Capítulo XXV: ¿Dúo Imparable?

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     — ¡Seis!

La cuerda del yoyo se enroscó al rededor de la cintura de Coeur Brisé, tirando de ella para alejarla de sus víctimas. Al estrellarla contra el muro contrario, sus tres oponentes cayeron al suelo. Horrorizada, Sabrina retrocedió y soltó un alarido, sin poder creer que su mejor amiga se hubiese convertido en semejante monstruo. Nino quedó aturdido por unos segundos, sintiendo que dos hilos de sangre brotaban de su nuca. Alya fue la única que pudo reunir la fuerza suficiente para levantarse.

— ¡Cinco!

Manteniendo aún aferrada a Coeur Brisé, Chat Noir buscó dentro del aula hasta encontrar la cinta adhesiva perfecta para atar de pies y manos a su enemiga. Ladybug la liberó, haciéndola caer de bruces.

Acto seguido, Ladybug pasó de largo frente a su mejor amiga. Ante los balbuceos de Alya, y mientras Chat Noir retiraba el escritorio que bloqueaba la puerta, Ladybug sólo dijo:

—Cuiden a Sabrina, y aléjense tanto como puedan de este lugar.

— ¡Marinette, espera!

Alya intentó atrapar a su amiga, sin poder impedir que la chica enmascarada y su compañero salieran al campo de batalla. Ya luego tendrían tiempo para los interrogatorios.

Abajo, entre su congregación de futuros cadáveres, Plume Mortelle decidió hacer su espera mucho más interesante. Con su aterradora mirada, buscó a la víctima perfecta. Chasqueó los dedos para que dos de sus cuervos acudieran al llamado, tomando a Rose por los hombros y dejándola a los pies de la sádica mujer.

Rose se deshizo en un grito de terror.

— ¡Cuatro!

Dirigió la punta de su dedo índice hacia Rose, apareciendo una esfera de luz de color rojo que hizo contraer las pupilas de la pobre chica. Juleka intentó levantarse para salvar a su amiga, sin contar con que los cuervos no estaban dispuestos a permitir que alguien interfiriera.

— ¡Tres!

La luz roja fue ganando intensidad. Rose se habría arrastrado hacia atrás si tan sólo sus músculos no la hubieran traicionado en el último momento. Su cuerpo entero quedó paralizado. Incluso perdió la capacidad de seguir gritando, quizá deduciendo que algo así sólo deleitaría mucho más a Plume Mortelle.

— ¡Dos!

Las angustiosas miradas de todo el cuerpo estudiantil comenzaron a buscar en cada rincón, sin encontrar a la chica enmascarada. El director Damocles estaba tan desesperado como el resto de los estudiantes bajo su cargo.

Alya salió de su escondite, junto con Nino y Sabrina. Sus miradas se cruzaron con la de Lila, justo al otro lado del pasillo, quien sólo miraba hacia abajo con temor sin dejar de aferrar el Miraculous falso.

— ¡Uno!

Rose cerró los ojos para recibir el impacto. Sin embargo, el sonido de un maullido llamó su atención. Sus pupilas se contrajeron mucho más al percatarse de que Chat Noir se encontraba en la baranda, justo detrás de la mujer de las imponentes alas.

—Eres un pajarraco travieso, ¿no es así?

Todos guardaron silencio.

Esbozando una sádica sonrisa, Plume Mortelle giró con violencia disparar la luz que brotó una y otra vez de su dedo índice. Chat Noir echó a correr sobre la baranda para esquivar cada uno de los disparos, que causaban explosiones y dejaban los restos podridos y oxidados. La destrucción surtió efecto, pues nadie se percató de que el yoyo se enroscó alrededor del cuerpo de Rose, para tirar de ella y llevarla a los brazos de la chica enmascarada.

Miraculous: El Akuma IrreversibleWhere stories live. Discover now