Capítulo XXVII: La Promesa de Sabrina

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     —Hola, París. Chat Noir y yo tenemos otro mensaje importante para ustedes. Queremos disculparnos personalmente por lo que sucedió hoy, aunque sabemos que de ninguna manera podremos compensar a aquellos que han perdido a un ser querido a causa de Plume Mortelle...

La noche cayó, y trajo consigo uno de esos momentos donde se abren los corazones y los sentimientos salen a flote.

Luego de haberse despedido de Nino, Adrien y Sabrina, Alya y Marinette decidieron volver juntas a la panadería. En un día tan ajetreado y lleno de acción, el cansancio no se hizo esperar. A Marinette le costó seguirle el paso a Alya, pues en cada cruce tuvo la impresión de que se quedaría dormida.

—... Ladybug y yo hemos hecho todo lo que estuvo a nuestro alcance, pero Plume Mortelle nos ha tomado por sorpresa. No tenemos excusa para haber perdido la batalla, y tampoco podremos encontrar una forma de compensar lo que sucedió por culpa nuestra...

Ni bien Alya abrió la puerta y ambas se adentraron hasta llegar a la cocina, la chica de las gafas encendió el televisor. Tikki pudo salir sin temor de su escondite, sintiéndose libre y en entera confianza. Marinette se dejó caer al fin en el sofá, incorporándose casi de inmediato gracias a que su mejor amiga encendió el televisor. En todos los canales estaba siendo transmitido el más reciente mensaje de los dos héroes de París. Alya sonrió complacida, pues su nombre y la dirección del Ladyblog aparecieron también en la pantalla.

—... Hasta ahora, no contamos con más pistas sobre dónde podría estar secuestrada Manon Chamack, pero tenemos la esperanza de que los eventos sucedidos hoy nos ayuden a acercarnos a la verdadera identidad de Plume Mortelle. No descansaremos hasta descubrirlo...

Alya se sentó a un lado de su amiga, observando por el rabillo del ojo cómo Marinette descubría su mano akumatizada, revelando que la irritación en su piel aún estaba ahí. Lucía con notable mejoría en comparación a lo que Marinette había visto antes, pero no había aún motivos para ser optimistas. De alguna forma, Marinette sabía que el demonio reaparecería pronto. Pudo comprobarlo cuando recordó la cifra de muertos y su mano respondió con una punzada de dolor. Tenía las manos atadas, y sus sentimientos estaban apresados también.

—... De ninguna manera los dejaremos desamparados ahora. Sabemos que les hemos fallado, pero ahora les pedimos que crean en nosotros. Confíen en que no dejaremos que Plume Mortelle lastime a ninguna persona más...

Marinette suspiró y cubrió de nuevo su mano, adoptando al instante una expresión seria y retraída. Tikki miró a su amiga con angustia, sin saber qué decir para hacerla sentir mejor.

—... Si ustedes quieren ayudarnos, les pedimos que tengan cuidado y que no quieran defenderse por ustedes mismos. Plume Mortelle es peligrosa, y nosotros nos haremos cargo de ella. ¡Confíen en nosotros! Chat Noir y yo haremos que las cosas vuelvan a la normalidad.

Alya apagó el televisor antes de que la voz del conductor del noticiero retomara el reportaje sobre el trágico incidente. Suspiró también y negó con la cabeza, soltando al fin esas palabras que moría por decir desde el momento de la gran revelación.

—No puedo creer que nunca me lo dijiste...

Marinette cruzó su mirada con Alya. La culpa se reflejó en los ojos azules, y el brillo de un corazón traicionado chocó contra sus sentimientos.

—Alya... No podía hacerlo... Nunca antes nos habíamos enfrentado a alguien tan poderoso. Pero si te lo hubiera dicho antes, ¿crees que eso habría sido bueno? Aunque Plume Mortelle pueda ser letal, no tenemos idea de lo que Le Papillion sería capaz de hacer si alguien más sabe nuestras identidades.

Miraculous: El Akuma IrreversibleWhere stories live. Discover now