Capítulo 45.

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Sentí una luz repentina invadir mi rostro y abrí mis ojos ampliamente, cerrándolos nuevamente imposibilitada de ver algo por la oscuridad en la que había estado sumergida durante mis sueños. Segundos después, mientras intentaba relajar mis ojos para abrirlos, sentí sus suaves labios recorrer mi rostro con cuidado, hasta llegar a mis labios. Tomó el inferior sobre los suyos, succionando de forma traviesa. Sonreí. Abrí mis ojos, solo por la necesidad de ver su rostro, de sentirlo más cerca de mí, de ver su increíble sonrisa teniendo solo intenciones puras.

Y cuando los abrí, efectivamente lo vi sonriendo, pero no con su típica sonrisa-post-sueño. Parecía despierto hace un tiempo razonable, estaba peinado y, por lo que vi al observar un poco más, estaba vestido. Gruñí. Jamás había despertado con Harry hasta el momento, salvo… en año nuevo, y me había marchado antes de que él despertara. Quería tenerlo en el mismo estado que yo, somnoliento, cansado, pegajoso y adulador como siempre lo es, con su voz extremadamente ronca, rasposa y profunda por su noche de sueño. Pareció leerme el pensamiento, porque rió ante mi rostro exasperado.

- Buenos días. -murmuró y besó mi mejilla.

Refunfuñé y tomé el cobertor entre mis manos, hundiéndome dentro de las sábanas y escondiendo todo mi cuerpo dentro de la cama. Aspiré rápidamente el aroma de Harry, proveniente no solo de la tela de las sábanas, sino de mi propio cuerpo y de una de sus remeras que estaba protegiendo mi cuerpo. Pude incluso sentir a Harry sonreír, pese a que estaba a oscuras, resguardándome de la luz y de su entusiasmo por levantarse.

- Tengo otro regalo de cumpleaños para tí… a menos que prefieras seguir durmiendo. -dijo, y sentí como su cuerpo se levantaba de donde yo estaba recostada.

Automáticamente, me destapé y me senté sobre mi almohada, despertando de forma repentina y mirando a mi alrededor en busca del despertador automático con el que contaba la habitación.

- ¿Siete y media? ¿De verdad? -pregunté incrédula y él rió.- ¡Harry, ni siquiera hemos dormido cinco horas!

- Eso sucede -comentó, mientras se volvía hacia la mesa que estaba detrás suyo.-, cuando uno es ambicioso.

- Okay. -dije, interrumpiéndolo antes que dijera cosas que no deseaba escuchar.- Tú tampoco tuviste intenciones de parar.

- De todas formas… -se giró.- Felices dieciocho. Servicio a la habitación.

Sobre sus manos, una gran bandeja de madera con un pequeño florero y una rosa dentro. Sonreí ampliamente y aplaudí cual niña de seis años que recibía una nueva muñeca. Harry la dejó sobre mi regazo, dando la vuelta a la cama para recostarse a mi lado. Un desayuno gigante estaba frente a nuestros ojos, lógicamente para compartir. Era similar al desayuno que una vez me había invitado, antes de mi pequeña enfermedad la cual también él asistió.

- Necesitas parar esto. Tu cumpleaños es en cuatro días y solamente en tus sueños vas a recibir este tipo de regalos.

- No los espero. -se encogió de hombros, besando el hueso sobresaliente de mi clavícula.- Simplemente quería hacer algo por tí.

- Bueno, hiciste algo realmente bueno.

Me acerqué a él y lo besé, procurando no mover mis piernas demasiado para no generar un desastre por el peso de la bandeja. Sus labios se movían lentos sobre los míos y quise quedarme de esa forma para siempre. Sin más pensamientos que sus besos, y lo bien que lograba hacerme sentir la mayoría de las veces que estábamos juntos.  

Desayunamos juntos, justo como la otra vez. La comida quizás no era la misma, pero si la clase de conversaciones fluidas y estúpidas. Recordamos precisamente eso, y el hecho de que no habíamos asistido al instituto solo por mi pequeño mal humor y capricho contiguo. Mi mente comenzó a viajar en ese día, y en el siguiente. En mis fiebre y en su compañía. En el misterioso té junto con la nota que había dejado a escondidas de Jennifer. En los pequeños detalles que había hecho para que me sintiera mejor.

All Over Again [Harry Styles]Where stories live. Discover now