Capitulo 34

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Vuelvo la mirada al televisor y llevo una cuchara de helado de vainilla a mi boca mientras Kate a mi lado mantiene la mirada fija en su celular con el ceño fruncido.

—¡Maldita sea! —chilla lanzando el celular contra el sofá sobresaltándome.

—¿Qué ocurre? —pregunto dejando mi helado sobre la mesita de centro.

—Elliot —responde—. No contesta —dice cubriendo su rostro con ambas manos exasperada.

—Tranquila, ya llegara...

—Eso dijiste hace más de dos horas, Ana. —Me interrumpe y yo presiono mis labios en una fina línea molesta.

Maldito Elliot, apenas llego Kate le dije que tenía que volver, pero eso fue antes de la una de la madrugada; si aunque sea le contestara el celular a Kate y le tranquilizara ahora yo estaría durmiendo, no madrugando hasta quien sabe qué hora esperando a que lleguen.

—¿Quieres que llame a Christian? —Pregunto ya muerta de sueño y ella asiente lentamente—. Muy bien... —Suspiro pesadamente y tomo mi celular marcándole a Christian, pero frunzo el ceño cuando me manda directamente al buzón de voz.

Qué raro, Christian siempre contesta.

—¿Y bien? —pregunta alzando la mirada.

—Me manda directamente al buzón de voz.

—Genial, ¿y ahora qué? —pregunta somnolienta.

—Llamare a Taylor —murmuro y veo como asiente frenéticamente como si esa fuera la única solución.

Dejando escapar un pequeño bostezo le marco a Taylor que en menos de dos tonos contesta. Por fin.

Señorita Ana. —Contesta.

Hola Taylor, ¿está Elliot por ahí? Kate quiere hablar con él...

Si está conmigo, pero no puede hablar en estos momentos. —Suena un poco incómodo.

Está bien, ¿a qué hora se vienen? —Quiero dormir.

Taylor carraspea suavemente. —Ya estamos llegando señorita Steele, si podría esperarme con Sawyer en el vestíbulo se lo agradecería mucho —responde y yo desconcertada asiento como si pudiera verme.

Está bien, los espero —digo y cuelga.
Dejo mi celular a un lado poniéndome de pie.

—¿Y bien? —pregunta Kate ya a punto de quedarse dormida.

—Ya están llegando...

—¿De verdad? —pregunta ya incorporándose en el sofá. Asiento.

—Tenemos que esperarlos en el vestíbulo. —Kate frunce el ceño y yo me encojo de hombros igual de desconcertada.

Con desgano comenzamos a caminar hasta el vestíbulo en donde encontramos a Sawyer de pie a un lado del ascensor. Cuando nos ve ladea la cabeza confundido, pero la campana del ascensor anunciando su llegada llama su atención y rápidamente se pone en su típica posición.

Las puertas de metal se abren mostrando a los tres; a Christian con la cabeza gacha apoyado en el hombro izquierdo de Taylor que nos mira con cara de circunstancias y Elliot, quien permanece apoyado en el hombro derecho de Taylor con una sonrisa bobalicona en el rostro.

—¡Han llegado por quienes lloraban! —chilla Elliot entre risas aferrándose a Taylor.

Sawyer al ver la situación rápidamente se acerca y ayuda a Taylor con Elliot mientras yo saliendo de mi impresión corro al lado de Christian y levanto su cabeza encontrandolo con los ojos entornados, pero al verme medio sonríe y articula un «hola».

Negando tiernamente beso su mejilla y comenzamos a caminar hasta el interior del departamento con Taylor sostiéndolo y guiandolo ahora con mucha mayor facilidad.

—¿Cómo me llamo? —pregunta Christian intentando fijar sus ojos en mí una vez entramos a la habitación y Taylor nos deja solos. Alzo una ceja divertida mientras comienzo a desabrochar su camisa.

—Eso ya lo sabes... —susurro divertida.

—No, no lo sé. —Niega como si de un niño pequeño se tratara.

—Christian —le respondo finalmente y una bonita sonrisa se forma en sus labios mostrando todos sus dientes.

—Me gusta como suena mi nombre salir de tus labios. —Sonríe con picardía y se me es imposible no soltar una pequeña risita sintiendo como mi corazón se hincha cada vez más.

—Venga, es hora de que duermas —digo terminando de quitarle los zapatos y calcetines dejándolo solamente en pantalones sobre la cama. Al sentir el ambiente un poco helado rápidamente lo tapo hasta el cuello.

—¿No te acostaras conmigo? —pregunta haciendo un puchero.

—Sí, pero primero tengo que despedir a Kate y Elliot —murmuro acariciando su mejilla y él en un movimiento ágil me toma de la cintura y me atrae hacia él quedando encima de mí en menos de un segundo.

—Está muy linda —musita a la vez que sus ojos brillan como dos estrellas.

—Y tú muy ebrio. —Rio y se une como si hubiera sido el mejor chiste que haya escuchado hace años, pero el toque de la puerta nos interrumpe.

—Señorita Ana. La señorita Kavanagh se a ido dejando al señor Grey inconsciente y tirado en el piso de la sala —dice Taylor desde el otro lado de la puerta entre divertido e incrédulo.

¡Kate!

—Encárgate de él, por favor. —Pido.

—Señorita.

—¿Por qué eres tan linda? —Vuelve a preguntar ladeando la cabeza.

—¡Christian! —rio sintiendo como mis mejillas comienzan a quemar—. Ya, vamos a dormir. —Pido nuevamente y él sonríe.

—¿Dormirás conmigo?

—Si —sonrió y él besando la punta de mi nariz se hace un lado acomodándose sin soltarme y yo hago lo mismo ocultando mi rostro en el hueco de su cuello pudiendo sentir mi aroma favorito. Gel de baño y Christian.

—Te amo —susurra en mi odio mientras nos cubre con las mantas.

—Y yo a ti Chris...

Susurros de Amor... y del corazón Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt