Capitulo 39

4.6K 593 126
                                    

—Están todos como locos buscándote y no veo por qué —dice con sorna al ver que no doy indicio alguno de querer responderle.

—¿Usted igual? —Alzó una ceja y ella muerde el interior de sus mejillas disgustada.

—Para muy a mi pesar sí, igual te estaba buscando y suerte que te logré encontrar primero. —Intento ocultar mi sorpresa y creo conseguirlo al ver su rostro impasible.

—¿Qué quiere? —Suelto con brusquedad. Simplemente quiero alejarme todo lo posible de ella; estar cerca de ella me hace mal, me recuerda lo que estoy perdiendo.

—¿Lograron resolver sus problemas, después de mi fiesta? —pregunta Mia con pesar.

Sí, me costó mucho recuperarla. Cuando volví al escala ella se había ido con Kate y Elliot, la angustia y el miedo me consumieron —responde afligido. Siento como sus dedos acarician mis nudillos con delicadeza y dulzura.

—Quiero que te alejes de Christian —responde avanzando unos cuantos pasos sin una pisca de pudor. Una pequeña risa escapa de mis labios haciéndola fruncir el ceño—. ¿De qué te ríes? —cuestiona enfadada.

—¿Enserio cree que yo haré eso sólo porque usted me lo dice? —pregunto con sorna—. No sea ridícula señora. —Hago el amago de irme, pero su respuesta me detiene enfureciendome:

—La ridícula eres tú, que crees que eres lo suficiente mujer para Christian...

Ella sólo quería pensar, no te iba a dejar... sólo estaba dolida y decepcionada... —masculla.

Mi peor error fue dejar que las palabras de Elena me afectarán. Ella sólo quería destruirla a ella y a mí, y por mi culpa lo logró. —¡Christian!

—Cállese... —La interrumpo conteniéndome.

—Puede que Christian haya perdido su virginidad contigo y tú con él, pero eso no significa que vaya a estar atado para siempre a tu lado, mocosa. —Sonríe con autosuficiencia al ver cómo me están afectando sus palabras.

—Cierre su asquerosa boca —profiero y la abofeteo girando completamente su rostro. Un poco más y acaba en el piso—. Usted no es más que una serpiente que lo único que hace es esparcir su veneno. No es capaz de ser feliz y eso le duele por lo que no soporta ver feliz al resto —escupo sintiendo como mi mano hormiga y duele.

Lo sé, me lo dijo al día siguiente. No quería contestar mis llamadas ni verme esa noche; pensé lo peor —su voz suena apagada—. Pero me perdono y todo iba mejor que nunca. Ese día volvería a la Escala y yo estaba más que emocionado, en la cena le iba a pedir matrimonio...

Ella un tanto sorprendida lleva su mano derecha a su mejilla en donde se encuentra mi mano marcada, pero mantiene su postura desafiante diciendo claramente con la mirada: «Esta, me la pagas...»

—Algún día tú no estarás con él, y yo... —Una sonrisa se forma en sus asquerosos labios—. Yo estaré ahí a su lado y hará lo que rechazó cuando no era más que un adolescente, porque estará tan destruido que hará lo que sea para no volver a sentir ese dolor nunca más y la única forma que lo conseguirá, es teniendo el control absoluto de todo. —Humedece sus labios—. Será un perfecto dominante y tú... tú no podrás hacer nada...

Ana por favor —solloza—, despierta... —susurra en mi oído con amor y comienzo a sentir como mi corazón comienza a latir con fuerza y un fuerte dolor comienza a expandirse por toda la parte frontal y lateral de mi cabeza afligiendome.

A duras penas logró a apretar su mano y susurrar débilmente con voz ronca:

Christian... —A la vez que logró abrir mis ojos.

 —A la vez que logró abrir mis ojos

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Susurros de Amor... y del corazón Where stories live. Discover now