Capitulo 7

3.3K 396 37
                                    

—Quiero verlo —demando apenas el detective se acerca a mí.

—Señor Grey, debe entender que estas no son horas de visita... —Intenta apaciguarme, pero lo único que consigue es una mirada fulminante de mi parte.

—Sé que puedes arreglarlo. —Alzo una ceja y él abre la boca para hablar, sin embargo finalmente la cierra y asiente.

—Christian debes tranquilizarte... —murmura Taylor a mi lado una vez se va. Le disparo una mirada incrédula.

—¿Es enserio?, eso en estos momentos es simplemente imposible —mascullo haciéndolo presionar sus labios en una fina línea.

—Solo espero que cuando veas al responsable no lo mates a golpes, de lo contrario no solo él se quedara a dormir aquí —dice y puedo identificar un deje de ironía en su voz. Decido ignorarlo.

—Señor Grey, por aquí. —Me llama el detective desde el otro lado de la sala.

Con Taylor siguiéndome, atravesamos la sala y cruzamos una puerta que da a un especie de corredor. Una vez el detective se detiene al frente de una puerta me mira con cautela y advertencia.

—Sea consecuente por favor, si necesita ayuda solo debe de hacer una señal o simplemente gritar, al otro lado del grueso ventanal le estaremos observando —me informa y solo soy capaz de asentir.

Al otro lado de la puerta se encuentra el responsable de todo nuestro sufrimiento, pero una sensación rara hace acto de presencia incomodándome.

El detective toca la puerta y un especie de gendarme abre la puerta dándome la bienvenida. Con paso firme y decidido entro junto con Taylor posando mis ojos en el hombre que se encuentra apoyada contra la mesa cubriendo su rostro. El sonido de la puerta cerrarse a nuestras espaldas lo sobresalta haciéndolo conectar sus ojos con los míos.

Acercándome al gran ventanal que enseña mi reflejo lo golpeo con fervor poniendo alerta al gendarme.

—¿¡Qué clase de maldita broma es esta!? —gruño pasando una mano por mi nuca.

—Christian —me reprende Taylor igual de incrédulo que yo.

—¿Lo estás viendo Taylor? —cuestiono indignado—. ¿Me quiere explicar que es lo que está pasando? —le pregunto al hombre que se encuentra sentado en la silla al frente de la mesa. Baja la mirada a sus manos.

—Yo intente matar a su novia —murmura el hombre de avanzada edad. Menos de ochenta años no tiene.

—¿Cuál es su nombre? —pregunto un poco más calmado.

—Carlos Wells —su voz suena ronca y débil.

—¿Usted fue quien huyo cuando choco con Anastasia y yo intente atraparlo? —pregunto y él asiente. Mentira por verdad.

—Fui yo... —confirma y yo masajeo mi sien con el dedo índice y corazón. Me siento al frente de él.

—Mire señor, yo sé que usted no fue el responsable de todo esto, así que por su bien y por el de mi familia díganme quien le pago para que viniera a inculparse...

—Le estoy diciendo la verdad —objeta y yo niego lentamente.

—Yo nunca intente atrapar al responsable señor Wells, yo llegue cuando el responsable ya había huido —mascullo y veo como desvía la mirada hacia otro punto evadiéndome—. Si usted me dice quién fue el verdadero responsable o quien le pago para hacer esta estupidez le pagare el triple. Solo usted decide. —Ofrezco cansado de todo este circo. Solo estos ineptos se podían tragar que este hombre es el responsable.

—Ya le dije que fui yo —mantiene aclarándose la garganta.

—¿Usted tiene esposa? ¿Hijos? —pregunto y él asiente—. Muy bien, mi novia al momento del accidente estaba embarazada. Gracias a Dios no le pasó nada. —Miento descaradamente y él abre sus diminutos ojos como platos.

No debería mentir con algo así, pero me encuentro desesperado, él podría ser quien me ayude a terminar con todo esto.

—Yo... Yo no sabía... —titubea.

—¿Que haría usted si su esposa e hijos estuvieran en constante peligro?

—Protegerlos con mi vida... —me interrumpe. Ya nos estamos entendiendo.

—Exacto, por eso necesito que me diga la verdad.

—Y-Yo no puedo... —tartamudea de pronto nervioso.

—No tenga miedo, no dejare que nada le pase, si usted me ayuda, yo lo ayudo... —Taylor se acerca y me muestra su celular. Trago fuertemente al ver el informe que ha conseguido Sawyer. La persona que lo contrato no tiene escrúpulos, aprovechándose de la desesperación de los demás—. Si usted me da solo un nombre, yo me encargare de que su esposa sea operada lo antes posible con los mejores doctores de Seattle, yo cubriré todos los gastos y usted no se deberá preocupar por nada más que no sea su esposa...

—No sé cómo se llama —Finalmente sede interrumpiéndome—, nunca quiso decirme su nombre, pero era rubia, de unos cuarenta años aproximadamente... No lo recuerdo, espero que eso le sirva... —Cerrando un segundo los ojos mi mandíbula se tensa y asiento lentamente.

—Más de lo que imagina... —murmuro—. Taylor, encárgate de sacar a este hombre de aquí, contrata a quien tengas que contratar y encárgate de lo prometido. Ponle protección —ordeno con impavidez y con un asentimiento a modo de despedida salgo de la pequeña sala como alma que me lleva el diablo.

Susurros de Amor... y del corazón Where stories live. Discover now