Capítulo 42.

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Desperté sintiendo algunos últimos rayos de sol filtrarse sobre mi rostro. Otra vez, estaba demasiado cómoda acomodada sobre su auto y Harry rió a mi lado cuando sintió el movimiento repentino. Me senté, mis pies nuevamente en el piso y mi espalda derecha, peinándome con las manos mi desordenado cabello.

Me sonrió y observé mi alrededor, intentando identificar dónde estábamos. Entrabamos a una pequeña ciudad y todo parecía nuevo y desconocido para mi; porque, en realidad, lo era. Observé a Harry, quien continuaba concentrado en manejar, pero sonreía sin poder contenerse. Volví a imitar su gesto.

- ¿Es aquí? -pregunté, ansiosa y expectante. Asintió.- ¿Vas a decirme donde estamos ahora?

- Mhm… no lo sé. -dudó, travieso. Empujé su brazo levemente y lo miré insistente.- En verdad, no se si aún pienso decirte. -dijo, ahora más serio.

- ¡Harry! -exclamé, en reproche, nuevamente con mis caprichos de niña de cinco años.

- Bueno, bueno… -cedió, levemente, mientras doblaba en una esquina.- North East Lincolnshire. Cleethorpes, exactamente.

Me miró, sonriendo, esperando mi reacción. Mi cerebro procesó la información más lento que lo que mi sentidos percibieron. Y si, tuve que haberlo sabido. Al este. No había muchas posibilidades. La suave brisa relajante y algo fría por el invierno que aún nos invadía, el olor tan característico, y delante de mis propios ojos… el mar, la arena, la playa, acortándose en una distancia que Harry hacía desaparecer con el vehículo.

Sonrió ampliamente al ver mi emoción y sentí necesidad de gritar, y abalanzarme hacia él. Hice la primera, apretando su brazo con fuerza, a lo que rió pese a la gran presión que hacía sobre sus músculos.

- ¡Harry! ¡La playa! -exclamé, pese a la obviedad de lo que decía; estaba completamente impactada por el paisaje frente a mis ojos. Él asintió, sonriendo.- ¡Esto es demasiado…!

- Me has comentado que has ido de pequeña muchas veces a la playa y que solía gustarte. Supuse que era un buen regalo para tus dieciocho. -interrumpió, justificándose y le sonreí, negando mi cabeza como si no fuese necesario. No lo era. No necesitaba hablar en ese momento.

- Es perfecto. -murmuré y rió levemente, aliviado y dejando su mirada de niño inseguro y miedoso.- Harry… -dije, luego de que se mantuvo en silencio, su sonrisa de victoria y autosuficiencia plasmada en su rostro.- Detén el auto.

- ¿Por qué? -preguntó, ligeramente confundido entre su felicidad, como si lo hubiese invadido.

Le sonreí tímida.

- Quiero besarte. Ahora.

Estacionó casi de forma inmediata, solo a algunas pocas calles de la playa, sonriéndome. Desabroché mi cinturón de seguridad y fui a su regazo en menos de un segundo, sus manos yendo a mi rostro. Delimitó mi labio inferior con sus pulgares, mientras yo no podía despegar mi vista de su boca, ni ordenarle a mi cerebro que detuviera mis desesperadas ganas de estrellarla contra la mía.

Acariciando mis mejillas, nos unió finalmente, y suspiré entre sus labios. No sabía de qué forma agradecerle lo que estaba haciendo en ese momento porque tampoco sentía que él tenía que hacerlo por mí. Pero lo había hecho. Y me había propuesto eliminar mis preocupaciones solo por dos días.

No era buena con las palabras, pero tenía que decírselo. Tenía que saberlo. Tenía que sentirse orgulloso de que nada había fallado en su plan y definitivamente, iba a lograr que fuera un cumpleaños especial, sin error alguno. Tomé su cabello entre mis manos, tirando de él desde sus puntas para que se separe solo un poco de mí. Mi celeste y su verde se fusionaron, hechizados el uno con el otro, perdidos sin querer ser encontrados. Besé reiteradamente sus labios.

All Over Again [Harry Styles]Where stories live. Discover now