Capítulo 6

1.5K 141 13
                                    

               Dejé mis repentinas ganas de conocer a Piper de lado. No estábamos ahí para eso. Teníamos bastante por leer y hacer. No le di mayor importancia a la conversación que ella acaba de tener con su novio tampoco. Me limité a seguir en mis asuntos, y ella hizo lo propio. No sé en qué momento se nos pasó la hora, y cuando me fijé en el reloj de pared ya eran las 2:30 a.m. Demasiado, teniendo en cuenta que teníamos clases a la mañana siguiente. Le dije a Piper sobre lo tarde que se había hecho, sin estar muy segura de qué hacer al respecto. No quería que se quedara a dormir, pero tampoco me gustaba la idea de que se volviera a su casa sola a esas horas.

-¡Dios mío! ¡Y ni siquiera comenzamos con las respuestas! De verdad no creí que fuera a llevarnos tanto tiempo sólo la parte de la lectura.

-Igual yo. Digo, sí nos dejó mucho pero creí que tal vez iríamos más rápido.

-Creo que tendríamos que volver a reunirnos en cuento puedas. Sé que nos queda una semana para hacerlo, pero no me gusta dejar todo para último momento. Bueno, en realidad eso es lo que siempre hago, pero esta vez no quiero pasar por todo ese estrés.- yo preocupándome por la hora, y ella me hablaba sonriendo como si no estuviera muerta de sueño.

-Sí, claro, cuando puedas nos volvemos a reunir.

-¡Genial! Ahora deja que llamo un taxi para irme, así no aparecemos en el instituto con más ojeras que rostro.

-No, no, deja mejor que le pida el auto a Daniel y te llevo.- ofrecí, aliviada de que no me hubiera pedido quedarse a pasar la noche.

-No te molestes Al, puedo volver en taxi.

                Me llamó Al. Ella me llamó Al. Primero decía mi nombre completo y ahora me decía Al.

-Insisto, es muy tarde para que andes sola por ahí Piper, yo te llevo.

                Me levanté, tomé las llaves y me dirigí al departamento de mi hermano antes de que pudiera volver a negarse. En verdad me hubiera dado muchísima culpa si algo le sucedía por dejarla ir sola en un taxi. Se veía tan… frágil, tan indefensa.

                Golpeé la puerta de Daniel y tardó en abrir. Sabía que no estaba durmiendo, era un tipo bastante nocturno. Pero sí lo agarré desprevenido, porque se asomó con cara de susto.

-¿Pasa algo nena?

-Nada, solo necesito pedirte si me prestas un rato el auto.

-¿Y eso?- preguntó extrañado. No solía pedírselo prestado.

-Es que una compañera vino a casa para hacer una tarea y no quiero que se vuelva sola.

-Wow Alex, me sorprende lo rápido que avanzas. Primero no quieres hablar con nadie y ahora ya traes amiguitas a hacer “tareas”.- dijo riendo, haciendo comillas con los dedos en la última palabra.

-No seas idiota Daniel, de verdad sólo es una compañera. Además sabes que eso fue una etapa, y ya quedó en el pasado.- hablé casi en susurros porque había dejado abierta mi puerta y Piper podría estar escuchando.

-¡Ay hermanita! – suspiró – Te presto el auto. Pero sobre lo otro, ya sabes. Creo que serías mucho más feliz si por fin te animaras a salir del clóset.

                Sin darme tiempo a decir nada se metió para buscar las llaves.

-Gracias, y no estoy en ningún clóset, idiota.

                Tomé las llaves de su mano y fui en busca de Piper. Seguía sentada en el comedor, por lo que seguramente no alcanzó a oír nada de la conversación. La llamé desde la puerta y emprendimos camino. Mientras bajábamos en el ascensor ella iba concentrada en su teléfono y yo no pude evitar mirarla un poco. En verdad era una chica muy linda. Tenía rasgos delicados, y unos ojos azules que seguramente eran la envidia de muchos. Además se podía notar que era buena persona. La idea que tuve al principio sobre ella, de una nena de papá, malcriada y vanidosa, poco a poco se iba esfumando. Siempre iba bien vestida y maquillada a clases, pero era más sencilla de lo que pensé. Y tal vez su optimismo y alegría constantes no eran algo tan malo después de todo.

                Subimos al auto y ella seguía ensimismada en su móvil. Pero repentinamente me miró con los ojos muy abiertos y una sonrisa enorme en cuanto conecté mi teléfono al estéreo y comenzó a sonar I was a fool de Tegan and Sara.

-¿Qué pasa?- inquirí, devolviéndole la sonrisa. La suya era contagiosa, no podía negarlo.

-¡Amo a Tegan and Sara!

-¿De verdad?

-¡De verdad! Son geniales, cantan muy bien, son divertidas, graciosas, sus letras… bueno, ¡las amo!- rió.

-¡Quién lo diría!

-¿A qué te refieres con eso?

-Nada, sólo que… no pareces el tipo de chica que ama con locura a un dúo de lesbianas.

-No veo por qué no. Es decir, no veo qué tenga que ver eso…

-Nada, nada, sólo fue un comentario.

-Que sea heterosexual no quiere decir que desprecie a quien no lo es, Alex. – dijo, poniéndose seria y mirando al frente.

-No es eso. Ya, dejémoslo ahí, fue sólo un comentario, perdón. Y si sirve el dato, yo también las amo.

-¡Genial! – dijo volviendo a regalarme una sonrisa.

                Cuando faltaba poco para llegar a su casa comenzó a sonar Closer, de la misma playlist, y sin siquiera mirarnos las dos comenzamos a cantar al unísono con las gemelas. Nos reímos, y esa risa sonó tan bien retumbando por el auto que me trajo recuerdos de cuando era feliz. De cuando mi papá estaba vivo, y podía contarle todo. De cuando tenía a alguien que sabía que iba a apoyarme incondicionalmente, decidiera lo que decidiera para mi vida. Recuerdos de cómo se sentía no estar angustiada la mayor parte del tiempo, sin saber la puta razón.

                El recorrido terminó antes que la canción, así que bajé el volumen para despedirme de ella.

-Nos vemos mañana, Piper.

-Nos vemos mañana, Al. Muchas gracias por traerme.- respondió, acercándose para darme un beso en la mejilla.

-No es nada. Anda, ve a dormir que ya es tarde.

                Se bajó y me saludó con la mano antes de entrar al edificio. Volví a casa con un poco más de velocidad, tenía que acostarme lo más pronto posible o me dormiría en clases después. Sin embargo, no pude evitar que mi mente volara en esos minutos. Me había sentido realmente bien en esas horas con Piper, y hasta me había despertado curiosidad. Pero no creía estar lista para entablar una nueva amistad. Ella casi ni me conocía, y seguramente iba a espantarse en cuento me viera en mis peores días, cuando la oscuridad me ganaba y todo lo que podía hacer era llorar sin motivo aparente. No, definitivamente no iba a volver a dejar entrar a alguien en mi vida hasta ese punto. You wouldn´t like me comenzó a sonar en el auto, y justo así era como me sentía. Segura de que no iba a gustarle cuando me conociera, porque yo tampoco me hubiera gustado a mí misma de haberme visto desde afuera. 

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

¡Hola! Acá va otro cap, espero sea de su agrado ^.^

Quiero decirle un GRACIAS enorme, así con mayúsculas, a angdem21 por recomendar mi fic, sos la mejor! ❤

Y ahora sí, otra vez, mil mil gracias a las que leen, comentan y votan 😄😍

¡Hasta el próximo cap! 😊

El resto de mi vida [Vauseman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora