Capitulo 4

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Entro a la habitación y veo cómo Mia acaricia rítmicamente el cabello de Ana mientras ella duerme. Cuando Mia se percata de mi presencia, me observa con fervor y se levanta caminando con lentitud hacia mí.

—Cuando he vuelto estaba dormida. Está agotada —susurra cerca de mi oído—. Tú y yo hablaremos luego. —agrega inexpresiva para luego alejarse. Haciéndole un vago gesto con la mano a Taylor, salen de la habitación dejándonos completamente solos.

Lentamente me acerco a Anastasia sentándome en la silla que hace unos pocos minutos ocupaba Mia, y la observó dormir.

Sus mejillas se encuentran sonrojadas y sus labios rojos e hinchados al mismo tiempo que sus pestañas descansan sobre sus pómulos, pero inevitablemente mis ojos se desvían a la pequeña herida que aún tiene en la frente.

La campanilla de la puerta suena anunciando la llegada de un nuevo comensal, con la esperanza de que sea Ana, me giro en busca de la persona que entro al local, pero mi ceño se frunce cuando la persona que entra por esa puerta es Elliot y no Anastasia.

Una vez que me logra ubicar con la mirada, suspira pesadamente y camina lo más rápido que puede hasta llegar a mí.

—Christian —jadea sin aliento sentándose al frente de mí.

—¿Qué haces aquí? —pregunto con el ceño fruncido desviando mi mirada al reloj. ¿Dónde estas, Anastasia?

Elliot presiona sus labios en una fina línea y no deja de juguetear con sus dedos inquietándome.

—Elliot... —insisto y él muerde el interior de sus mejillas nervioso.

—Odio tener que darte estas noticias bro, pero sé que tú harías lo mismo en mi lugar...

—Habla de una maldita vez Elliot —lo interrumpo—. ¿Tiene que ver con Anastasia? —demando desesperado.

—Una señora me llamo del celular de Anastasia hace unos minutos, lo encontró en el suelo y vine lo más rápido que pude, por suerte estaba cerca —explica—. A dos cuadras de aquí... —su voz se corta, pero se aclara la garganta para poder continuar—. Tuvo un accidente, un auto no respeto la luz roja y choco contra el auto de Anastasia. En estos momentos la deben estar asistiendo para finalmente trasladarla al hospital... —No dejo que termine de hablar y salgo corriendo del local.

Sintiendo el latir desbocado de mi corazón, miro hacia ambos lados completamente desorientado cuando unas patrullas de policía se dirigen a toda velocidad hacia la derecha llamando mi atención.

Ana...

—¡Christian! —Ignorando los llamados desesperados de Elliot, corro a toda velocidad hacia donde unos momentos las patrullas de policía se dirigían, y como decía Elliot, dos cuadras más allá consigo vislumbrar un grupo de gente rodeando la calle, permitiéndome apreciar un montón de patrullas junto a una grúa y una ambulancia.

Dándome paso entre la gente logro llegar al lugar del accidente en donde se ve sangre salir del interior de uno de los autos... del auto de Ana...

Pasando ambas manos por mi cabello lo jalo con desesperación.

—¡Ana! —suelto un grito desgarrador llamando la atención de la gente cuando veo que el equipo de rescate consigue sacar a Anastasia de su auto.

Sintiendo como el aire escapa de golpe de mi cuerpo, caigo de rodillas sin importar al grupo de policías que intenta alejarme.

—¡Salga por favor! —grita un policía agarrándome del brazo.

—Tranquilos, es su novia. —Escucho la desesperada voz de Elliot a la lejanía.

Todo se vuelve distante y remoto, no escucho nada más que no sea nuestra última conversación resonar una y otra vez en mi cabeza, sin embargo lo que más logra cala en mi interior son las últimas palabras que me dijo.

«Te amo...»

—Lo siento señor Grey, cuando hemos llegado no había nadie en el interior del auto que colisiono con la señorita Steele. Lamentablemente el responsable se dio a la fuga. —Consigo escuchar...

Un nudo se forma en mi garganta dificultándome el hablar.

—Sé que no soy bueno —titubeo—, pero no soy lo suficientemente fuerte como para dejarte ir... Lo siento —murmuró con dificultad—. Uno no sabe lo enamorado está de una persona hasta que quiere irse y no puede hacerlo... —digo tomando su mano con delicadeza—. Y yo, te amo más que mi vida Anastasia Steele —susurró desde el corazón.

 Y yo, te amo más que mi vida Anastasia Steele —susurró desde el corazón

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Susurros de Amor... y del corazón Where stories live. Discover now