Capítulo 47.

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- ¡Feliz cumpleaños! -atendí y apenas logré saludar antes de que Jenn y su voz algo chillona me despertaran completamente.- ¿Cómo estuvo el viaje? ¿Cómo te sientes? ¿Estabas durmiendo? ¿Se besaron? ¿Sucedió algo más importante? ¿Viste a tus amigos en Bradford? Ya, habla, cuéntamelo todo.

Jenn estaba abombándome con preguntas y ni siquiera creía estar despierta en ese momento. Al entrar a mi hogar, mi madre había dejado una torta sobre la mesa y flores, de personas que ni siquiera conocía o recordaba. Supuse que todo eso lo había tramitado su asistente, y que las flores las habían enviado ejecutivos de su trabajo. Les resté importancia y fui directamente a mi habitación, a responder mensajes en agradecimiento hasta dormirme finalmente. Eran algo más de las seis de la tarde, por lo que veía en mi iPhone. Suspiré, y mi voz salió ronca por el estado somnoliento.

- Gracias, Jenn. Estuvo bien. Gracias por preguntar.

- Llamo con toda la emoción del planeta, ¿sólo para recibir esa atención? Katelyn, despiértate de una vez o pienso ir a tu casa ahora mismo. -amenazó, verborrágica y rodé mis ojos, con una sonrisa.

- Puedes venir, si quieres. No tengo planes para la noche. Quédense conmigo.

- Está bien. Llevo helado y snacks. En media hora estaré allí, con May.

May.No sabía por qué, me parecía incómodo hablar con ella sobre Harry. Sabiendo que ella había dormido con él hacía una semana, exactamente, me hacía sentir distante de ella. No tendría que mostrar esa distancia, porque Harry no era mío, no en lo que ellas veían ni en la realidad que teníamos en nuestra intimidad. Fuera de que sabía que no sucedía nada por parte de ambos, sabía que ella no estaba precisamente contenta de que yo esté con él. Así que, simplemente decidí ignorar todo y dejar que venga, disfrutar de mi cumpleaños de la forma más tranquila que jamás lo había hecho, pese a que eran mis dieciocho.

Las espere, y en menos de la hora estipulada, estaban allí. Yo estaba en pijamas, y tampoco tenía intenciones de cambiarme. Sabía que sólo ibamos a hablar hasta que nos durmiéramos, y no me parecía una mala idea. Estaba cansada y tener una charla entre amigas jamás sobraba. Siempre encontraría algo más de lo que hablar, tanto con Nath y Mandy, como con ellas dos.

Me abrazaron antes de cruzar el umbral y les sonreí, agradeciéndoles. Me entregaron mis regalos, envueltos en papeles finos y brillantes. Una cartera, y una camisa, ambas azules. Volví a abrazarlas, fuerte, casi como si no quisiera que se fueran jamás... o irme jamás. Me había olvidado lo que era tener ese tipo de amistad, más tranquila y pacífica que la que tenía con mis mejores amigas en Bradford.

- Entonces… -dijo Jenn, sentada sobre el sofá cruzada de brazos, con su tonito sugerente.

Rodeé mis ojos y me preparé mentalmente para mentirle, pese a que eso me dolía y no era lo que realmente quería.

- Cuéntanos, qué tal tu cumpleaños.

- Genial. -admití, y una pequeña sonrisa cruzó mi rostro, antes de abandonarla por la mirada sugerente de Jenn.

- Al parecer, tendremos que preguntarte. -dedujo, fingiendo indignación. Sonreí, mientras veía a May comer caramelos de un tazón que había entre medio de ellas dos en el sofá.- ¿Qué tal Bradford? ¿Tus amigos allí? Él dijo que se había ocupado de avisarles.

- Eh… si. -dudé, mientras colocaba mis rodillas cerca de mi torso, mis pies sobre el pequeño sillón individual.- Ellos… sabían. -demoré en dar mi respuesta, evitando su mirada.- Estaban bien. Sólo nos reunimos y cenamos. -mentí, y mordí mis labios de forma inconsciente.

May me sonrió, y fue la segunda en preguntar.

- ¿No han salido a ninguna parte?

- No. Cena y me quedé a dormir allí, con ellas. -aclaré el femenino, sin querer profundizar realmente en mis amigos ahí.

All Over Again [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora