Capítulo 16

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                El lunes me desperté de muy buen ánimo, y con una sonrisa legué al instituto. Busqué a Piper por los pasillos antes de ir al salón de clases, todavía nos quedaban algunos minutos, pero no la encontré. Mi teléfono vibró con un mensaje suyo.

Piper:

                Estoy en la cafetería, tengo que presentarte a alguien.

                Como si me hubiera leído la mente. No me molesté en responder, aunque sí me dejó intrigada lo que dijo. ¿Será que Alan la había ido a visitar y ella lo había traído al instituto? No, era demasiado. Me dirigí a la cafetería y apenas entré la vi sentada en una mesa del fondo, junto a una chica que no había visto hasta el momento por ahí. Bueno, supuse que era una chica, aunque su look de Justin Bieber, sus tatuajes y la ropa de skater me confundían un poco. Fui hacia ellas, y ambas se pararon para saludarme.

-¡Hola Alex! Ella es Stella, acaba de llegar de intercambio desde Australia.

-¡Hola!- saludó la chica con su acento, sonriéndome.

-Hola, mucho gusto, soy Alex.- respondí también con una sonrisa. Era una chica muy linda, a decir verdad.

-Como fui la primera en llegar hoy, el director me pidió si podía mostrarle el lugar y contarle más o menos cómo son las clases. Va a tomar las mismas que nosotras, ¿no es genial?- continuó Piper con sus ojos centelleantes de emoción.

-Sí, que bueno.- dije, con menos ánimos que ella.

                La verdad no sé qué fue lo que me produjo todo eso. Pero no me hizo gracia que esa estuviera en todas las mismas clases que Piper y yo, porque, conociéndola, seguro iban a terminar siendo íntimas amigas. Y bueno, yo estaba bien con mi amistad con Piper, no tenía interés en agregar un tercio. No podía decir que me había caído mal la tipa, porque apenas me había dicho una palabra, pero algo ahí me dejó inquieta.

                Fuimos al salón de clases las tres juntas, ellas hablando hasta por los codos, y yo manteniéndome al margen. A medida que iba llegando el resto, Piper se encargaba de presentárselos a la nueva. Todos parecían impresionados con Stella. Era linda, sí. Bueno, tal vez muy linda. Y exótica. Pero me molestó que todos se le pusieran alrededor como si fuera fenómeno de feria, queriendo acercársele. ¡Dios! Apenas en diez minutos ya tenía la atención de todo el salón. Gracias al cielo llegó el profesor, acompañado del director, haciendo que todos tomaran sus asientos.

-Buenos días, estudiantes.- saludó el director con su voz potente- Veo que ya conocieron a Stella. Ella es una estudiante de intercambio, viene de Australia, y va a compartir el resto del cuatrimestre con ustedes. Dado que se acercan los exámenes, les pido que sean gentiles y la pongan al día. Y, por favor, traten de hacer que su experiencia aquí sea lo más satisfactoria posible. Gracias, y que tengan buena jornada.

                Sin decir más, el director dio media vuelta y se fue. Todos volvieron a murmurar entre ellos, y la nueva, sentada junto a Piper, volvió a robarse la atención absoluta. Incluso el profesor se acercó a su sitio para saludarla y darle conversación. Y durante todo lo que duró esa mañana, Piper apenas si me dirigió la palabra un par de veces. Preferí no darle tanta importancia, después de todo era normal que alguien nuevo llamara la atención. Imaginé que Mel había sentido lo mismo cuando la rubia empezó a pegárseme como lapa en todas las clases, dejándola un poco de lado. No iba a hacer berrinches por eso. Aunque en el fondo me molestara.

-Pipes, ¿quieres venir a casa y empezamos a estudiar?- pregunté acercándome a ella cuando salíamos de la última clase. Obviamente, Stella estaba a su lado.

El resto de mi vida [Vauseman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora