Capítulo 15

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                Cuando volví a despertar no encontré a Piper en mi habitación. No podía estar muy lejos, no tenía llave. Miré la hora, ya eran casi las cinco de la tarde. Mi estómago rugía. Fui hacia la cocina y allí la encontré, hablando en voz baja por teléfono, con expresión enojada. En cuanto me vio se disculpó con quien hablaba y dijo que llamaría más tarde. Por la forma en que se despidió, era Alan.

-¿Qué pasó Pipes?- pregunté acercándome. Era lindo llamarla así.

-No es nada. Solo que… nada.- suspiró.

-¿Otra vez discutiste con él, verdad?- adiviné.

-No es que hayamos discutido, es que al parecer no le hizo gracia que haya ido a una fiesta anoche y que hoy no haya aparecido en todo el día.

-¿No le escribiste cuando nos levantamos a desayunar?

-Sí, pero después ya no.

-¿Y le dijiste que te pasaste las horas durmiendo?

-Sí, obviamente se lo dije, pero no parecía que me estuviera creyendo. Seguro piensa que estuve con alguien más en esa estúpida fiesta.

-¿Alguna vez le has dado motivos para desconfiar?

-¡Claro que no!

-Entonces no veo por qué tiene que dudar de tu palabra. Pipes, perdón que me meta, no quiero molestarte más de lo que ya estás, pero no me parece sano que tenga esas dudas, cuando es obvio que no tienes ojos para nadie que no se él.

-Es que es muy inseguro, ese es el problema. Pero ya, no quiero aburrirte otra vez con lo mismo, supongo que más tarde vamos a hablar, ya más calmados, y todo va a estar bien.

-No me aburres, pero como tú prefieras.

-Gracias, y sí, prefiero dejarlo ahí.

-¿Puedo decirte sólo una cosa más?

-Adelante…- suspiró.

-Vales mucho, y eres hermosa Pipes. No te dejes tratar como si no fueras suficiente.- me sentí extraña diciéndoselo, pero tenía la necesidad de hacerlo.

-Gracias.- respondió bajando la mirada, sonriendo y sonrojándose a la vez.

-¿Quieres ver qué nos toca hacer para las clases de mañana?- pregunté cambiando rotundamente de tema.

-Claro, sí, sí.

-Pero antes busquemos algo de comer, estoy famélica.

                Comimos un poco de fruta y nos pusimos a hacer las cosas del instituto. Era tan raro para mí disfrutar así de la compañía de alguien. Ella era nueva en mi mundo, pero cuando la veía, sentía que la conocía desde hacía años. No por la cantidad de información que tuviera sobre ella y su vida, sino por lo cómoda que me sentía, por la tranquilidad y la confianza que me inspiraba. Había intentado huir de eso, sí. Había intentado mantenerme al margen. Pero no podía. Ella había aparecido por algún motivo. Tal vez me hacía falta alguien así. Tal vez era hora de abrirme un poco, de conectar con alguien más.

-Alex, es un poco incómodo que te me quedes viendo mientras intento leer esto.- dijo de pronto, sacándome de mis pensamientos.

                Puta madre, me había quedado mirándola sin darme cuenta.

-Perdón, perdón.- reí nerviosa- No es que te estuviera mirando, es que me perdí en mis pensamientos y sólo dejé la vista fija en un punto.

                Claro que no. Sí la estaba mirando. Sí me gustaba verla leer.

El resto de mi vida [Vauseman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora