All Over Again [Harry Styles]

Capítulo 2.

Dos semanas habían pasado desde mi llegada a mi nuevo instituto, y puede decirse que ya me había adaptado lo suficiente, encajando como la nueva probable nerd, pero de cierta forma simpática. Ese era el rótulo que esperaba, no quería llamar la atención, ni ser ruda con los demás.

Me encontraba mirando los horarios, los cuales mi memoria se rehusaba memorizar, en uno de los pasillos del segundo piso, arrepintiéndome de no haberle pedido a la señora-colorada-que-da-los-horarios-e-indicaciones que me diera un mapa del instituto, ya que era realmente enorme. Hasta el momento no me había perdido ya que había ido con Jenn y May a todos lados, pero May había faltado hoy, y era con quien compartía la clase que tenía a continuación. Suspiré pesadamente. Ya todos estaban en sus respectivos salones -o en proceso de estarlo- y yo no tenía ni la más mínima idea de a donde tenía que dirigirme. Probablemente llegaría tarde, me regañarían por eso y debería preocuparme; no como antes que simplemente me daba igual. Admitía que demostrar algo que no era me proporcionaba demasiada responsabilidad y presión, pero era lo justo para todos.

Giré sobre mis talones, dirigiéndome hacia las escaleras para buscar ayuda en alguna parte. Al hacerlo, me choqué con una persona; más específicamente, con Harry.

Genial, Kate. Chócate con él y vete a ti misma obligada a entablar una conversación decente.

Es todo lo que necesitamos en este momento.

Él miró un poco hacia abajo, ya que era más alto que yo, luego del impacto de nuestros cuerpos. Me sonrió levemente, y dejó una distancia prudente entre ambos, lo cual agradecí en mi cabeza.

- Katelyn. ¿No deberías estar en clases?

No. En realidad, debería estar en el Caribe descansando mientras me abanicas y me alimentas con fresas tropicales, imbécil.

- Si. Precisamente me estaba yendo. Disculpa. –lo esquivé, sin saber realmente hacia donde me dirigía, ya que estaba perdida.

- ¿Sabes a donde tienes que ir? –dijo él, conteniendo una gran sonrisa burlona.

- Si. –dije, enfrentándolo.

- Pues yo creo que no.

Él… ¿él se estaba burlando de mí? Mi cara se transformó, y giré nuevamente sobre mis talones, quedándome frente a él. Una sonrisa bastante socarrona se encontraba en su rostro, y supe que la antigua Kate estaba a punto de salir a flote. Todo el sarcasmo contenido en dos semanas quería salir y canalizarse en insultos para Harry que lo dejarían sin nada por decir. Contuve a mi antigua personalidad escondida y, cerrando mis ojos levemente, sonreí de la forma más falsa que pude hacerlo alguna vez en mi vida.

-No. No se a donde tengo que ir. ¿Podrías decirme donde queda este salón? –dije, señalando mis horarios.

-Claro. –indicó él, continuando con su victoriosa sonrisa.- Es en el primer piso, el tercero a la derecha.

-Gracias. –susurré, girando para largarme de allí lo más pronto posible.

- ¿Kate? -llamó, su voz misteriosamente profunda.

- ¿Si?  -contesté, girándome para encontrarlo demasiado cerca de mi integridad.

- Intenta no volver a perderte, las chicas buenas deben llegar puntuales. –esto último lo dijo cerca de mi oído, lo cual me generó un pequeño escalofrío y un espasmo en mi corazón.

Él estaba buscando enloquecerme. Desde que lo había conocido, se había dedicado a fastidiarme con ironías y sarcasmos imperceptibles para Jenn e inclusive para May, quien era la que estaba más familiarizada con aquellos conceptos y los utilizaba a diario. Tenía suerte que mi carácter se controlaba, y aún no había reaccionado a ninguno de sus intentos de burlas. Algo se tramaba. Harry tenía un objetivo, podía percibirlo. Podía notar que era una persona ambiciosa, e imparable cuando tiene un objetivo en mente. Porque yo así era. .