Capítulo XXII: Revenge Bug + ¡Nos Vemos en la FIL del Palacio de Minería!

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¡Hey, hola! Antes de que pasen al capítulo, tengo algo importante que decir para quienes sean de la Ciudad de México (si es que hay alguno por aquí).

¡Estaré en la FIL del Palacio de Minería! Ya saben cómo funciona esto. No estaré en ningún stand esta vez, sino que los quiero convocar a una pequeña convivencia, al igual que en los eventos pasados. Esta vez tenemos la peculiaridad de que podrán conseguir mis libros en formato electrónico, de forma legal y a un precio mucho más barato que en Amazon. Además, llevaré los marca páginas exclusivos y los mini llaveros de la tienda de recuerditos.

La cita para este evento será los días sábado 25 de febrero y sábado 4 de marzo, dentro del Palacio de Minería en el Centro Histórico. Los estaré esperando ambos días en el área de descanso, justo donde venden la comida, de

Si quieren formar parte de esta pequeña convivencia para conocernos y pasar un buen rato, no olviden que me reconocerán porque iré de negro, con una copia de La Violinista en físico en mis manos. Así que si me ven por ahí, incluso antes o después del evento, ¡no duden en acercarse! A todos los que asistan les daré un obsequio único y especial. <3

Repito.

Sábado 25 de febrero y sábado 4 de marzo. Palacio de Minería. Área de descanso. 2:30pm a 3:30pm.

¡Los espero ahí!

¡Disfruten el capítulo!

PD: En el capítulo anterior recuerdo haberles dicho que éste se llamaría ¿Qué harás ahora, Chat Noir? Pues bien, como podrán darse cuenta, no quedó así al final. En éste capítulo mezclé dos, y se quedó con un nuevo título. Compensación por mi irresponsabilidad. Les juro que también aquí volveré a ser constante.

     Confundido y angustiado, Adrien yacía tumbado en su cama. Con el móvil en las manos, debatiéndose en escribir un mensaje que le ayudara a calmar al menos un poco de culpa. Las palabras, sin embargo, no podían salir de su corazón. ¿Qué se suponía que debía decir? Ni siquiera estaba seguro de que realmente fuese necesario. Marinette le había dicho que todo estaba bien, ¿o no? Pero aquellos ojos cargados de tristeza y dolor decían justo lo contrario.

Pulsó la tecla para llamar.

La llamada no conectó.

Se incorporó y suspiró con pesadez.

—Plagg...

El gato negro, quien miraba la televisión mientras gozaba de una gran bandeja de queso Camembert, puso los ojos en blanco y quiso parecer desinteresado. No funcionó.

—Plagg...

Apenas se giró para responder al llamado.

—Vamos... —suspiró Plagg—. Deberías estar feliz. Esa chica dijo lo que tú querías escuchar, ¿o no?

—N-no... S-sí... No lo sé...

—Te esforzaste mucho para darle una cita memorable. Y ha dado resultado. Ahora sólo dile lo que sientes.

—Lo dices como si fuera tan fácil.

Plagg se dirigió hacia el chico, llevando consigo un trozo de queso.

—Dale un par de días, y luego dile lo que sientes. Y deja de complicar tanto las cosas.

—Si se lo digo ahora, pensará que sólo quiero hacerla sentir bien.

Impaciente, Plagg sólo se sentó sobre la cama.

—Si yo fuera tú, dejaría de preocuparme por esto. Hay muchas otras chicas en el mundo.

Miraculous: El Akuma IrreversibleWhere stories live. Discover now