Capítulo XVII: El Mensaje de Ladybug

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     Las risas y los gritos de emoción de Alya no se apagaron en ningún momento, sino hasta que estuvo de pie en el punto más alto de la Torre Eiffel. Ladybug ayudó a la chica a mantener el equilibrio por un momento, hasta que Alya se acercó al borde por sí misma. El atardecer ya estaba dando paso a la noche. Y desde ese punto tan alto, la mezcla de luces y colores se lucía con un toque especialmente hermoso. Alya no pudo dejar pasar la oportunidad de sacar una fotografía de la vista, así como tomó un par de selfies que sin duda tendrían un sitio especial en el baúl de los recuerdos.

Ladybug tan sólo sonrió.

—La vista es increíble —dijo Alya—. Esto sin duda podría considerarse como la mejor noche de mi vida... Aunque... La mejor noche, en realidad, fue aquella en que pude entrevistarte.

Ladybug asintió y dio un par de pasos hacia adelante para unirse a su amiga en el borde.

—Desde que todo esto comenzó, tú también has estado ayudándonos —dijo Ladybug—. A tu manera, claro. Como aquella vez en que Faraón intentó sacrificarte y tú transmitiste en vivo para ayudarnos a encontrarte. O cuando me ayudaste en nuestra primera batalla contra Stoneheart. Tal vez en este momento sólo hemos formalizado la unión del equipo que se formó hace tiempo. Y es por eso que confío plenamente en ti para llevar a cabo este plan.

—Aún no puedo terminar de creer que has venido a mí para pedir ayuda... De entre todas las personas posibles, elegir a una fanática...

—Eres mucho más que eso, Alya.

Ambas compartieron una sonrisa. Sin perder un segundo, Alya activó de nuevo la cámara del móvil y se colocó a un lado de la chica enmascarada para tomar una selfie más. El sonido del obturador fue acompañado por la voz de aquel muchacho seductor que hizo su repentina aparición justo detrás de las dos chicas.

—No mencionaste nada acerca de un trío, Bugaboo. De haberlo sabido, las habría citado a ambas en un lugar más cómodo.

Las carcajadas de Alya acompañaron el repentino sonrojo de Ladybug. Chat Noir avanzó hacia la chica enmascarada para entregar aquella rosa que ella recibió con timidez. Alya aprovechó de nuevo el momento, tomando un par de fotografías. Despreocupado, Chat Noir se acercó también al borde y le dedicó a Alya su sonrisa habitual.

—Debí suponer que mi lady se refería a ti cuando dijo que sabía quién podría ayudarnos —dijo él.

—Chat —intervino Ladybug—, ¿has ido a ver a Chloé Bourgeois?

El aludido asintió.

Los tres cómplices ocuparon sus puestos en el borde, dirigiendo sus miradas hacia la ciudad llena de luces. Llena de vida. Llena de paz.

—No ha sucedido nada nuevo con Chloé —dijo él—. Sigue siendo la misma chica de siempre.

—Y eso no nos dice nada... —dijo Ladybug—. Si hay un akuma en ella, pronto volverá a salirse de control. Estoy totalmente segura de que Plume Mortelle es quien está moviendo los hilos.

—Pero, ¿acaso el único que puede enviar a los akumas no es Le Papillion? —preguntó Alya ligeramente confundida.

—Tal vez él es el verdadero responsable —propuso Chat Noir—. Plume Mortelle no debe ser más que instrumento. Y por lo que sabemos, hasta ahora sus poderes deben ser similares a los de Volpina.

—Nos hace pelear contra sus ilusiones, de la misma manera que Le Papillion envía a las personas akumatizadas para evitar mostrarse ante nosotros. Y cada ilusión sólo nos alejará más y más de la verdadera Plume Mortelle.

Miraculous: El Akuma IrreversibleWhere stories live. Discover now