Capítulo 28

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                Al salir de la habitación me encontré con Roxie. Me dijo que Piper se había despertado temprano y la había ido a buscar a su cuarto para pedirle disculpas por no haberle dicho nada la noche anterior. Finalmente le explicó todo lo que había ocurrido, provocando que Roxanne tuviera las mismas ganas que yo de golpear a Alan justo en las pelotas.

-Ahora se está duchando, no tarda en salir.- hizo una breve pausa, como dudando si decirme o no lo siguiente- Alex, tengo que serte sincera, me sentí bastante celosa de que mi hermanita te prefiriera a ti antes que a mí para desahogar su pena. Ella siempre me contaba todo a mí primero, desde pequeña. Pero si eso sirvió para que ustedes se reconcilien, bienvenido sea. Creo que hasta ayer no era plenamente consciente de la importancia que tienes en la vida de Piper. Aunque al ver la forma en que durmieron anoche se me aclaró un poco el panorama, y entendí más o menos como están las cosas… 

-¿¡Qué!?- fue lo único que atiné a preguntar, con los ojos abiertos como platos. ¿Cómo que nos había visto?

-Sí, desperté en la madrugada para ir al baño, y volviendo pasé por la habitación de Pipes para ver como seguía. Ninguna respondió a los golpes en la puerta, así que decidí entrar y ahí las vi, durmiendo abrazadas. Al principio me enojé también porque ella omitió contarme sobre su repentino cambio de intereses, pero no me sorprendí. Digo, sospechaba que había algo extraño por allí, es que…

-¿¡Qué dices!?- exclamé interrumpiéndola- Oye, yo no sé qué cosas estará imaginando tu fantasiosa cabecita, pero no hay nada extraño en la amistad que tengo con tu hermana.

-Sí, claro, son sólo dos amigas que duermen en la misma cama, en posición de cuchara. Por mí ponle hache, yo sé lo que vi, y lo que veo cada vez que ustedes están juntas.

-La verdad no sé de qué me estás hablando, Roxanne, esta conversación no tiene sentido y me está haciendo poner algo nerviosa.

                Abrió la boca para decir algo más, pero justo en ese instante apareció Piper, interrumpiéndola para darme los buenos días. Se la veía de bastante mejor humor que la noche anterior, pero aun así estaba algo seria para lo que era habitual en ella. La mayor ya no tuvo oportunidad de seguir acosándome con sus suposiciones estúpidas, pero me quedó dando vueltas en la mente todo el resto del día qué sería lo que realmente había visto. Qué era eso que decía ver cuando su hermana y yo estábamos juntas.

-Roxie, ¿quieres salir esta noche con nosotras?- propuso Piper mientras desayunábamos las tres en su comedor.

-¿Van a salir?

-Sí, bueno… es que quiero divertirme para no estar aquí pensando en lo perra que es la vida conmigo.- dijo la rubiecita, haciendo girar sus ojos con dramatismo.

-Me parece muy bien. Pero no creo que pueda acompañarlas, lo siento.

-¿Planes con Vause mayor?- pregunté en tono pícaro, haciéndola sonreír.

-Para qué mentirles, si las dos ya saben todo.- dijo riendo- Sí, tenemos planes para esta noche.

-Cuídense, aún no estoy preparada para tener sobrinos.- acotó Piper con exagerada seriedad, para luego largar la risa.

-No seas payasa.- su sonrojo era evidente, y la sonrisa de tonta le ocupaba medio rostro.

-¿Y qué tal va todo?- pregunté de verdad interesada. Era extraña la situación, pero me encantaba la idea de los dos como pareja.

-Todo va genial. Alex, tu hermano es… no lo sé, ¡me encanta!- exclamó feliz, gesticulando con sus manos.

-¡Obvio! ¡Mi hermano es perfecto!- presumí.

-Es que es tan lindo, y atento, y buena persona. Además cocina como los dioses, es responsable… ¿dónde estuvo metido todos estos años, eh?

-Alex lo tenía secuestrado y alejado de las mujeres.- respondió Piper con la boca llena. Tuve que darle un pequeño golpe en el brazo como respuesta.

                Me sorprendió el buen humor general que había allí. Creí que tal vez mi amiga se pondría mal al escuchar a su hermana hablar tan enamorada, de una relación que apenas empezaba, cuando lo de ella se había acabado nada más la noche anterior, y de una de las peores formas. Sin embargo parecía todo lo contrario. Se notaba en su expresión que compartía de corazón la felicidad de Roxanne. Piper era demasiado buena a veces. Con errores, como todos, pero con corazón noble.

                Pasé el día con ellas. Roxanne era muy divertida, me hacía reír todo el tiempo con sus ocurrencias. Y cada vez que notaba que el ánimo de su hermana comenzaba a decaer, hacía algo por levantárselo. Eran en verdad muy unidas, y eso me encantaba de ellas. Uno no encuentra todos los días a un par de hermanos que se quieran tanto, justo como Daniel y yo. Mientras las observaba bromear después del almuerzo agradecí internamente a quien fuera que dominara el universo por haber cruzado el camino de las Chapman con el de nosotros, los Vause. Las últimas veces que había hablado con mi hermano lo había notado más alegre de lo habitual. Y por mi parte, debía reconocer que la presencia de Piper me hacía bien. Muy bien.

                Por la tarde Piper preparó una mochila con ropa, maquillaje y esas cosas para instalarse en mi casa hasta el domingo. Ya en mi departamento, aprovechamos que nos quedamos solas para hablar bien claro sobre lo que había ocurrido con Stella, y al final quedó todo resuelto. Lo del beso no había sido más que un intento fallido por parte de la extranjerita, quién le pidió disculpas a Pipes alegando que ella le gustaba mucho y que se había dejado llevar por eso. Y yo le pedí perdón también por haberme comportado como lo hice, igual que ella lo volvió a hacer por las cosas que dijo en aquella conversación telefónica. Fue una ida y vuelta de disculpas, y a ninguna de las dos nos resultó agradable volver a tener a Stella como tema de conversación, pero era necesario. Había que cerrar definitivamente el caso.

-¿Y Alan?

-¿Qué con él?

-¿Lo perdonarías si te lo pide?

-Alex, no tengo cabeza para eso ahora. No quiero pensar en él ni mucho menos hablar del tema. Por favor, ¿sí?

-De acuerdo, de acuerdo, lo siento. Ya, no lo nombro más.

-Perfecto. Demasiado tuve ya con lo de anoche, y con tener que contarle todo hoy a Roxanne.

-Sólo déjame hacerte una última pregunta.

-¿Qué?- bufó.

-¿Por qué habías estado pensando en dejarlo desde antes?

-Ya te dije, porque ya no me sentía igual con él. Algo cambió entre nosotros cuando vine a vivir a esta ciudad, estoy segura. Lo quiero, sí. Le tengo cariño, pero ya no sentía que lo amara.

-Wow. Qué fuerte. ¿Y por qué no me habías comentado nada?

-¿No que la última pregunta?

-Ok, ok, ya no más. Vamos a prepararnos para salir a cenar, ¿te parece? Y de ahí nos vamos a la disco.

-Va.

                Nos preparamos y salimos. A Piper la palabra hermosa le quedaba chica. Se puso una falda corta, negra, y una blusa blanca de mangas acampanadas y espalda descubierta que le quedaban perfectas. Eso sin contar el maquillaje que hacía resaltar el color de ese par de ojos que me costaba trabajo no mirar a cada momento. No me entraba en la cabeza cómo alguien había podido engañarla. Por mi parte, un pantalón de cuero negro que se me pegaba como segunda piel, blusa negra que dejaba ver bastante de mi busto, y maquillaje intenso, como siempre me gustó usar. Quería verme linda para Piper, aunque no quisiera reconocérmelo a mí misma. Creo que lo logré, porque sentí su mirada encima durante casi todo el camino en taxi desde mi casa al restaurante. 

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¡Hola! ¡He vuelto! Sé que me demoré bastante en actualizar pero es que la semana pasada empecé con un trabajo nuevo, aún conservo el anterior, y la universidad, y bueno, ya saben, responsabilidades everywhere.  Pero acá estoy y espero que lo disfruten 😄

El resto de mi vida [Vauseman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora