí alcohol”, y cosas de ese estilo, para asegurarnos que todos tomáramos al menos un par de shots antes de empezar con lo realmente interesante. Peter fue el primero en proponer algo gracioso.

-Yo nunca, nunca me oriné en lo pantalones siendo mayor de diez años.- todos reímos porque tanto él como Ben bebieron.

-¿Cómo es eso de que te andas meando en los pantalones, Ben?- pregunté burlándome.

-Fue sólo una vez, íbamos viajando cuando yo tenía como once o doce, y mi papá no quería parar para dejarme orinar. Ya, eso es todo, no me vayan a hacer bullying en el instituto.- respondió entre risas.- Peter, ¿qué tal tú? ¿Por qué no cuentas?

-¡Ah, no, no! Yo no pienso contar.

                Insistimos pero no logramos sacarle nada. Eso era lo bueno del juego, el que quería contaba, el que no, pues se lo guardaba. Seguimos en ese plan por un par de rondas más, contando cosas vergonzosas. La mayoría de las veces me tocaba tomar, de pequeña yo era muy torpe y tenía montones de anécdotas incómodas que salieron a relucir en ese momento. Podía mentir, obviamente, pero es más difícil hacerlo cuando uno está bebiendo. De todas formas nunca daba explicaciones. En esas estábamos cuando las preguntas empezaron a tomar temperatura. La cosa se puso interesante, suerte que una cláusula del juego era que todo lo que dijéramos iba a quedar allí.

-Yo nunca, nunca besé o deseé besar a alguien de mi mismo género.- dijo Ben a su turno. Bebí, aunque no quería hacerlo. Fue casi un acto reflejo. Piper también bebió, sin quitar su vista de mí. Quedé algo shockeada.

-¡Wow! Así que ya sabemos lo que hacen estas señoritas cuando dicen que se juntan a estudiar.- dijo el idiota en tono acusador, sin dejar de reír.

                Genial. Puta madre. Quedamos como las lesbianas del grupo. Lo que me faltaba.

-No inventes, Ben, no es lo que estás pensando.- se apresuró a responder Piper, también riendo.

-Si no es lo que él está pensando, ¡entonces cuenten!- exclamó Lauren.

                Las dos hicimos gesto de no querer decir nada, pero no paraban de preguntar. Me arrepentí de haber tomado, pero a la vez sentí curiosidad por Piper. Ni de broma me hubiera imaginado que ella, justamente ella, hubiera besado a otra chica.

-A ver, Pipes,- otra vez el idiota con ese idiota apodo- empieza tú, ¿fue un hecho o un deseo?

-Digamos que… un deseo fugaz.- respondió haciéndose la misteriosa y recorriéndonos a todos en la ronda con su mirada.

-¿Con alguien aquí presente?- soltó Mel, demasiado interesada.

-No pienso decir una palabra más, es el turno de Alex.

-Bien, Alex, ¿hecho o deseo?

-Mira, enano, si tu idea era hacerme decir que soy lesbiana, pues qué mal. No soy lesbiana, y no pienso dar detalles tampoco.- dije como si fuera broma, pero iba en serio. De pronto me di cuenta del porqué de su pregunta.- Y si estabas pensando que no te daba chance porque me gustaban las mujeres, ahí tienes. No te doy chance porque no me gustas tú, y ya.

                Todos explotaron en carcajadas, y comenzaron a decirle cosas para molestarlo. Las chicas lo abuchearon, poniéndose de mi parte. Creo que ya hasta a ellas les molestaba que él estuviera detrás de mí. Él era demasiado orgulloso, y sé que lo que le dije tal vez fue un golpe bajo, pero qué más da. Tenía que quitármelo de encima de alguna forma. 

El resto de mi vida [Vauseman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora